El sector exportador andaluz
continúa en 2018 exhibiendo músculo y ha cerrado el periodo de enero a abril
(último con datos cerrados) con ventas al extranjero por valor superior a los
11.000 millones de euros cuyo destino principal son clientes alemanes,
franceses y (a mayor distancia), italianos. El resultado coloca a Andalucía
como segunda región exportadora de España que, para esos mismos meses, vendió
casi 95.000 millones de euros a clientes extranjeros. Además y a diferencia del
conjunto de la Nación española, las exportaciones andaluzas rebasan a las
importaciones en un 5 %.
Más de 800 millones de euros
corresponden a la venta del sector auronáutico con destino principal (además de
los ya mencionados Alemania y Francia, sedes principales del consorcio Airbus)
Arabia Saudita y Estados Unidos. Sin embargo, el dato de las exportaciones
aeronáuticas, siendo importante, tiene mucho mayor eco mediático que el que le
debería corresponder por el valor de las ventas. Las exportaciones andaluzas
que más facturan no son, precisamente, de un componente tecnológico tan
elevado. Es el caso de la exportación de productos derivados del refino de
petróleo procedentes de las ventas de las refineras de Huelva y Cádiz.
En los cuatro primeros meses del
año, el refino del petróleo proporcionó ingresos superiores a los 1.400
millones de euros de los que la mayor partida –y este es un dato que apenas se
exhibe en los medios de comunicación- tuvo como destino la colonia británica de
Gibraltar (más de 242 millones de euros) y no precisamente, para abastecer a
los residentes en el Peñón sino para reexportarlo a otros países. Por cierto
que la subida del precio del petróleo a casi los 80 dólares por barril empuja
al alza el precio de sus derivados y, con ello, el valor de las ventas de la
industria refinera.
Después del refino del petróleo
destacan las exportaciones de legumbres y hortalizas por un valor total en lo
que llevamos de año de 1.370 millones de euros que se venden, por este orden a
clientes residentes en Alemania, Francia, los Países Bajos y el Reino Unido. El
peso determinante lo sigue llevando la industria almeriense seguida a mucha
distancia por la granadina. Inmediatamente después de las exportaciones de legumbres
y hortalizas hay que anotar la partida de 1.047 millones del sector frutícola
para unos clientes que se sitúan en los mismos países que en el caso anterior.
También por encima de las
exportaciones del sector aeronáutico hay que señalar –y es parte de la
estructura exportadora andaluza- los más de 900 millones de euros que se
facturaron al extranjero por la industria minera. La minería metálica es la más
importante de las cuatro ramas del sector en Andalucía y que incluye también
áridos, rocas ornamentales y, rocas y minerales industriales. La Junta de
Andalucía estima en 7.700 los empleos directos y unos 40.000 indirectos. A la
tradicional minería metálica onubense se le ha unido el impulso de la
extracción de mármol en Macael (Almería) gracias al liderazgo del grupo
Cosentino. Los principales clientes de la industria minera andaluza son
Bulgaria (compró entre enero y abril más de 400 millones de euros) y China (277
millones).
Pero a pesar del buen
comportamiento del sector exterior andaluz, es absolutamente imprescindible
poner en el contexto general de la economía regional. Con datos de 2017, las
exportaciones representan algo menos del 20 por ciento del PIB de Andalucía. Lo
anterior significa que nuestros principales clientes son empresas y
consumidores españoles. Es el mismo patrón que se repite en todas las regiones,
por supuesto también en aquellas en las que se sostiene el desafío separatista.
Las empresas catalanas lo saben
bien, particularmente las asociadas a la asociación FemCat como Gallina Blanca
o Avecrem. También lo sabe la marca Tous, cuyas ventas se han visto muy
resentidas tras la conocida fotografía de su presidenta junto al ex presidente
Puigdemont que portaba una bandera estelada.
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