viernes, 1 de enero de 2021

LAS MERCANCÍAS AL VAGÓN. UN RETO INAPLAZABLE (Publicado el 09/04/2018 en La Razón)

 

Acaba de entregarse al Ministro español de Energía el informe de la Comisión de Expertos sobre la transición energética. El informe recorre las opiniones de este grupo en cuestiones tales como el grado de cumplimiento de nuestra Nación de los compromisos del Acuerdo de París para la lucha contra el Cambio Climático. El informe es detallado y extenso por lo que permite ir destacando progresivamente alguna de sus partes.

Si nos centramos en cómo de factible consideran los expertos alcanzar objetivo de penetración del 27% de energías renovables sobre la demanda energética final en 2030 leemos que en su opinión, para cumplir con este objetivo no basta con la mayor introducción de estas tecnologías en el sector eléctrico, sino también y entre otras actuaciones, una mayor participación de las energías renovables en los consumos no eléctricos. En mi opinión es el caso del transporte de mercancías por ferrocarril en España en detrimento de su circulación por carreteras. Esencialmente esta evolución en el modo de transporte permitiría sustituir el uso de hidrocarburantes (principalmente diésel) por la energía eléctrica utilizada en las líneas férreas generadas a partir de tecnologías no emisoras de gases de efecto invernadero. Naturalmente me refiero a las centrales nucleares, grandes plantas hidroeléctricas y plantas que utilizan energías renovables no convencionales (mayoritariamente eólicas y fotovoltaicas).

España es de los países de la Unión Europea (UE) que menos mercancías mueve en tren. Si las medimos en toneladas netas, del total de mercancías transportadas en España en 2016, un 70,6% se mueven por carretera y un 27,9% por barco. Tan solo lo hacen en tren un 1,4% de las mercancías. Las cifras las ofreció la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en el Informe de Supervisión del Mercado de Transporte Ferroviario de Mercancía. La CNMC advierte en su estudio que teniendo una gran red ferroviaria que permite a los trenes de mercancías circular a lo largo de 11.738 kilómetros, la actividad del sector en España se sitúa en el puesto 24 de los 28 países de la UE. Solo están detrás países pequeños como Luxemburgo o con escasa tradición ferroviaria como Grecia o Irlanda. Tomando únicamente el transporte terrestre (es decir, carretera y ferrocarril), las toneladas netas por kilómetro desplazadas en tren en España suponen un 4,7% de la actividad. Tomando en consideración sólo las toneladas por kilómetro transportadas en España la media resulta ser del 2 % mientras que esa misma cifra para la UE es del 18,9%, situándose en el 26,3% en Alemania, en el 18,2% en Francia o en el 15% en Italia.

En la propia página web del Ministerio español de Fomento se puede acceder a documentos que señalan que el ferrocarril en España tiene una utilización escasa para el tráfico de mercancías y que su problema es de oferta, no de demanda. En definitiva es un problema de falta de infraestructuras cuya solución debe comenzar por salvar la históricamente estrecha conexión ferroviaria con Europa. Más específicamente hay que resolver la permeabilidad de los Pirineos en el transporte de mercancías de forma análoga a como se ha hecho con el intercambiador de energía eléctrica que facilita la importación y exportación de energía eléctrica entre el sistema español y el francés.

Junto con lo anterior España necesita seguir mejorando la denominada intermodalidad del transporte en general y del transporte por carretera en particular, es decir, la facilidad con la que se descarga un container del tren y se carga en un camión para llevarlo a su punto final de destino. Este es, fundamentalmente, un problema de nudos y, en España, los centros de transporte ligados a la carretera y las terminales intermodales ferroviarias constituyen dos redes en general separadas. Así se puede leer en la propia información que divulga en Ministerio de Fomento. España es una Nación necesitada de retos. Una Nación que, afortunadamente, se está sacudiendo el complejo de falta de autoestima que nos impusieron en las últimas décadas ¡Ya era hora!

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