Se acaba de celebrar el día la
campaña del DOMUND o Jornada Mundial de las Misiones. La campaña supone una
aportación muy significativa a las Obras Misionales Pontificias que la Iglesia
Católica tiene desplegadas por todo el Mundo, particularmente allí donde las
necesidades son más acuciantes.
En 2016, los españoles aportamos
12,2 millones de euros, un 11 % menos que en 2015. La cifra de este año puede
verse resentida por el aluvión de críticas que ha suscitado la tibieza de la
Declaración de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal sobre la
situación de Cataluña. Críticas que han venido no sólo de un nutrido grupo de
obispos sino también de numerosos fieles que tampoco han sido ajenos a la
activa colaboración de los colegios catalanes de importantes órdenes religiosas
como los Jesuitas o los Salesianos, en el referéndum ilegal del pasado 1 de
Octubre. A toda esta coyuntura ha venido a sumarse la lectura en estos días en
la misa dominical del libro del Apocalipsis (3:15-17 – 15) que literalmente
dice “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente !Ojalá fueses frío o
caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca.” Naturalmente la lectura estaba programada mucho antes del desafío
secesionista.
Lo que resulta evidente es que
será el primer “test de estrés” que la Iglesia Católica española va afrontar
después de hacerse pública la nota de la Conferencia Episcopal. Sólo hay un dato
que podría suavizar la caída en la recaudación.
El dato viene de la mano del
propio carisma del día del DOMUND o, más genéricamente, de la labor misionera
de la Iglesia Católica. Sin duda esta labor es una de sus partes más valoradas
hasta el punto que en la quebradiza Fe de millones de católicos aún pesa más
que las aristas oscuras de la propia Institución. Los ciudadanos identificamos
más directamente el DOMUND con la acción misionera de la Iglesia que con su
Jerarquía. Esto y no otra cosa es lo que podría permitir pasar el ‘test’ sin un
grave descenso en la recaudación.
Además, y no menos importante,
hay que detenerse en pensar en ¿quiénes son los principales damnificados por un
descenso en las contribuciones a las campañas del DOMUND? En buena medida
personas con unas necesidades similares aunque más acuciantes que las tienen
quienes llaman regularmente a las puertas de las Cáritas parroquiales. Sería un
gravísimo resultado que el rechazo que para muchos ha provocado la tibieza de
la nota episcopal acabe pagándose por las personas más necesitadas.
Es posible que no sólo sean los
promotores del desafío independentista los que no han medido bien ni las
consecuencias de fractura social y económica ni la reacción del Estado español.
Puede que los obispos catalanes y la propia Conferencia Episcopal, tampoco.
La Iglesia Católica sabe de
muchas cosas; por ejemplo de atender a los necesitados. Pero también sabe mucho
de Historia y de Diplomacia. Sorprende la tibieza de la Conferencia Episcopal
ante un desafío tan grave como el que se le ha planteado a la Nación que más ha
contribuido a lo largo de los siglos, a la Evangelización.
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