Un lugar común donde se
encuentran quienes se interesan por el crecimiento económico de china es el de
sus reducidos costes laborales. Demasiado sencillo para explicar un fenómeno de
tamaña dimensión como es el de una economía en expansión ininterrumpida desde
1978 y que sólo entre 2006 y 2015 registró un crecimiento acumulado de su PIB
del 149 por ciento frente al 10 por ciento registrado en la Unión Europea.
Efectivamente, las causas del crecimiento económico de China radican en muchos
más factores explicativos. Para conocerlos en profundidad ayuda mucho oír a
algún protagonista directo de este gigantesco cambio y eso fue lo que tuve
oportunidad de hacer oyendo a la empresaria afincada en Chile, Yung Han Shen, gerente
general ASIA REPS encargada de inaugurar el curso académico de la Facultad de
Negocios de la Universidad Autónoma de Chile junto con su decano, el profesor
Nelson Stevenson.
La señora Yung Han Shen habla con
amabilidad pero con determinación, esquiva todas las alfombras que el auditorio
le pone con sus preguntas sobre las políticas de género. Se reivindica como
mujer, madre, esposa y empresaria. Lo primero que pone ante el auditorio es la
sensación que acompaña a toda la población china desde su nacimiento de vivir
en un contexto de estrechez de recursos de cuya administración eficiente ha de
ocuparse. Los 1.300 habitantes de china representan el 22 por ciento de la
población mundial pero disponen sólo del 7 por ciento de las tierras
cultivables y el 6 por ciento de los recursos hídricos del mundo.
La segunda causa del crecimiento
económico chino la ubica en la fuerte política de inversión en infraestructuras
de comunicación. Por ejemplo, en el tiempo en el que cualquier ciudad andaluza
o española aún no ha resuelto poner en marcha su primera o segunda línea de
metro, los chinos han desarrollado una red de carreteras equivalente a dar la
vuelta al mundo setenta y cinco veces. Esto lo han hecho sólo en dos décadas
pasando el parque de vehículos de 19.000 en 1985 a los 200 millones previstos
para 2020. Naturalmente esto ha sido posible gracias a un desarrollo
exponencial de la industria de la ingeniería civil que si en 2005 ya sorprendía
con la construcción del puente Donghai con 32,5 kilómetros, ahora lo hace con
el que es el puente más grande del mundo uniendo Hong Kong-Zhuhai-Macao, esto
es, 55 kilómetros que reducen un recorrido para el que se necesitaban cuatro
horas a apenas treinta minutos. Añadamos a todo esto una red de 131.000 kilómetros
de vías ferroviarias de los que 29.000 son de alta velocidad con picos de 400
kilómetros por hora.
La tercera causa de la expansión
económica china radica, en opinión de Yung Han Shen, en la inversión en
tecnología e innovación. En 2018 las empresas chinas solicitaron 53.345
patentes, sólo por detrás de EE.UU. (56.142) y a gran distancia de la principal
potencia europea, Alemania (17.014). Parte crucial de este éxito es la estrecha
relación entre las empresas tecnológicas y el sistema universitario chino como
prueba el hecho de que de las diez universidades del mundo que más patentes
solicitaron en 2018, cuatro son chinas. Abundando en lo anterior, Huawei
Technologies, el gigante chino de las telecomunicaciones, fue la empresa que
más solicitudes de patentes presentó a nivel mundial en 2018, con 5.405. Junto a
esta empresa y desde su creación, en 2014, la compañía Sensetime, líder en
inteligencia artificial, ha solicitado más de 500 patentes.
El desarrollo de la innovación ha
ido de la mano del crecimiento del comercio electrónico. El 71,1 por ciento de
los teléfonos móviles en China tienen aplicaciones de compra on line (esto
significa más de 700 millones de consumidores) y casi todas las transacciones
se realizan pagando con teléfonos móviles. El pago con billetes de curso legal
es hoy tan extraño en China que –ojo al dato- hasta los mendigos reciben las
limosnas a través de su código QR.
En la educación encontramos la
cuarta causa del crecimiento chino. El segundo gasto de cada familia china
después de comprar los alimentos es el gasto en educación de los hijos; nada
hay previo a garantizar la educación. A esto hay que unir la disciplina de
trabajo del estudiante promedio chino. Por ejemplo, el horario de un estudiante
chino en los cursos más altos de la educación secundaria comienza a las 7:00 y
termina a las 23:00.
La quinta causa de la explicación
del crecimiento chino es la visión de largo plazo. Frente al cortoplacismo de
la política occidental sorprende ver cómo en cada ciudad china existe un museo
en el que se exhibe la planificación urbanística prevista para los próximos
treinta años. Si unimos esto con la mencionada política en infraestructuras y
la determinante estrategia comercial denominada “una franja – una ruta”
inspirada en las rutas de la seda y de las especias, tenemos más claves para
entender la escalada china entre las potencias económicas mundiales.
Por último, pero no menos
importante, la sociedad china está educada en el respeto a la jerarquía, las
relaciones sociales armoniosas, la perseverancia, la preocupación por los
recursos medioambientales y el trabajo en equipo; todo ello determinante según Yung
Han Shen.
Indudablemente el crecimiento
chino se explica por muchas más razones que sólo los relativamente bajos costes
laborales. Ahora bien, las lecturas necesarias para entender al país más
poblado del mundo no arrojan inequívocamente un resultado inmaculado. Junto con
la falta de libertad que durante décadas el régimen comunista chino ha impuesto
no debe olvidarse el feminicidio al que condujo la “política de hijo único”. En
las provincias interiores de China aún están por levantar los campos sembrados
de cadáveres de niñas asesinadas al nacer para que los padres siguiesen
buscando un varón con el que cultivar la escasa tierra fértil sin contravenir
la política natalista del partido comunista chino. Occidente guarda un silencio
ominoso sobre esta realidad que resulta especialmente grave en las voces que se
arrogan la defensa de los derechos de la mujer.
Occidente se toma su tiempo en
construir un palmo más de metro para recortar las distancias entre los barrios
de una misma ciudad mientras china reinventa las rutas de la seda y las
especias. Occidente quiere vivir las horas del día compartiendo ocio y esfuerzo
pero el ocio para un estudiante chino es todo un lujo. Estos son hechos. No es
materia debatible. Cada cultura elige su modelo de vida pero las lecturas
simplistas no ayudan a explicar los grandes cambios. Ni sólo los costes
laborales explican el crecimiento chino, ni las alfombras a los poderosos deben
hacernos olvidar los crímenes cometidos.
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