viernes, 1 de enero de 2021

LA UCRONÍA DE BONN (Publicado el 20/11/2017 en latribunadecartagena.com)

 

Sobre las dos de la madrugada del día 11 de Julio de 2012, la conocida “Marcha negra” o marcha de los mineros llegaba a la Puerta de El Sol de Madrid tras 19 jornadas y más de 400 kilómetros recorridos. Pedían prorrogar las ayudas recibidas por las empresas mineras españolas. Lo consiguieron. Entre 2011 y 2015 las empresas mineras habían recibido 459 millones de euros. La medida acabó encuadrándose en el acuerdo entre el gobierno, las empresas y los sindicatos denominado “Marco de actuación para la minería del carbón y las comarcas mineras en el periodo 2013-2018”. La página 34 de ese acuerdo (accesible en la red) detalla las minas que tendrán que cerrar el 31 de diciembre del año próximo por considerarse no competitivas. La “Marcha negra” luchó por y logró una medida proteccionista en una coyuntura económica –año 2012- de recortes generales y masivas ayudas a la banca. Las imágenes de la marcha mostraban todas las banderas regionales de las zonas mineras. Pese a demandar una ayuda del Estado Español no se exhibió ninguna bandera de España hasta las 2 de la madrugada de aquel 11 de julio. En ese momento, un grupo de falangistas que se unió a la marcha minera exhibiendo banderas de España, fue insultado y amenazado por grupos de radicales que no toleraban la presencia de banderas españolas en una protesta laboral que reivindicaba ayudas públicas del mismo Estado cuya bandera quisieron –sin éxito- replegar.

El líder más carismático de Falange, después de su asesinato en 1936, acabó siendo rehén del mito que entorno a él construyó la Delegación de Prensa y Propaganda del Cuartel General de Burgos, integrada mayoritariamente por lo que Pablo y Mónica Carbajosa acabaron llamando en su exitoso libro “La corte literaria de José Antonio”. Un libro de contenido mucho más riguroso que su título. José Antonio fue preso de su mito para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno porque de otra forma su pensamiento hubiera trascendido poco a las generaciones futuras. Para lo malo porque se convirtió en una especie de Sagradas Escrituras de las que sólo cabía una interpretación literal; fuera de la literalidad toda interpretación o exégesis corría un riesgo severo de considerarse herética. El pago del mito convertido en estatua de sal es que todavía se lean invocaciones a la necesidad de actualización de un pensamiento que, a mi juicio, sí fue actualizado en aspectos muy importantes de la política de los gobiernos franquistas e incluso en el diseño de la Transición.

Conforme el miedo a ser catalogado de herético se fue relajando apareció la “ucronía” como sueño, como coartada o como sistema de razonamiento honesto. El Diccionario de la Lengua Española Historia define “ucronía” como la reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos. Esto llevaba a ensoñaciones del tipo –para referirme a la más habitual- ¿qué hubiera pasado en una España con Francisco Franco y José Antonio vivos en un mismo gobierno? Como coartada llevaba a vincular decisiones de política a párrafos exactos del cofundador de Falange Española para anclar en ellos honestamente o no, la legitimidad ideológica de la medida política de turno. Como sistema de razonamiento honesto recientemente se describió por Jorge Garrido una secuencia de tres fases lógicas para pasar del pensamiento de José Antonio a una interpretación del mismo en materia económica sobre dos ideas fuerzas; la evidente diferencia entre los desafíos económicos del siglo XXI y los que acuciaban a la España de los años 30 del siglo XX y la preocupación de que la exégesis no condujera a la herejía. El artículo se publicó el 22 de noviembre 2004 en el portal www.desdemicampanario.es con el título “El pensamiento económico de José Antonio Primo de Rivera y su vigencia”.

A mí me llama la atención que se salve en la literalidad de su formulación la reivindicación del proteccionismo arancelario como uno de los ejes indiscutibles del “José Antonio ucrónico”, del ¿qué hubiera dicho José Antonio de la Unión Europea, del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, del CETA con Canadá o de la Alianza por el abandono del uso del carbón firmada hace sólo unos días en Bonn coincidiendo con la reunión número 23 de la Cumbre de las Partes en la lucha contra el Cambio Climático?

La reivindicación proteccionista es un apéndice del nacionalismo mucho más que una reivindicación contra el libre mercado. El nacionalismo está en las antípodas incluso de la literalidad ideológica joseantoniana. La lucha contra el libre mercado, siendo esencialmente correcta en la misma literalidad, admite matices no menores.

En una visión pendular de las alianzas internacionales soy de los que opinan que asistimos a un reverdecimiento saludable del estado Nación frente a una tendencia internacionalista que vaciaba con voracidad las competencias de los estados. La cooperación internacional ha dado ejemplos abundantes de que es posible alcanzar acuerdos multilaterales sin la anulación de las identidades de los Estados Nación. Así pues, un Jose Antonio ucrónico en la segunda década del siglo XXI dudo severamente que estuviera aferrado al proteccionismo arancelario.

Además de la reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos, la ucronía es un género literario que también podría denominarse novela histórica alternativa. Se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad. Ese punto se suele denominar punto Jonbar o punto de divergencia. Por ejemplo, España no se adhirió el pasado 16 de Noviembre a la Alianza por el abandono del uso del carbón, algo que podrían celebrar aquellos mineros que marcharon a Madrid en 2012. Pero se puede especular sobre si la posición hubiese sido otra de imponerse argumentos como los de protección a la Naturaleza que también aparecen explícitamente recogidos en la Norma Programáticas falangista (punto 20) sobre otros abiertamente incompatibles con la cooperación internacional (punto 3) y proclives al proteccionismo (18).

Vivimos unos momentos en los que la cooperación internacional que ha venido manteniendo España después de la II Guerra Mundial ha resultado crucial para vencer el desafío secesionista. En una ucronía narrativa yo situaría a José Antonio (que seguía con interés los debates de la Sociedad de Naciones) en la reivindicación del Estado Nación en un marco de cooperación internacional complejo pero con implicación leal de España. Una España liberada definitivamente de los complejos que fueron cayendo de nosotros durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI. En definitiva, y por ejemplo, adhiriéndose a la Alianza por el abandono progresivo del uso del carbón. Las tecnologías renovables y los sistemas de almacenamiento masivo de energía permiten hoy día garantizar mayor autonomía energética que los yacimientos de carbón cuyo uso es extraordinariamente lesivo para la vida humana y para el Planeta. En cualquier caso, la mía es una ucronía de género literario.

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