Llegaron al inicio de la edad
adulta con el nuevo milenio. Se han hecho mayores en un mundo de cambios muy
rápidos marcados por la rápida globalización, la revolución digital y la gran
recesión de 2008. Toman sus decisiones vitales más tarde que las dos
generaciones anteriores. Se casan más tarde (la proporción de jóvenes mayores
de 34 años casados es más baja que nunca) y también tienen el primer hijo más
tarde que antes –a los 29 años-, precisamente esta es la edad promedio de
emancipación en España. Sus prioridades parecen ser otras como recibir más
educación y tener seguridad económica. Son los “millennials” o generación Y;
las personas que nacieron entre 1981 y 1996. Es la generación que ha sucedido
en el tiempo a la generación X (los nacidos entre 1965 y 1980) y a los
“boomers” (nacidos entre 1946 y 1964).
La Generación de los “millennials”
ocupa un espacio en la demografía social mayor que el que tenían generaciones
anteriores con su misma edad. Los “millennials” representan el 24 % de la
población mundial mientras que, con su misma edad, la Generación X representó
el 19,5 % y la del “baby boom” el 17 %.
Sus preferencias mayoritarias nos
dicen que están alejados de la Religión, dispuestos a donar dinero para proteger
el Medio Ambiente, consideran que el Matrimonio es una institución superada,
aprueban el rol de “madre soltera” y rechazan marcadamente que los hombres sean
mejores políticos que las mujeres.
Es la primera generación nativa
digital. Nueve de cada diez personas de entre 20 y 34 años usan internet
diariamente y destinan una media de cinco horas al día a estar “online”. Es una
generación hiperconectada con una marcada preferencia por la inmediatez pero
parece que más cómoda que la anterior. Por ejemplo, salvo españoles y
portugueses, la gran mayoría de ellos (el 61 %) no están predispuestos a viajar
a otro país europeo para estudiar o encontrar trabajo. Técnicamente parecen
mostrar una mayor aversión al riesgo que las generaciones que les precedieron. Dan
muestras de ser una generación “sobreprotegida”.
Estamos ante una generación que
vive peor que sus padres y que recuerda a los padres estadounidenses del “baby
boom” que afeaban a los suyos haberles dejado en herencia la Gran Depresión de
1929 y dos guerras mundiales. La Generación Y o “millennials” vivieron los días
de exuberancia económica de la burbuja financiera y luego sufrieron el azote
derivado de su estallido. En España sólo el 44 % de estas personas tienen
vivienda en propiedad frente al 65 % de lo que ocurría con la Generación X. Su
riqueza neta (principalmente el valor de su vivienda) es de 54.500 euros, esto
es, poco más de la mitad de la riqueza de los X.
Los datos anteriores se incluyen
en el monográfico del mes de abril del Informe elaborado por CaixaBank
Research. Está disponible en la red de forma gratuita y es sumamente jugoso.
Parece que en los años próximos
estaremos en manos de personas educadas con sobreprotección familiar, que
conocieron la abundancia y se hicieron mayores con estrecheces, que sus deseos
los quieren conseguir de forma inmediata, que están “en la nube” gran parte de
su tiempo, con más (pero no necesariamente mejor) formación y con menos
responsabilidades familiares. En casi todo se parecen a la generación previa (a
la mía) salvo en que acentúan matices y –sobre todo- viven peor que sus padres.
Creo que la respuesta mayoritaria
ante la adversidad económica no ha sido la de desarrollar un mayor esfuerzo (la
vía históricamente tradicional por ejemplo a través de los movimientos
migratorios) sino la de construir una sociedad “low cost”, con costes
abaratados en todo gracias a la digitalización y robotización de los procesos
de producción, transporte y distribución. En mi opinión quizá sea la primera
vez que Humanidad contempla cómo la generación que soporta las consecuencias de
una crisis económica no la afronta con mayor esfuerzo sino abaratándolo todo.
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