La inversión en Investigación y
Desarrollo (I+D) es, incuestionablemente, una de las claves para garantizar el
desarrollo económico en cualquier región o país. Sin embargo, contabilizar con
rigor las inversiones que tienen esta naturaleza no es cuestión fácil. Por
ejemplo y con frecuencia, los hay interesados en contabilizar como gastos en
I+D los gastos del personal empleado en los organismos que gestionan estos
fondos. Cuando no se corrigen estas trampas los resultados sólo sirven para
complacer demoscópicamente a quien los exhibe.
El CEPREDE (Centro de Predicción
Económica) elabora desde hace unos años el indicador de la Nueva Economía
(ISNE) que tiene en cuenta el desarrollo y el uso de las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) en todos los ámbitos de la sociedad y la
empresa. En este último caso hablamos de la tecno-economía.
Para calcular el valor del
indicador ISNE de Nueva Economía, el CEPREDE incorpora datos de la innovación, el
desarrollo de la educación a través de plataformas virtuales (e-learning en
inglés), el uso de la banda ancha, el número de usuarios de Internet y las
compras a través del comercio electrónico.
La crisis iniciada en 2008 tuvo
un notable impacto sobre la inversión en I+D. El director de CEPREDE, el
catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid Antonio Pulido,
señalaba que en España la inversión disminuyó un 9% entre 2009 y 2016. A pesar
de ello España se encuentra actualmente en una parte central de la clasificación
a nivel mundial.
Llama la atención el hecho de
poner en relación los datos regionales del indicador de la Nueva Economía con
la posición de las mismas regiones en términos de renta per capita. Para la oleada de 2018, las regiones españolas situadas
entre las cinco primeras en valor del ISNE eran Madrid (123), Navarra (116),
Cataluña (113), País Vasco (112) y Aragón (105). Cuando se comparan a estas
aventajadas regiones españolas con las primeras de toda la Unión Europea
obtienen una muy buena puntuación (87,5 puntos).
Si comparamos esta cabeza de
lista con las posiciones que ocupan las regiones españolas en renta por
habitante resulta lo siguiente; Madrid (32.723 €), País Vasco (31.805 €), Navarra
(29.807 €), Cataluña (28.590 €), y Aragón (26.328 €). Son exactamente las
mismas cinco si bien alterando algunas posiciones.
Naturalmente, quienes más renta o
ingresos tienen pueden invertir más y utilizar con mayor intensidad el comercio
electrónico pero para mantenerse en las posiciones más altas en renta por
habitante, hay que utilizar bien los recursos de los que se dispone. Dicho en
términos literarios, con el libro “Alicia a través del espejo” de Lewis
Carroll, “hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo
sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces
más rápido”. Pues bien, ¿cuáles son las regiones que corren más rápido? El
último informe de CEPREDE calcula la tasa de crecimiento promedio para España
en el 2.4 %, por encima de esta media se sitúan Cantabria (8,8%), Baleares
(6,2%), Aragón (6,1%) y, Castilla y León (4,7%).
Andalucía, y el resto de las
regiones con menos renta tienen que correr el doble pero este tipo de datos, la
inversión en I+D ayudan, además ayudan a saber cuál es la pista por la que hay
que hacerlo.
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