viernes, 3 de marzo de 2017

EL COMERCIO EXTERIOR ENTRE ANDALUCÍA Y ASIA (José Manuel Cansino en La Razón el 20/2/2017)

Hace poco se han hecho públicos los datos acumulados de enero a noviembre de 2016 de las exportaciones e importaciones de empresas andaluzas con el resto del mundo. Los datos son de acceso gratuito en la web de Extenda. En cifras globales y para este periodo, Andalucía exportó por valor de 23.230 millones de euros e importó por un monto de 22.055 millones; esto es, registró un ligero superávit en su balanza.



Aunque el principal destino de las exportaciones andaluzas son los países europeos (66.16 %), en interesante detenerse en la situación de nuestros clientes asiáticos. El interés no es por exotismo sino porque la información sobre su situación económica es mucho más escasa y las incertidumbres, en cambio, mayores.
El mercado asiático supone casi el 13 % de las exportaciones andaluzas y casi el 22 % de las importaciones. Del conjunto de clientes asiáticos sobresalen, además de China, Japón, Corea del Sur e India.
El miedo a una recesión en China parece que se disipa. Tan es así que se espera un crecimiento para esta economía del 5.8 % del PIB en el año en curso del 6,1% para el año próximo. Con una inflación que sigue siendo baja a pesar de la fuerte subida de los precios de la vivienda en las zonas urbanas, una de las mejores expectativas está puestas en unas mayores facilidades para la importación de servicios turísticos.
En cambio, existe una notable preocupación por el desarrollo de la “banca en la sombra” o “shadow banking”. La «banca en la sombra» es el con­­junto de entidades financieras, infraestructura y prácticas que sustentan operaciones financieras que ocurren fuera del alcance de las entidades reguladoras. Así lo define el servicio de estudio de CaixabankMoody’s estima que este sector alcanzó los 58,3 billones de yuanes en junio de 2016 (27,5% del total de activos bancarios del sector formal). Sin embargo, esta cifra no es excesivamente elevada para los analistas ya que representa el 80% del PIB chino, frente al 150% del PIB que este sector representa en EE. UU. El problema no es tanto de tamaño sino de la velocidad a la que está creciendo un sector que estuvo en el origen de la reciente crisis que se desató con las hipotecas “subprime” en el país norteamericano.
Junto con China, se espera que el crecimiento económico alcance en Japón el 1,0% en 2017 y baje al 0,8% en 2018. Ni siquiera con tres presupuestos suplementarios en 2016, la economía japonesa acaba de arrancar si bien ha tenido que reponerse al impacto de la apreciación del yen. Con todo, sigue alarmando el volumen de deuda pública del país nipón: el 240% del PIB para 2018.
Bastante más ritmo que la economía japonesa es el que se espera de Corea del Sur país para el que se prevé que el crecimiento sea del 2.75 por ciento en 2017 y del 3 por ciento en 2018. El perfil netamente exportador de este país asiático queda patente cuando nos detenemos en el dato de su superávit de por cuenta corriente del que se estima permanezca en el 6.5 por ciento del PIB.
Junto a los buenos datos anteriores, dos son las principales amenazas de la economía coreana; el rápido aumento de la deuda de los hogares y la de ser el país que afronta el envejecimiento más rápido de la población de la OCDE.
Por último pero no menos importante, hay que referirse a los clientes indios de las empresas andaluzas. La India seguirá siendo la economía del G20 de más rápido crecimiento. El previsto para 2017-18 es del 7,5%.
En este país el consumo privado está respaldado por la subida de los salarios y pensiones públicos y por una mayor producción agrícola, a raíz de un retorno a la lluvia normal. Hay que subrayar que la vulnerabilidad de la India a las lluvias monzónicas y a las sequías es muy alta. Precisamente los fuertes programas de reconstrucción de las infraestructuras públicas han elevado mucho tanto la deuda estatal como la de varias regiones. India registra un alto déficit público en comparación con otras economías emergentes. A pesar de ello el gobierno está varando la posibilidad de reducir el impuesto de sociedades.

No debemos llevarnos la falsa impresión de que por poner el foco en los países asiáticos, resultan los principales destinos para las exportaciones andaluzas o la procedencia de las importaciones. El análisis que se ha hecho sólo pretende aportar modestamente alguna información adicional sobre estos países que sí son, en cualquier caso, unos clientes importantes.

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