viernes, 22 de junio de 2012

La Administración. Reforma pendiente. (José Manuel Cansino -@jmcansino- en diarioya.es)


Las etapas de crisis son una eficaz coartada para poner en marcha reformas que contaban con partidarios mucho antes y en contextos diferentes a las crisis que, finalmente, las posibilitan.
Todas las puestas en marcha en los últimos dos años en España tenían sus defensores cuando todavía apenas nadie sabía que era una hipoteca 'subprime'.
El sistema de pensiones, la reforma del mercado laboral, las fusiones bancarias, la introducción de fórmulas de copago en el sistema sanitario, para todas ellas se puede encontrar documentos pro reforma y expertos que las invocaban como inaplazables.
Sin embargo, en el menú de reformas pendientes había una con especial juventud y, de momento, inédita a diferencia de las otras que ya se han abierto un hueco a propósito o gracias a la crisis.
Me refiero a la reforma de la Administración del Estado. Particularmente la necesidad de revisar el desarrollo del Estado de las Autonomías.
Hasta hace poco, el mero cuestionamiento de su deriva era un anatema en la Universidad o Academia española y en los medios de comunicación de masas. Cuestionar la bondad del Estado de las Autonomías suponía para quien se atrevía, quedar extramuros de los detentadores de la 'verdad' científica. Lo digo porque lo digo, lo digo porque lo sé.
En el primer ámbito había hecho fortuna la falacia de que cualquier competencia estatal, una vez cedida a las comunidades autónomas, era inequívocamente gestionada más eficazmente.
Un razonamiento más elaborado pero igualmente falaz venía a decir que el Estado de las Autonomías había contribuido al desarrollo económico porque uno y otro habían coincidido en el tiempo. Algo que cualquier económetra habría invalidado recordando que la correlación estadística no implica causalidad. Sería tanto como decir que dado que el desarrollismo en la España de los 60 coincidía con un estado autoritario, el estado autoritario era bueno para la sociedad.
No fue hasta la década de los 90 del siglo XX cuando un grupo amplio de intelectuales y algunas voces de los 'mass media' comenzaron a denunciar el despropósito del Estado de las Autonomías.
Economistas como Juan Velarde, Leopoldo González, Roberto Centeno, Juan R. Calaza o periodistas como Enrique de Diego, Eduardo García-Serrano, Romualdo Maestre, Carlos Herrera, Javier Castro-Villacañas o César Alonso de los Ríos, comenzaron esta rebelión frente al 'wishful thinking' autonómico.
Esta denuncia se hacía con el paraguas argumental irreprochable de que cualquier sociedad democrática y madura, tiene perfecto derecho a replantearse de vez en cuando si la organización administrativa del Estado debe mantenerse o revisarse para mejor atender las demandas ciudadanas.
Pero incluso contando ya con defensores, la defensa de esta reforma era previa a la crisis financiera actual como lo eran la del sistema de pensiones, la laboral, la sanitaria o cualesquiera otras. La diferencia crucial es que ésta aún no se ha abordado.
No obstante, el rescate del sistema financiero de España ha servido para dar una vuelta de tuerca de favor de su inmediata puesta en marcha.
Efectivamente, el informe del FMI cuya publicación precipitó la petición de rescate una vez fracasado el intento de que el Banco Central Europeo comprase masivamente deuda española y ante la inminencia del segundo referéndum griego, el informe decimos, señaló que el 30% del sistema financiero español era el que contenía el 70% del crédito afectado por la crisis inmobiliaria. Ese 30% eran, esencialmente, las cajas de ahorro; unas instituciones cuya gobernanza las había puesto doblemente al servicio de los gobiernos autonómicos.
En primer lugar al forzar operaciones de crédito económicamente inviables que se aprobaban por razones clientelares y así mantener empresas ruinosas pero con fuerte implantación local y bolsa de votos.
En segundo lugar como mecanismo de la denominada 'concertación social' o manera de comprar voluntades entre sindicatos, empresarios, sociedad civil y veteranos conmilitones a los que se otorgaba un retiro dorado por los servicios prestados.
Así que ahora, el descrédito de la clase política se suma al de las Administraciones Autonómicas (mucho menos valoradas que la administración general y la local) por su corresponsabilidad en la crisis del sistema financiero español.
Es este el momento de abordar la reforma de la organización territorial del Estado; que si bien no es la única responsable de la crisis económica. Sí tiene una responsabilidad no pequeña en la explicación del rescate de las cajas de ahorro. 


El MoU del rescate /José Manuel Cansino/ en diarioya.es

Es el acrónimo del documento que tendrá que firmar España como antes lo hicieron Grecia, Portugal e Irlanda.
El 'Memorandum of Understanding' -MoU- o Memorandum de Intenciones recuerda que el responsable de pedir la cienmilmillonaria ayuda a los socios comunitarios, es España. No hay ninguna 'alta parte contratante' en términos de Derecho Internacional que se llame 'sector financiero español'.
Así que la reputación en juego, a efectos internacionales, es la de nuestro país por mucho que el acuerdo revista importantes diferencias con el de los tres países intervenidos. Países que lo han sido a cambio de tener que cumplir unas condiciones macroeconómicas que llevaban aparejadas durísimas reformas a las que España se había adelantado.
Pero además del documento instrumental -el MoU-, el 'rescate' de España comparte con los anteriores la imposición de un supervisor externo -el Fondo Monetario Internacional (FMI)-. No obstante, parece que con un perfil más atenuado que el de los supervisores del FMI y de Bruselas que actúan de facto como interventores de aquellas economías.
En España el FMI sólo supervisará a las entidades financieras que soliciten la ayuda; en Grecia, Portugal e Irlanda, supervisan toda la política económica.
Hasta aquí, lo anterior es un retrato ajustado del acuerdo del sábado 9 de junio de 2012 (la fecha es para enmarcar). Un retrato que se aparta del triunfalismo ufano de algún portavoz gubernamental y del derrotismo que tanto gusta al genoma noventayochista español.
Vayamos ahora a los números y a algunas de las consecuencias.
En primer lugar los 100.000 M€ que constituyen lo que se parece a una línea de crédito superlativa está por ver si vienen del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (mecanismo disponible a día de hoy) o del Mecanismo Permanente (pendiente de la firma de algunos países).
Repárese en que este segundo mecanismo (preferido por el gobierno español) se aprobó ahora hace un año (¡) y todavía no está operativo, lo que dice poco de la agilidad de respuesta de la Unión Europea a una crisis tan brutal.
En segundo lugar hay que vislumbrar el impacto que tendrá este crédito sobre el gasto y déficit públicos y es que los intereses a pagar computarán como mayor gasto público, aunque luego el Estado (Frob) se resarza de ese pago cobrándoselo a las entidades financieras.
Esto va a hacer repuntar la cifra de déficit para 2012 y las necesidades de emisión de deuda pública salvo que las liquidaciones de pagos de los bancos rescatados al Frob y del Frob al mecanismo de estabilidad, estén casi sincronizados. Detengámonos en este punto.
A pesar de su creciente coste por la subida de la prima de riesgo, el Tesoro tenía cubiertos la mayor parte de vencimientos de Deuda de 2012. Esto es, había colocado Deuda nueva en cantidad suficiente para devolver la mayor parte de la que vence este año. Sin embargo, esas necesidades de emisión de deuda no hacen más que crecer. Por ejemplo, se necesitarán nuevas emisiones de Deuda para inyectar los 19.000 M€ para Bankia y también para pagar los intereses del macro crédito.
Por último, pero no menos importante, sorprende lo siguiente. El Banco Central Europeo realizó en diciembre de 2011 y en febrero de 2012, dos grandes subastas que, sumadas, rondan el billón de euros puesto a disposición de los bancos europeos. En la segunda de ellas, ya con el nuevo Gobierno suficientemente asentado, las entidades bancarias españolas solicitaron entre 120.000 y 150.000 M€. En esas subastas se prestaba al 1% con un plazo de devolución de tres años. Unas condiciones mucho mejores que las actuales (el tipo de interés del rescate podría estar en torno al 5%). La cuestión evidente es ¿por qué el gobierno no presionó en febrero a las entidades para aprovechar esta coyuntura y recapitalizarlas?
¿Tan irreales eran los balances de las entidades y tan miope la supervisión que de ellos hizo el Banco de España?
De momento tenemos un tiempo de respiro. En los próximos días, el foco de los mercados, esos que nos gobiernan, se pondrá en Grecia y en su segunda ronda electoral. Luego, posiblemente, le tocará a Italia.

lunes, 18 de junio de 2012

Air Pollution Conference /Amsterdam/

Con mis colegas de la Cátedra de Economía de la Energía /Universidad de Sevilla=Fundacio Roger Torne/ presento la investigación Economic assesment of CO2 emissions savings in Spain associated with the use of biodiesel for the transport sector.
Un trabajo muy interesante y práctico.