La “Economía circular” como hace
pocas décadas “la responsabilidad social corporativa” se ha instalado como
nueva letanía o mantra en las escuelas de negocio, eventos empresariales y
también, en el ámbito académico. Sólo en los últimos dos años, los artículos
científicos que incluyen este concepto se cuentan por centenas y también los
documentos de las consultoras privadas como Accenture, Deloitte, Ernst and
Young y McKinsey y Compañía. La economía circular se opone a la economía lineal
entendida como la adquisición de productos, el uso y el desecho de los mismos.
En la divulgación internacional del
concepto de Economía Circular está jugando un papel central la Fundación Ellen
MacArthur. El núcleo duro de sus financiadores está compuesto por la Fundación
por la Naturaleza MAVA, una sociedad británica de loterías en las que los
participantes juegan a partir de su código postal, una Fundación para la
Economía Ambiental y el desarrollo que a su vez depende de una Fundación
alemana de la empresa de correos y, por último, la Fundación Eric y Wendy
Schmidt para la innovación estratégica. Además de estos patrocinadores pero en
un nivel distinto al de aportar fondos, aparecen grandes corporaciones
internacionales entre las que, por cierto, no figura ninguna de las grandes
multinacionales españolas.
En la página web de la Fundación
Ellen MacArthur se advierte destacadamente que su misión es acelerar la
transición hacia una economía circular, expresión que suena mucho a la
transición a una economía baja en emisiones de dióxido de carbono. Ambos puntos
de llegada tienen importantes conexiones pero el primerio es más amplio que el
segundo.
Como concepto joven pero
emergente, existen muy variadas definiciones de la economía circular pero,
después de analizar 114 definiciones tanto académicas como de documentos
orientados a la empresa, los profesores de la Universidad de Utrecht, Julian
Kirchherr, Denise Reike y Marko Hekkert proponen la siguiente: Una economía
circular describe un sistema económico que se basa en modelos de negocio que
reemplazan el concepto de "final de vida" por la reducción,
reutilización, reciclado y recuperación de materiales en los procesos de
producción / distribución y consumo. Estos modelos de negocio operan a nivel
micro (productos, empresas, consumidores), nivel meso (parques ecoindustriales)
y nivel macroeconómico (ciudad, región, nación y más), con el objetivo de
lograr un desarrollo sostenible, que Implica crear calidad ambiental,
prosperidad económica y equidad social, en beneficio de las generaciones
actuales y futuras. La definición del profesor Kirchherr y sus colegas se puede
analizar en profundidad en el número 127 de la revista “Resources, Conservation
& Recycling”.
La definición anterior va más
allá del código de las 4R que hasta ahora servían para describir a las
actividades incluidas en la economía circular (Reducir –las necesidades de
materias primas-, Reutilizar, Reciclar y Recuperar). Este código es el que
inspira la Directiva Europea sobre residuos de 2008. El propio código de la 4R
tiene un uso menos extendido que el de la 3R (que excluye la Recuperación);
este último aparece entre el 35 % y el 40 % de las 114 definiciones analizadas
pero es el pilar de la Ley de Promoción de la Economía Circular de China, que
también se aprobó en 2008.
Como hemos dicho, la transición a
una Economía Circular guarda relación con la transición a una Economía baja en
carbono si bien la primera es más amplia que la segunda. Un ejemplo es la
reutilización de los neumáticos fuera de uso (NFU) como parte de la valorización
de residuos. Esto permite su uso como combustibles complementarios,
principalmente en hornos de cementeras, papeleras y centrales térmicas
convencionales. No obstante su combustión genera importantes emisiones de monóxido
de carbono, óxidos de zinc, óxidos de plomo, benceno, tolueno, etc.
De momento los nuevos negocios
nacidos al albur de la economía circular (EC) son escasos. Más importante es el
hecho de que las empresas medianas y grandes deben ya incluir acciones
orientadas a la economía circular en sus actuaciones de forma similar a como
hace décadas hicieron con la responsabilidad social corporativa (RSC). Incluso
es posible que buena parte de las actividades realizadas al amparo de la RSC
pasen ahora a ser también de la EC. Sin embargo, estas últimas son más
verificables. Menos difusas.
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