viernes, 16 de diciembre de 2011

«Han vivido del dinero público parapetados en entes prescindibles» (Entrevista en La Razón 12/12/11)

11 Diciembre 11 - - N. Acedo Castelló
SEVILLA- Entre las causas de la crisis que vivimos está para José Manuel Cansino la «popularización de la especulación». Y se explica: «Aquí todo el que tenía un poco de dinero sobrante compraba sobre plano y ‘daba el pase’ antes de que llegara el momento de subrogar la hipoteca, vendiendo la vivienda que había comprado por un 15 o 20 por ciento más del dinero que le costó. La especulación se multiplicó, la banca se enladrilló y ahora tiene créditos incobrables. Mientras está ocupada en salvarse de la quema, a lo último a lo que está dispuesta es a dar créditos». Es un profesor vocacional que está acostumbrado a hacerse entender en materias complejas. He aquí una muestra:

–En ese contexto, ¿cuáles cree que son las principales debilidades de la economía andaluza?
–Andalucía parte con una tasa de desempleo estructural muy alta. Además, existe una demonización del concepto de empresario que llega hasta el punto de que nos hemos tenido que inventar un término nuevo como es el de emprendedor, internacionalmente inexistente, porque nadie quiere que se le estigmatice como «empresario-sinvergüenza». Cuando pregunto en un clase de Empresariales cuántos quieren serlo, levantan la mano no más del 3%. Esto es parte de la explicación de lo que pasa en Andalucía. Desde el lado de la formación, si miramos los informes PISA que publica la OCDE, la preparación de quien no ha llegado a la Universidad es, en términos comparativos, de las peores en relación a nuestro entorno. Y lo es en particular en aquellos aspectos técnicos que luego son los que mandan en las empresas. Ya en la Universidad, ninguna andaluza está entre las 100 primeras del ranking de Shangai, el más reputado. Sin embargo, desde Gran Bretaña o Portugal vienen aquí a contratar a médicos y enfermeras, desde Alemania o Noruega ingenieros... Es decir, a pesar de todo, se nos considera bien preparados.

–Hay buenos profesionales pero no tejido empresarial real...
–Quien está cualificado no piensa en montar una empresa. Esto afecta incluso al conjunto de Europa en algunos aspectos. Si se mira el ranking de las principales empresas en EE UU, aparecen Microsoft, Apple, Google... ninguna existía hace 75 años. Muchas son «empresas garaje» que montaron jóvenes y que ahora son líderes mundiales. En Europa las grandes empresas son las mismas de hace 75 años: Siemens, BMW.... En Andalucía las que dicen liderar el cambio como Abengoa o Airbus  Military son también las mismas y no son capaces de dar trabajo a todos los demandantes.

–¿Considera que la Junta ha logrado el cambio de modelo productivo que propugna José Antonio Griñán?
–Ése es un lenguaje tramposo que procede de la segunda mitad del siglo XIX. La Administración pública se cree que todavía puede planificar el modelo económico y esto es una gran mentira. Una Administración en una economía de mercado no puede planificar un modelo energético ni económico. Si alguien quiere hacerlo, tiene que modificar las reglas del juego. Estamos en un sistema de mercado, no en el de dirección central que cayó a finales de los 90. No se puede hablar en esos términos sólo porque suena bien, ya que se está engañando. La Junta no puede cambiar de modelo ni le corresponde hacerlo.

–¿Cuál debería ser su papel?
–Doble, en mi opinión: facilitar la creación de empresas, porque el mercado nacional se ha fragmentado en un proceso inverso al que se ha recorrido en Europa; y ordenar la actividad. Cuidar aspectos dañinos como los efectos contaminantes, los abusos laborales... Pero la Junta no puede decidir qué se puede o no producir y con qué tecnología. Eso lo hacen las empresas, que son también las que deben captar las oportunidades de negocio, y a las que la Junta tiene que abrir puertas. Extenda es un ejemplo de parte de la Administración que funciona muy bien, tanto en el criterio de financiación, como en el de cómo ayudar a las empresas. Presta un buen servicio, se conoce los sectores, te lleva a las ferias internacionales propias del producto que intentas comercializar, te enseña a negociar... Lo hace, pero cobra, y la empresa lo valora porque paga una parte. Por contra, un ejemplo de algo que no funciona es la certificación de calidad ambiental que concede el Instituto de Tecnología de Andalucía. La empresa obtiene algo positivo para su imagen corporativa y subvencionado. Eso es una economía fingida e irreal. Si lo tuvieras que pagar no lo harías. De otro lado, en Andalucía tenemos una Administración obsesionada por ideologizar, éste es su principal objetivo. Con la sanidad, con la educación, con la cultura... No se puede utilizar el dinero de la gente para eso, en lugar de prestar servicios de calidad. La Junta está para administrar los recursos que los andaluces pagamos con nuestros impuestos y esfuerzo, no para repartir ayudas con ese fin.

–¿Cambiaría algo en la relación del Ejecutivo regional con el mundo empresarial?
–Hay empresas que están más preocupadas por ver a quién conocen o a quién tienen que llegar en la Administración para conseguir un contrato, que en presentar una buena oferta. Esto es malísimo para el sistema productivo porque hace que las empresas no sean competitivas. No se puede ignorar que aquí, además de una buena oferta, tienes que tener capacidad de influencia si tu  cliente final es la Administración. Pesa mucho más la preocupación por hacer «lobby», que el que un producto o servicio sea competitivo. Eso es letal porque hemos malacostumbrado al sistema productivo. Un modelo así, protegido de la competencia, no puede salir fuera porque, influencias aparte, tu producto no es bueno.

–¿El sector público andaluz está sobredimensionado?
–Hay un ejemplo claro: cuando sale el Decreto de reordenación del sector público, ¿cuántas fundaciones y empresas públicas desaparecen? Más del 50 por ciento. Prueba evidente de que se podía prescindir de ellas. Existía un entramado tipo «tela de araña», donde había quien vivía del dinero público, parapetado en fundaciones perfectamente prescindibles, con unos sueldos que no correspondían a su categoría profesional. Esto sale del bolsillo de todos y es inaceptable. Como lo es que este sistema se use para quien pierde las elecciones en su pueblo, tenga un colchón que el resto de trabajadores no. La sociedad no puede ser asimétrica, no puede depender del campo en el que juegues, el tener siempre un colchón de retiro o la calle.

–La CEA reclama auditorías para el personal de las administraciones, donde dicen no se han recortado suficientes gastos, ¿está de acuerdo?
–Se tiene que avanzar en un concepto fundamental: la evaluación de la calidad de las políticas públicas. Ya hay parte de la Administración que ha empezado a hacerlo. Por ejemplo, los grandes hospitales generalistas funcionan con una herramienta de gestión que se llama contrato-programa, donde parte de su dotación presupuestaria depende de que alcancen o no los objetivos que han pactado con el sector público. Eso está basado en indicadores que son lo más objetivo posible. Pero es la minoría. Ahora bien, también los empresarios tendrían que pensar si su forma de financiación es la más adecuada. En España, no sólo financiamos con nuestros impuestos las cuatro administraciones convencionales que tenemos –la Seguridad Social, la local, la regional y la central–, además pagamos una estructura de entes privados que funcionan con criterios públicos: sindicatos, organizaciones empresariales y partidos políticos. Son entes de derecho privado, pero la financiación mediante las cuotas de los afiliados es mínima. Es más, en el caso de los empresarios, ¿qué sentido tiene tener una estructura bicefálica de cámaras de comercio, por una parte, y de confederaciones empresariales, por otra? Al final, todo redunda en el bolsillo de la gente y en la libertad de elegir del ciudadano, que no puede invertir ese dinero en lo que quisiera. Tenemos un sector político que entra hasta la cocina de tu casa, que lo tutela todo, en vez de ocuparse de ordenar lo que debe, de prestar servicios de calidad y con un justo precio. La Administración tiene que ser ejemplar, sobre todo en el momento del pago.

–¿Tiene que ver esa falta de ejemplaridad de la Administración con la economía sumergida?
(entrevista completa en http://www.larazon.es/noticia/7714-han-vivido-del-dinero-publico-parapetados-en-entes-prescindibles )

domingo, 11 de diciembre de 2011

YACIMIENTOS DE GASTO (publicado en Viva Sevilla el 7-12-11)


por José Manuel Cansino
(Director de la Cátedra de Economía de la Energía y del Medio Ambiente de la Universidad de Sevilla)

El profesor y exministro Jaime Lamo de Espinosa defendía el otro día en Sevilla, la idea de encontrar “yacimientos de gasto” en los presupuestos que pudieran ser bien eliminados bien destinados a obra civil.
El término afortunado nos recuerda al de “yacimientos de empleo” que la Comisión Europea acuñó a finales del siglo XX para financiar con fondos estructurales, aquellas políticas públicas que mayor impacto pudieran tener sobre el empleo.
No se trata sólo de adelgazar el gasto público sin más por mor de garantizar el equilibrio presupuestario y espantar a esa prima terrible que es la prima de riesgo. Se trata además, de priorizar las partidas presupuestarias con un criterio afortunado para después suprimir aquellas que resulten más prescindibles o redirigirlas a financiar infraestructuras u obra civil.
Sufrimos una Administración pública obsesionada por ideologizar con sus políticas. Se hace “ingeniería social” desde una sanidad pública muy allanada ante la cultura de la muerte. Se financia la cultura pero no cualquier cultura; sólo aquella que fomenta el enfrentamiento entre españoles con vocación de reescribir la Historia con tinta de venganza. Se hace ingeniería social desde la política educativa con asignaturas que entran de lleno en el terreno paternal y maternal de la formación de conciencias de nuestros hijos.
Hemos llegado a tener que inventarnos el término “emprendedor” porque la ingeniería social había estigmatizado el de “empresario”. Algo verdaderamente impensable en cualquier sociedad desarrollada y todo se ha hecho con dinero público.
Buena parte de la Administración ha olvidado su papel de suministrar servicios públicos y lo ha sustituido por el de ente ideologizador que busca diseñar una sociedad que permita eternizar al partido en el ejercicio del poder.
Todo ese esfuerzo presupuestario espurio sería mucho mejor empleado en financiar innumerables obras públicas hoy detenidas y que se han llevado por delante a centenares de pequeñas empresas asfixiadas por no cobrar lo que se les debe.
Impulsar la SE-40, retomar los ramales del AVE, mejorar las infraestructuras de los colegios o comenzar la construcción de la ciudad de la justicia, son sólo ejemplos de iniciativas que podrían beneficiarse de esos yacimientos de gasto que, una vez enumerados, deberían orientarse hacia algo que se aleja mucho de esa ingeniería social, obscenamente impropia de las administraciones democráticas.
En Sevilla, a pesar de las críticas facilonas, las universidades forman buenos profesionales. Si antes fue Gran Bretaña quien vino a por profesionales de la salud, luego la todopoderosa Alemania vino a por ingenieros, ahora es Noruega quien viene a por 5000 ingenieros que necesita para explotar sus plataformas petrolíferas. No seremos tan malos cuando nos buscan.
Precisamente y a día de hoy, las principales empresas de ingeniería civil del mundo, son multinacionales españolas.
Sabemos hacer las cosas bien si nos dejan.
En estas y en otras cuestiones he tenido oportunidad de extenderme en mi último libro “La Economía fingida” (Ed. Paréntesis).

domingo, 20 de noviembre de 2011

Presentación de 'La Economía fingida'

El pasado martes 15 de Noviembre, tuve la oportunidad de presentar el libro 'La Economía fingida' (Ed. Paréntesis) en la Fundación Cruzcampo de Sevilla.

En la mesa tuvieron la gentileza de acompañarme Julio Cuesta, presidente de la Fundación, el periodista de Onda Cero, Santiago Talaya y la Vicedecana de Investigación de la Facultad de Economía, Rocío Yñiguez.



Muchas gracias a quienes me acompañaron amablemente y a quienes me animaron a seguir en estas lides.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Nace la cátedra de Economía de la Energía, dirigida por José Manuel Cansino y patrocinada por al Fundación Roger Torné

(Publicado en Diario de Sevilla el 3/11/11)
 
La Universidad de Sevilla alcanzó ayer la cifra de 25 cátedras cofinanciadas por empresas públicas y privadas, una opción que permite la captación de fondos alternativos para la investigación en esta complicada coyuntura económica. El vicerrector de Transferencia Económica, Ramón González Carvajal, y la directora de la Fundación Roger Torné, Soledad Román Collado, firmaron ayer la creación de la Cátedra de la Economía de la Energía y del Medio Ambiente, que estará dirigida por el profesor de Económicas José Manuel Cansino, colaborador habitual de este periódico. La Roger Torné, fundada en 1984 y socio de honor de Unicef, está especializada en la salud respiratoria infantil y en la incidencia que tienen sobre ella los factores medioambientales.

La nueva cátedra estará compuesta por un grupo de 12 investigadores, "un núcleo que está en la primera línea de la investigación sobre la economía energética y ambiental en España", según José Manuel Cansino. Como prueba de esta afirmación recuerda el "gran número" de publicaciones en "revistas internacionales científicas de primer nivel", como The Annals of Regional Science o Energy Policy, entre otras revistas de impacto en el mundo académico.

Entre los trabajos que destaca el profesor Cansino está el realizado sobre el impacto en Andalucía de la energía termoeléctrica (la que se produce en la planta de Abengoa Solúcar, ubicada Sanlúcar la Mayor). "Ahora investigaremos asuntos como la generación de CO2 en nuestro entorno, una cuestión que, además de los perjuicios ya sabidos, es negativo para la calidad de vida de los niños con enfermedades respiratorias, como el asma".

Con el convenio firmado con la Universidad de Sevilla, que en principio durará un año y supondrá una aportación de 12.000 euros, la Fundación Roger Torné se une a una lista en la que están presentes Cemex, Cepsa, Banco Santander, Persán, Endesa, la Fundación Abdulaziz Saud Al-Babtain o Telefónica, entre otras entidades de prestigio internacional.

La Cátedra de Economía de la Energía ha elaborado para el próximo año 2012 un plan de actividades que abarcan proyectos de investigación y seminarios para contribuir a la divulgación de las áreas temáticas relacionadas con la economía de la energía y el medio ambiente, así como acuerdos con otros centros investigadores nacionales e internacionales.

Todas las cátedras de empresa de la Universidad de Sevilla se renuevan anualmente y cuentan con un director y una Comisión Rectora presidida por el rector de la Hispalense, Joaquín Luque -o la persona en la que él delegue- y formada por miembros de la comunidad universitaria y de la empresa patrocinadora.

lunes, 5 de septiembre de 2011

SOBRE LA PANACEA DE LA FORMACIÓN (artículo publicado en ABC de Sevilla 24/8/2011)


Holanda ha puesto en marcha una iniciativa de prevención del desempleo que podría aplicarse también en España con algunas mejoras como las que aquí se proponen. No en balde y desde hace años, en España se echa en falta criterio propio en el diseño de la política económica pues esta parece sólo una copia, a veces buena y otras no tanto, de lo que ya hacen otros socios comunitarios. El “que inventen ellos” unamuniano no nos resulta del todo lejano.
Uno de los expertos españoles en políticas activas de empleo, Francisco Javier Mato, profesor de la Universidad de Oviedo, ha llamado la atención sobre esta medida de lucha contra el desempleo adoptada por los Países Bajos en 2009. La medida combina los objetivos de mejora del capital humano y prevención del desempleo.
Concretamente y con el propósito de mantener el capital humano en las empresas, el gobierno de ese país financia de manera extraordinaria una parte de los costes laborales de determinados empleados que reciben educación o formación a tiempo parcial. La medida permite a las empresas cuya actividad haya sufrido los efectos de la crisis mantener en plantilla a trabajadores fundamentales, reduciendo sus costes durante un máximo de 65 semanas.
La iniciativa une dos realidades. La primera es que la crisis reduce evidentemente la carga de trabajo de muchas empresas y obliga a despedir a parte de la plantilla. La segunda es apostar por la formación de los trabajadores, por la mejora del capital humano en definitiva, asumiendo como cierto que las políticas de formación contribuyen positivamente al crecimiento de la productividad. Esto último redundaría en beneficio de la competitividad de las empresas nacionales, de sus posibilidades de supervivencia y, en general, en la fortaleza del sistema económico para capear la grave situación de crisis.
Las políticas de formación de carácter ocupacional constituyen la política activa de empleo más recurrente tanto en nuestro país como en los países de la Unión Europea. Los fondos públicos destinados al conjunto de políticas activas de empleo han seguido una tendencia creciente en países como España, pasando del 0.33 % del PIB en 1985 al 0.80 % en 2007.
Sin embargo, a pesar de las expectativas que las políticas de formación generan, las investigaciones empíricas que se conocen sobre sus efectos en la empleabilidad y los ingresos futuros de sus beneficiarios, descartan que sean una panacea. Además de resultar complejo estimar las relaciones causales entre formación y empleo, en la práctica, escasean los estudios que analizan los efectos de la formación más allá del corto plazo. Por si fuera poco, la evidencia resulta contradictoria en cuanto a la persistencia de los efectos de la formación en el medio plazo, esto es, los efectos positivos que a veces muestran, desaparecen muy pronto.
Es en este punto en el que sostenemos que España puede añadir a la experiencia holandesa dos mejoras muy importantes en el sistema de formación. Ambas van orientadas a garantizar la calidad del sistema de formación sobre la base de que no habrá empleo de calidad sino hay formación de calidad.
En primer lugar hay que tener en cuenta que desde los ochenta y noventa del siglo pasado se asumió en España que era necesario mejorar la intermediación entre oferta y demanda de puestos de trabajo, lo que llevó a adaptar las actuaciones al entorno más cercano al desempleado. En la práctica esto ha supuesto que la formación se realice de forma descentralizada en centros de formación que pueden ser de titularidad privada o financiados con fondos públicos a través de centros propiedad de asociaciones empresariales o sindicales. Sin embargo, el Tribunal de Cuentas ha sido muy crítico con la forma en la que estas instituciones han gestionado a veces, los fondos destinados a la formación.
Por tanto, se hace necesario introducir un adecuado sistema de evaluación de la calidad de los centros de formación a través del cual, mediante la creación de una agencia de evaluación de la calidad, los mejores centros logren una acreditación que exhiban como marchamo de calidad ante los posibles clientes que, de esta forma, saben que sus posibilidades de empleo o ingresos futuros mejoran si su formación se realiza en estos centros. Los centros que logren esta acreditación deben estar en mejor posición de captar más cantidad de fondos tanto públicos como privados (de la empresa cuyos trabajadores se forman y del bolsillo de los propios trabajadores). El sistema de acreditación sirve, además, para introducir un mecanismo de competencia entre los centros de formación que buscan aumentar sus fondos mejorando su calidad. La baremación de resultados puede admitir correcciones cuando se trate de centros ubicados en zonas especialmente deprimidas o concurran otras circunstancias.
El sistema de acreditación basado en este tipo de resultados es un camino acertado para desalojar los abusos que se han puesto de manifiesto en algunos informes de los órganos de control del Estado. Además no es novedoso para la Administración Española pues es el que se aplica en algunos ámbitos del sistema universitario.
Como segunda mejora a la iniciativa holandesa, los programas de formación deben diseñarse de manera que incorporen la evaluación de sus resultados desde el inicio. Por supuesto, mucho más allá de verificar que se cumplen unos estándares de espacio y acondicionamientos de los centros. El compromiso debe incluir la obligación de aportar información sobre el itinerario seguido por sus exalumnos o egresados (tiempo en encontrar un nuevo empleo, tipo de empleo conseguido, duración, ingresos laborales…). Estos resultados se utilizarán para el proceso de acreditación de la calidad del centro y exigen el compromiso del trabajador de suministrar información sobre su carrera profesional a cambio de lo que técnicamente se denomina una recompensa, que no es más que una cantidad de dinero que el egresado recibe periódicamente a cambio de los datos que suministra.
Es importante insistir en que no habrá empleo de calidad sino hay formación de calidad. Por esto, si buscamos una formación de calidad, un sistema productivo sólido y no fingido, hay que aceptar que la continuidad de los programas de formación dependa de los resultados obtenidos a partir de las evaluaciones realizadas.
En definitiva, la iniciativa holandesa es muy interesante pero lo sería más si se incrementan y sistematizan las evaluaciones de la formación, e intenta que acompañen a los programas desde su inicio. Lo anterior beneficiaría a todos los agentes vinculados a la formación, sean financiadores o proveedores, y muy especialmente a sus participantes y, con todos, al conjunto de la economía española.


(*) José Manuel Cansino Muñoz-Repiso. Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla.

jueves, 28 de julio de 2011

"España tiene la mayor tasa de economía sumergida junto Italia y Grecia". Entrevista publicada en ABC de Sevilla


Día 25/07/2011 - 07.54h
«España tiene la mayor tasa de economía sumergida, con Italia y Grecia»
KAKO RANGEL
—¿Por qué repunta en estos meses el empleo en Andalucía y en Sevilla se sigue destruyendo?
—Primero porque los extranjeros que entran por el aeropuerto de Málaga no encuentran playas en Sevilla y segundo porque no pocas multinacionales con delegaciones en Sevilla, están replegándose a una única oficina en Madrid o Barcelona.
—Pero hay quien mantiene que esos datos no son reales…
—Junto con la italiana y la griega, son las que mayor tasa de economía sumergida tienen. Hasta un por 23,3 ciento. Casi uno de cada cuatro euros que se producen es «tax free».
—¿El caso de Contsa tiene similitudes en el extranjero o es un fenómeno típicamente sevillano?
—No sé si se refiere al timo piramidal. Si es así, el premio parece que se lo ha llevado Bernard Madoff. Y la cosa no llega a más porque mucho del dinero que buscaba estas rentabilidades tenía menos papeles que un conejo de monte. No sé si me explico.
—¿Cómo crearía empleo en Andalucía?
—A lo mejor hay que preguntarse ¿dónde debe buscar trabajo un desempleado andaluz? Encontrar empleo pasa por moverse. Pero ya puestos, comencemos por modificar el IVA haciendo que se pague por facturas cobradas y no por emitidas. Luego usemos los créditos ICO para que las administraciones salden sus deudas con las empresas a las que deben dinero; luego apostemos por la inversión agrícola. Con una demanda creciente de los países emergentes y la presión de los biocarburantes, la agricultura tiene posibilidades y, además, puede emplear a mano de obra que antes trabajaba en la construcción. Sigamos por la obra civil; tenemos buenos ingenieros que ganan proyectos gigantescos en Panamá, Reino Unido, etc Pero hay que coger la maleta. Hoy la élite de la albañilería está levantando rascacielos en los Emiratos Árabes.
—¿Cree en los programas de formación para los desempleados o se declara ateo al respecto?
—La evidencia empírica arroja resultados muy discretos sobre la empleabilidad y los salarios de quienes siguen cursos para desempleados. En cambio ha sido terreno abonado para el abuso y el mangazo. Al Tribunal de Cuentas me remito. Sin formación de calidad no puede haber empleos de calidad.
—Una buena fórmula durante estos años para encontrar trabajo ha sido la de ser hermano, primo o amigo de un alto cargo. ¿Se puede entender esa tendencia como economía solidaria?
—Las relaciones personales siguen siendo el principal método para encontrar empleo en España.
—¿Lehman Brother, la burbuja inmobiliaria y vivir por encima de las posibilidades reales forman parte de un mundo que se creyó rico?
—Obscenamente rico.
—¿Ha existido el milagro español o fue todo una farsa?
—Hasta un 10 por ciento del crecimiento del último decenio lo fue por el boom inmobiliario.
—Pero las colas en los comedores de Cáritas son ya tan numerosas como las del paro…
—Y menos mal que aún supervive la red familiar pese a los intentos legales de triturarla.
—Pero la política no hace nada o no sabe qué hacer. Para pagar lo que debemos se carga contra las clases medias pero no contra los gastos enloquecidos de un Estado con diecisiete administraciones y sus respectivas diputaciones…
—Porque en España falta conciencia de contribuyente. Como dijo esa eminencia; «el dinero público no es de nadie» y venga a meter la mano en el bolsillo del contribuyente.
—¿Hay razón para atacar a los bancos, para pedirles consideración con las hipotecas de los que se quedaron parados?
—Sin la connivencia del sector financiero la burbuja hubiera sido imposible, así que si aplicamos «el que contamina paga» para quien emite CO2 pues también para quien vende activos tóxicos.
—¿Se cree el giro a indignado que ha dado Rubalcaba?
—Rubalcaba es un claro exponente de un sistema cupulocrático.

Un placer

domingo, 17 de julio de 2011

Las cuentas dudosas. José Manuel Cansino (Tribuna publicada el 16/7/11 en Diario de Sevilla y periódicos del Grupo Joly)

EL 4 de octubre de 2009, el Partido Socialista Griego (Pasok) liderado por Yorgos Papandreu ganó unas elecciones legislativas que se habían convocado anticipadamente. Poco después de su toma de posesión, el nuevo gobierno revisó las cuentas que había presentado el gobierno anterior reconociendo que el déficit público acumulado a esas alturas de año alcanzaba ya el 12,7%. Finalmente el déficit del país heleno llegaría al 13,9%. 

Grecia había mentido en sus cuentas públicas y perdido su credibilidad en los mercados financieros. Tras un primer rescate de la Unión Europea y del FMI, en estos días se debate la conveniencia de uno nuevo con reconocimiento de la quiebra parcial de ese país. Lo cierto es que todavía no se sabe cómo terminará la crisis de la deuda griega, tema del que he tenido oportunidad de ocuparme en La economía fingida (Ed. Paréntesis). 

Menos de dos años más tarde, tras ganar la elecciones del 22 de mayo de 2011, la nueva presidenta de Castilla La Mancha ha destapado que el déficit real de las finanzas públicas regionales superaría el 4%, muy por encima del 1,7% reconocido poco tiempo antes por su predecesor. Más aún, el nuevo consejero de Empleo del Ejecutivo regional acaba de anunciar que las facturas impagadas superan en 1.000 millones de euros lo reconocido por sus predecesores. 

La misma semana de la denuncia del Gobierno castellano-manchego, la prima de riesgo de la deuda pública española alcanzaba un máximo de 390 puntos básicos con respecto al bono alemán a diez años. Esto supone pagar casi un 4% más que los alemanes por conseguir la misma financiación. La subida de la prima de riesgo no se debió a la situación de Castilla La Mancha, sino a la rebaja que la agencia Moody's realizó de la calidad de la deuda de Irlanda y la puesta en solfa de la deuda italiana por los mercados. Sin embargo, la prensa internacional no pasó por alto la situación de la región española. 

Vale para Grecia, para Castilla-La Mancha y para el más grande de los pequeños municipios el aserto de que la reputación cuesta mucho ganarla y muy poco perderla. 

La transparencia en las cuentas públicas es un pilar esencial de la estabilidad económica porque su credibilidad ayuda a inversores y ahorradores a tomar decisiones. En cambio, su falsedad espanta la inversión y hace que los gobiernos metan la mano en el bolsillo del contribuyente cuando tienen que enjugar los déficit financiándolos con una deuda más cara.

Unido a lo anterior, es desalentador saber que si el déficit presuntamente oculto en Castilla acaba siendo cierto, además de obsceno resultará impune. Poco o nada pueden hacer los órganos de fiscalización y control. Incluso cuando quien actúa es el propio Tribunal de Cuentas. Cosa muy diferente ocurriría si lo hiciéramos usted o yo. 

Además llama la atención que el procedimiento de ejecución del gasto público está extraordinariamente regulado incluso sometido a un control a priori (antes de realizar el pago) y a posteriori. Unido a lo anterior, los funcionarios de los diferentes cuerpos de la Intervención (responsables técnicos de la ejecución de los presupuestos) siempre se han caracterizado por su estricta observancia de la norma. La advertencia de la Intervención en el caso de los ERE presuntamente fraudulentos en Andalucía es buena muestra de ello. Por tanto, se trata de un maquillaje de las cuentas de responsabilidad esencialmente política. 

Y ocurre que entre la moral pública y la privada existe una relación estrecha que nos viene a decir que cuando el contribuyente percibe que la primera no existe se siente liberado del cumplimiento riguroso de sus obligaciones fiscales. Dicho de otro modo, el nivel de fraude fiscal es mucho más elevado en los países donde la corrupción está muy extendida. Con la economía sumergida ocurre algo parecido. 

Nada hay que reprochar a quien, recién llegado a un gobierno, sea del signo político que sea, denuncia este ocultamiento. El ciudadano-contribuyente tiene derecho a saberlo. 

Pero si lo que se denuncia en Castilla La Mancha se une a las denuncias similares que han hecho otros gobiernos, principalmente municipales, salidos de las elecciones pasadas, la credibilidad de las cuentas públicas nacionales se resentiría extraordinariamente y los mercados no se comportarían de forma diferente a como lo hicieron con Grecia tras la denuncia de Papandreu. Sería sólo cuestión de grado. 

La transparencia en las cuentas públicas españolas debe quedar tan garantizada que su credibilidad permanezca extramuros de la pugna política. Quien abusa del poder para esconder deudas sabiéndose impune socava un pilar fundamental de la estabilidad económica nacional de consecuencias potencialmente tan graves como las que ahora soportan varios socios europeos.

La economía fingida, la economía irreal

Diario de Sevilla, 10 de julio de 2011 León/Lasa
HASTA hace relativamente poco tiempo -y algunos ya peinamos canas- la base económica de un país, su sostén productivo, se apoyaba fundamentalmente en aquello que se denominaba en las clases de Economía como los sectores primarios y secundarios: agricultura e industria. Fabricábamos coches o tuberías, cosechábamos trigo o maíz. Y los vendíamos, dentro o fuera de nuestras fronteras. Eso, lo tangible, está pasando a la historia. Últimamente me ha dado -otra manía más- por escudriñar en todo aquello que compro, ya sean camisas, zapatillas de deporte, radios o televisores, su origen, elmade in. Ni por casualidad encuentro un made in Spain. Porque, según se nos dice, hemos pasado a ser una economía de servicios, que es lo cool. Total, que fabriquen ellos mientras nosotros nos dedicamos a consumir y a especular. O así ha sido hasta hace poco. Porque de la noche a la mañana, de forma abrupta, allá por 2007, en algún momento despertamos de este sueño. Y la realidad con la que nos topamos es bien sencilla: hemos vivido durante años (el Estado, pero sobre todo las familias) por encima de nuestras posibilidades; estamos endeudados hasta las cejas; no somos competitivos en casi nada (salvo en sol y playa); y no volveremos a ver otro boom inmobiliario... Nos quedan años de sufrimiento y de purgar los excesos con una resaca tremenda. En mayor o menor medida todos hemos participado en este desmadre.

Todo esto -con un prosa que huye del alarde inútil y que se esfuerza por explicar con claridad asuntos que algunos se empeñan en convertir en oscuros- se expone en el libro La Economía Fingida, recientemente editado por Paréntesis y cuyo autor, José Manuel Cansino, es profesor de la materia en la Universidad de Sevilla. El subtítulo de la obra -Cómo hemos llegado a esta crisis y pistas para salir de ella- nos indica cuál es el propósito de la misma. En ella se nos intenta aclarar por qué se desató el tsunami financiero cuando nadie fue capaz de predecirlo; en qué consiste una calificación AAA; qué significado tiene el acrónimo MBS (mortgage backet security); o qué eran las hipotecasninja. Para mí, el capítulo más interesante quizá sea el que trata del traslado de la crisis financiera a la economía llamada real y que resume en pocas líneas que, al final, no se puede vender humo eternamente, ni tampoco tulipanes holandeses. No sé si las lecciones del libro (y las de la vida real) nos servirán para el futuro. Pero me conformaría con que fuéramos capaces de asumir que no se puede gastar indefinidamente más de lo que se ingresa, y que toda economía fingida o evanescente, sin base, termina derrumbándose más pronto que tarde.

jueves, 7 de julio de 2011

Reseña de Euleón en http://arenaenloszapatos.wordpress.com

La Economía Fingida (2011) de Jose Manuel Cansino Muñoz-Repiso
Editorial Paréntesis
Viene siendo habitual, en estos días de incertidumbre, la aparición recurrente de libros de tono aclaratorio sobre las raíces de la crisis económica que nos asola. Obedece este hecho, según mi criterio, al aserto más o menos jocoso según el cual el economista es aquel individuo cuya profesión consiste en predecir el pasado. La mayoría de estos manuales de aparición coyuntural y oportunista dicen escasamente más de lo notorio, por sufrido, y aportan poca o ninguna solución al aprieto. En resumen, fotografían el suceso avisando de lo que puede acontecer cuando ya ha ocurrido la barahúnda sin remedio.
Sin embargo La Economía Fingida no sólo retrata la génesis primaria de la situación con una prosa clara y de una fluidez vertiginosa sino que, sin renunciar a un ápice de rigor, ilustra al lector con soplos de fino humor cotidiano. Por momentos el escritor alecciona con narraciones de costumbrismo cercano su teoría para recordar que está hablando de algo que nos afecta a diario. La situación de los financieros más alejados de nuestras fronteras tiene su repercusión en el bolsillo del más anónimo de nuestros convecinos. Ahí estriba la diferencia de L.E.F.; es un retrato sobre un espejo en el que el lector, al fondo del mismo, puede vislumbrar su propia y acostumbrada situación.
Dosificando la verborrea financiera al uso para aliviar el peso de su lectura, Cansino, esboza un perfil frío y cercano a la vez. Un retrato en el que arrincona la propia opinión para arrojar al público la realidad de unos hechos sobre los que el lector más avispado vislumbrará una formidable bóveda de conflictos financieros férreamente entretejidos bajo la que subyace la sorprendente realidad de la anulación práctica de la soberanía de los pueblos, en virtud de unos intereses económicos cuya madeja el profesor Cansino llega a desentrañar brillantemente. Disecciona con puntualidad el economista sevillano la degradación de la sociedad española que ha fingido una situación insostenible demasiado tiempo y que la ha postrado en el escenario actual. Cansino, hombre joven pero de profundas y arraigadas convicciones, no cede un pelo al metálico discurso ultraliberal al uso que abandona al socaire de la incertidumbre a las masa más desvalida. Más bien, apunta al retorno de valores perdidos como la Educación -que no la simple formación- la austeridad y la integridad de los administradores públicos, la racionalización del mercado de las energías y sobre todo el reintegro de España a una gobierno racional y eficaz, modelo actualmente dislocado en un maremágnum de administraciones repetidas y disgregantes.
La lectura de este libro mantiene la fe en que los valores individuales del hombre, trabajo, austeridad, educación… son el armamento moral para superar contextos de zozobra como los que vivimos.
Una lectura obligada, no tanto para entender el origen de la situación actual ,como para asimilar que los remedios no deben sobrevenirnos impuestos (toquemos madera ante esta palabra) con varas mágicas y sí con la esperanza depositada en los valores que hicieron al hombre dueño de su designio en la tierra.
Euleón

Novedad editorial

miércoles, 9 de marzo de 2011

Compro oro. Por José Manuel Cansino (Artículo publicado el 9/12/10 en Diario de Sevilla y periódicos del Grupo Joly)

LOS desequilibrios financieros mundiales han estado en el origen de las burbujas financiera e inmobiliaria que estallaron en agosto de 2007.

El exceso de ahorro de países como China y otros países exportadores de materias primas financió el consumo y la inversión (buena parte en inmuebles) de países como EEUU, Reino Unido, Australia o la propia España.

La derogación de la Ley Glass-Steagal en 1999 permitiendo la fusión de la banca comercial y la de inversión en EEUU, junto a la ineficiencia demostrada por las agencias de calificación de riesgo (en la práctica un oligopolio), permitieron que los bancos de los países con un fuerte superávit por cuenta corriente encontrasen unas rentabilidades elevadas para sus clientes en activos sin prácticamente riesgo.

Esta combinación (tipos de interés elevados y activos con excelente calificación del tipo AAA) era una contradicción en términos. Pero una contradicción que alojó en su seno la vorágine especulativa desatada por una ingeniería financiera, que puso a las hipotecas tóxicas (las subprime) como activo subyacente de unos productos financieros completamente opacos.

Un mercado financiero mundial del que habían ido desapareciendo paulatina y progresivamente las trabas a los movimientos de capitales (con una orden telemática cambiaban de manos cientos de millones de dólares) vio como el dinero se movía con arreglo a la elemental lógica financiera. Fluía desde quienes lo tenían (China y demás economías emergentes y exportadoras de materias primas) hacia quienes lo necesitaban.

Pero el dinero se movía, no se olvide, buscando la mayor rentabilidad (la deuda soberana se despreciaba en gran medida) y el menor riesgo (del que se ocupaban las agencias de calificación).

Tres años después de que se secase el mercado de papel comercial en EE.UU. los bancos siguen ajustando sus balances a los precios de mercado; unos precios que aún se ignoran en buena medida. No se engañe nadie, hasta que no se sepa cuánto valen los activos de cada banco el crédito seguirá sin fluir o lo hará a cambio de garantías muy altas.

El desequilibrio original, sin embargo, permanece. En agosto de este año el déficit comercial de EE.UU. con China representaba el 60% de su déficit comercial total, cifra que equivale al 1,7% del PIB estadounidense. Conjúguese este dato con el del crecimiento acumulado de aquel país en lo que llevamos de 2010, un 11,9%.

En definitiva, los países que desde 2000 pusieron sus ahorros en las actuales economías en crisis, siguen teniendo dinero de sobra y ganas de colocarlo en activos rentables y seguros. Se buscan activos que sustituyan a los hipotecarios, así que el riesgo de nueva burbuja financiera sigue al acecho.

Una posibilidad que cobra cada vez más relevancia es la inversión en el mercado de determinadas materias primas (commodities). Naturalmente no en todas. Por ejemplo, la especulación en el mercado de petróleo parece contenida.

Sin embargo, el mercado de los bienes de alimentación no parece muy lejos de la tentación especulativa. Productos financieros como los CFD facilitan esta práctica. El profesor Juan Torres los ha definido con acierto como instrumentos de muerte.

Los Contract for difference (CFD) están en la base de productos financieros cuyos activos subyacentes son commodities. Se trata de un contrato que tiene como subyacente un activo negociado al contado (soja, trigo, maíz, café, azúcar, petróleo, oro, gas natural …). No es otra cosa que una versión sofisticada de contratos tradicionales agrícolas en los que se acuerda un precio fijo para la cosecha. Luego se pierde o se gana según evolucione el precio del mercado llegado el momento de la recolección.

El mercado de oro muestra que esta materia prima se ha convertido en un valor seguro con una expectativa de revalorización muy alta, casi tanto como hasta hace poco la revalorización de los inmuebles. Muchas joyerías se están apalancando preocupantemente con la esperanza puesta en una revalorización permanente del oro que compran. Si el mercado se acaba dando la vuelta, pronto veríamos el cartel de "se traspasa" donde ahora cuelga el de "se compra oro".

A pesar de que China acaba de elevar sus tipos de interés para frenar la guerra de divisas con EE.UU., los desequilibrios financieros mundiales persisten. Persiste también la natural búsqueda de rentabilidad de quien ahorra o de quien le gestiona el ahorro. Los joyeros lo saben.

¿Acabaremos sustituyendo con el mismo grado la especulación inmobiliaria por la especulación con materias primas como los alimentos o el agua? De momento el cartel dice que se compra oro y que se paga caro.