miércoles, 29 de abril de 2015

NO BASTA CON DEGOLLAR A LOS RICOS (José Manuel Cansino en La Razón el 27/4/2015)

Los últimos casos de corrupción ponen en solfa una de las pocas afirmaciones indiscutidas en Economía, 'la utilidad marginal decreciente de la renta'; en otros términos que la satisfacción que genera el dinero va disminuyendo conforme se tiene más y más pues lo que se compra con los últimos millones de euros es extraordinariamente más prescindible que las necesidades vitales que se cubren con los primeros euros. 



La codicia no sólo va camino de cargarse este aserto de la Teoría Económica sino que explica el desprecio -rayando en el odio- que la sociedad española profesa a los ricos. Casi ninguna de las fortunas en España gozan de reconocimiento social, la que no tiene cuentas en Suiza aparece en las diversas tramas de corrupción política de derechas, de izquierdas o de ambas. Esto es letal para el crecimiento económico de cualquier Nación pero explica que entre los 47 millones de españoles despierten sinceras simpatías los Esperpentos de Valle Inclán. Por ejemplo, el de 'Luces de Bohemia' cuando uno de los protagonistas sostiene: 'No es suficiente la degollación de todos los ricos. Siempre aparecerá un heredero, y aun cuando se suprima la herencia, no podrá evitarse que los despojados conspiren para recobrarla. Hay que hacer imposible el orden anterior, y eso sólo se consigue destruyendo la riqueza'.
La cita, aun siendo de 1924, no queda muy lejos de la actualidad económica. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2015 señalan que la tasa de crecimiento de empleo en Andalucía aumenta a un menor ritmo que en el resto de España (0.2 % frente al 0.5 %); ritmos exasperantemente lentos ambos. Además el empleo creado en Andalucía es de peor calidad si lo analizamos en términos de estabilidad. Así si para el conjunto de España la mayor parte de los empleos creados en el último año fueron indefinidos y a tiempo completo, en Andalucía tuvieron un carácter temporal. A esto hay que añadir -como hemos señalado desde estas mismas páginas- que los salarios pagados en Andalucía son, en promedio, inferiores a la media nacional.
Pese al dato positivo de la EPA publicado por el Instituto Nacional de Estadística no deben pasar por alto dos hechos a subrayar. El primero y más evidente es el pertinaz escaso ritmo de creación de empleo que es coherente con que la mayoría de la sociedad española no perciba de manera clara la incipiente recuperación económica. La impresión a veces es que la sociedad sólo daría por superada la crisis si se volviese al empleo y a los sueldos de la burbuja inmobiliaria, algo que muy posiblemente las próximas generaciones no vean y eso considerando con Ortega y Gasset, que las generaciones engloban periodos de treinta años.
El segundo dato y mucho más importante es que la tasa de paro se reduce más porque la población activa apenas crece que por la creación de nuevos puestos de trabajo. La Población Activa española, según esta EPA, son 22.899.415 personas frente a las 22.883.896 del trimestre anterior. Repárese en el dato de que desde que comenzó a sentirse la crisis en 2008 hasta ahora, la población sólo ha aumentado un 0.39 %. Detrás de este terrible dato está el regreso a casa de miles de inmigrantes que habíamos recibido hace años, la salida al extranjero en busca de trabajo de parte de nuestros jóvenes y el continuado envejecimiento demográfico de la población española. No pocos demógrafos siguen alertando sobre el suicido demográfico de España.

Mientras que en las economías boyantes las fortunas industriales (con las naturales excepciones) reciben el trato social de 'creadores de riqueza' y contribuyen inequívocamente a la creación de empleo, aquí hace furor -con no poco fundamento emocional, en absoluto económico- el discurso del personaje de 'Luces de bohemia' de Valle Inclán en aquella lóbrega comisaría en la que enchironaban al literato Max Estrella: 'No es suficiente la degollación de todos los ricos'. Así nos va.

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