El sector exterior de la economía
regional andaluza se ha abierto un pequeño hueco en la opinión pública en los
últimos días que va más allá del interés de quienes trabajan en él. La razón
estriba en que se incluyó en los acuerdos que han permitido el cambio de
gobierno de la Junta de Andalucía. Particularmente lo anterior se plasmó en el
Punto 40 del acuerdo PP-Cs y el 12 del acuerdo PP-VOX. En ambos se señala el
camino de integrar las oficinas comerciales de la Junta de Andalucía
dependientes de EXTENDA en la red de oficinas del Instituto de Comercio
Exterior (ICEX). El alcance de uno y otro punto es muy diferente y
especialmente el primero, leído detenidamente, garantiza la supervivencia tal
cual de la Agencia Andaluza Promoción Exterior, S.A. (EXTENDA). Esta agencia
funciona como un organismo adscrito a la hasta ahora Consejería de
Conocimiento, investigación y Universidad. La única limitación que se pone a
partir del acuerdo PP-Cs es a posibles nuevas oficinas comerciales de Extenda
en el exterior. Los nuevos socios de gobierno prefieren que se ubiquen dentro
de la red del Instituto de Comercio Exterior español o compartan gastos con
otras comunidades autónomas.
Su actualidad informativa
justifica dar un repaso al sector exterior andaluz, repaso que viene limitado
por la accesibilidad de datos regionalizados pues si bien son abundantes para
las actividades de importación y exportación de bienes y servicios, son de
difícil acceso cuando se intentan conocer los otros muchos componentes de la
balanza de pagos como la balanza de capitales o la balanza financiera.
El valor de las exportaciones
andaluzas acumulado entre enero y octubre de 2018 fue de 3.299,6 millones de
euros lo que representa apenas un 2.1 % del PIB de Andalucía sin bien esta
última cifra incluye también lo producido en noviembre y diciembre. Las
exportaciones de las empresas residentes en Andalucía cubren el 99.48 % del
valor de las importaciones, un porcentaje que alcanzó la mejor cifra en 2015
pero que ha disminuido desde 2016 tanto en España como en nuestra región.
El principal componente de
nuestras exportaciones (22.89 %) y desde luego de nuestras importaciones (53.17
%) son los minerales. Nuestros clientes principales residen en Europa hacia
donde va el 67.97 % de las exportaciones andaluzas si bien entre 2016 y 2017,
el área económica del mundo donde más crecieron las exportaciones regionales
fue la integrada por los nuevos países industriales de Asia. En estos países
las exportaciones andaluzas crecieron un 77.93 % entre esos dos años. Que el
crecimiento esperado para 2019 y 2020 de la economía china siga estando en el
6.3 % junto con la reducción de barreras a la importación en India ayuda a
consolidar este destino de las exportaciones.
En lo que se refiere a la
inversión extranjera directa en Andalucía, su destino más importante es el
sector servicios con más de 14.447 millones de euros en 2017 concentrados
fundamentalmente en el sector inmobiliario; 3.369 millones. Este flujo de
inversiones puede verse un poco resentido por la retirada de políticas
ultraexpansivas por parte de la Reserva Federal Norteamericana y el Banco
Central Europeo, si bien se espera que este último no comience aún la subida de
tipos de interés ante las poco halagüeñas perspectivas de crecimiento
económico.
El desarrollo del comercio
exterior de las empresas andaluzas en 2019 se va a realizar en un contexto de moderación
del crecimiento de la tasa del comercio internacional que ha pasado del 4.6 %
(2017) al 4.3 % (2018). El comercio internacional ha estado muy influido en los
últimos años por el gasto en bienes de inversión y por el precio de las
materias primas; este último un clásico pero con un impacto muy directo en el
comercio exterior andaluz dado el peso de los minerales, del petróleo refinado
y de los bienes de alimentación.
En definitiva, las políticas de
promoción exterior siguen teniendo mucha tarea por delante sin que esto nos
haga olvidar que la mayor parte de los clientes de las empresas andaluzas están
en el resto de las regiones españolas. La desconfianza hacia el papel que deben
seguir jugando las oficinas comerciales regionales se entiende por dos razones.
La primera es estrictamente de coste y apunta a aprovechar la estructura del
ICEX más que a engordar una red de oficinas paralelas financiadas con el presupuesto
de la Junta de Andalucía. La segunda es de tipo político y se deriva del uso
fraudulento que la Generalidad de Cataluña ha hecho de estas oficinas
convirtiéndolas en embajadas de un gobierno golpista, algo que no sólo pone en
evidencia la permisividad de los últimos gobiernos de España sino que salpica
al resto de oficinas comerciales regionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario