martes, 24 de junio de 2014

LA ECONOMÍA DEL FLAMENCO (José Manuel Cansino en La Razón el 23/6/2014)


Los palos del flamenco mueven una notable actividad económica nucleada en las industrias culturales y creativas. Desmenuzando esas industrias nos encontramos a los sectores de la moda flamenca (textil, calzado y complementos), a la industria de los instrumentos musicales, audiovisuales, editorial, espectáculos, docencia y, por supuesto, al sector turístico .


(El recordado 'cantaor' Miguel Vargas)

Sin embargo, a pesar de la relevancia económica del flamenco, ha habido que esperar a estos días para conocer la primera investigación holistica sobre la economía del flamenco dentro del marco más amplio de la economía del turismo. Su autor ha sido el profesor de la Universidad de Sevilla, José Antonio Molina, que ha trabajado con rigor y oportunamente dirigido por las doctoras Maria de Pablo-Romero, Palma Gomez-Calero y Mercedes Castro.
En su investigación, la valoración económica de la industria del flamenco se cifra en 719,4 millones de euros aunque el propio investigador advierte de la necesidad de precisar estas cifras cuando la información estadística se ofrezca con mayor detalle.
La más importante aportación a la economía del flamenco se debe al turismo que genera y que representa el 85.8 % de su valor total, razón por la que la investigación a la que nos referimos se ubica en el marco más amplio de la economía del turismo.
Precisamente, España durante la década 2001-2010 ha ocupado la segunda o tercera posición -según los años- en la jerarquía de potencias mundiales. Nuestros ingresos por turismo han cubierto, en promedio, el 52 % del déficit comercial y ha supuesto el 11 % del PIB español.
La estratégica situación geográfica de España y la seguridad e infraestructuras que ofrecemos a nuestros visitantes explican estas cifras que pueden mejorar si se sigue consolidando el nuevo turismo urbano, el turismo de crucero y las líneas aéreas de bajó coste.
La correcta toma de decisiones públicas y privadas que sirvan para aprovechar las oportunidades de este sector deben estar soportadas en documentos solventes como este. Prueba de la solvencia de las cifras ofrecidas en la tesis doctoral de José Antonio Molina es que parte de sus resultados se han publicado en revistas de investigación internacionales como Journal of Travel Research o Tourism Economics. Esto prueba que es posible disfrutar recordando el cante de Miguel Vargas y publicar en revistas científicas de primer nivel. Todo es cuestión de determinación.

Pero no todo son cifras positivas. También hay advertencias muy importantes como las que ha señalado el profesor de la Universidad de Barcelona, Vicente Royuela, uno de los mejores y más jóvenes economistas españoles. Advertía el profesor Royuela que en las regiones donde hay un mayor desarrollo del turismo, también hay un mayor abandono escolar en la etapas educativas superiores. Como consecuencia de ello, un gran desarrollo del turismo puede condenar a una economía a generar un menor valor añadido en el futuro.

(*) José Manuel Cansino es Profesor Titular de Economía Pública en la Universidad de Sevilla.

lunes, 16 de junio de 2014

El manguerazo de Draghi (José Manuel Cansino en La Razón el 16/6/2014)


Las grandes economías no pueden funcionan sin el combustible del crédito. El colapso financiero del que aún no hemos salido lo ha dejado bien a las claras. Pedimos dinero prestado para puentear una falta de liquidez que prevemos transitoria o pedimos prestado para financiar una inversión con la expectativa de que el negocio marche, devolvamos el dinero, los intereses y, además, nos sobre. En mitad de esta operación aparentemente sencilla está el sistema financiero de la economía; un sistema que debe hacer circular el ahorro desde quienes tienen de sobra hacia quienes están falto de él.
Cuando el crédito no fluye las economías se colapsan como quien se deshidrata en mitad de un tórrido verano sin líquido que llevarse al gaznate.



Pues bien en un nuevo intento de conseguir que el dinero llegue a los particulares y a las empresas con razonable capacidad de devolverlo, el Banco Central Europeo (BCE) por boca de su presidente, Mario Draghi, acaba de anunciar tres decisiones en las que se han vuelto a depositar muchas expectativas para salir de la crisis que, con los datos de EUROSTAT en la mano, sigue abrazando a la mayoría de economías europeas.
La primera medida ha consistido en reducir de los tipos de interés de referencia hasta el 0,15 % y situar los tipos a los que remunera los depósitos que los bancos de la región mantienen en el BCE en negativo. Con esto se pretende que los bancos se piensen muy mucho lo de pedir prestado al BCE “por si acaso” lo necesitan pero sin que esos préstamos acaben llegando a la economía real en forma de préstamos a consumidores y empresas. Hasta ahora los bancos del sistema bancario europeo a través de un mecanismo denominado “Facilidad permanente” podían pedir prestado al BCE, dejar el dinero depositado en el propio BCE sin “tocarlo” y además recibir remuneración por ese depósito como cualquier ahorrador por el suyo. A partir de ahora la remuneración de estos fondos será negativa por lo que los bancos se deben pensar mucho lo de pedir prestado dinero que luego no llegue a la economía real.
La segunda medida ha sido el anuncio de realizar dos subastas de crédito (dos ofertas masivas de préstamos a los bancos europeos) a realizar una en septiembre y otra en diciembre de este año. La cantidad que se va a ofrecer a un precio absolutamente mínimo alcanza los 400.000 millones de euros y además conlleva la prohibición expresa de que los bancos no pueden usar esos préstamos para comprar deuda pública. Tampoco para créditos hipotecarios. Desde 2008 esta práctica ha sido harto frecuente. Los Estados para financiar sus déficits galopantes se han visto obligados a emitir masivamente deuda pública que la adquirían los bancos con el dinero que les prestaba el BCE. Así, los bancos han hecho operaciones rentables y muy seguras atrapando unos créditos que no llegaban al bolsillo de los consumidores. Naturalmente hay un objetivo básico que justifica este nuevo “manguerazo” de crédito y es el temor a que los precios caigan sostenidamente en Europa editando un proceso deflacionista que desincentiva cualquier inversión empresarial; es difícil pensar en invertir para fabricar productos cuyo precio se espera que baje.
Por último, el BCE ha vuelto a anunciar –ya lo hizo también en 2012- que de ser necesario, pondría en marcha un programa de compra de valores respaldados por activos (ABS, acrónimo de Asset Backet Securities). Estas son las denominadas ‘operaciones heterodoxas’ y consisten en comprar al sistema bancario con dinero emitido por el propio BCE activos tóxicos por un precio muy ventajoso para el banco si se compara con su valor real. De esta forma, los bancos sacarían de sus activos unos valores computados a un precio ficticiamente elevado y recibirían a cambio una inyección de liquidez que debería fluir a la economía real en forma de créditos y préstamos a los consumidores y empresas. Pocos recuerdan que este tipo de medidas han provocado fuertes enfrentamientos en el seno del BCE. Por estar en desacuerdo, en septiembre de 2011 dimitió el economista jefe del BCE, el alemán Jürgen Stark, cuando todavía presidía la institución Jean Claude Trichet.

De todos los peligros que ahora están en mente de los economistas influyentes en Europa sobresale el miedo a la deflación. Las medidas anunciadas por el BCE recuerdan al metafórico recurso que utilizó el Premio Nobel Milton Friedman al referirse al «helicopter drop» o lanzamiento de dólares desde un helicóptero para neutralizar los peligros asociados a una hipotética deflación o bajada general de precios, provocada por una dramática caída de la demanda. El manguerazo de Draghi y el posible recurso a las medidas heterodoxas suenan a «helicopter drop».

miércoles, 11 de junio de 2014

DEUDA PÚBLICA ANDALUZA (José Manuel Cansino en La Razón el 9/6/2014)


Hace unos días la agencia de calificación de riesgo ‘Standad & Poor’s” –normales y pobres en su traducción del inglés- avisó que podía revisar a la baja aún más la “nota” que le ponía a la solvencia de la deuda pública emitida por la Junta de Andalucía. La agencia de calificación –rating- de riesgo basaba su opinión en las consecuencias que se podían derivar de las acciones judiciales entorno a los 2.000 millones de euros que desde 2.003 se han destinado a financiar la formación de los desempleados. Indudablemente y juicios políticos a un lado pues estos se resuelven en las urnas, una condena judicial por mal uso de este montante no sería “peccata minuta”.
Habrá que ver lo que la agencia de calificación acaba haciendo en ese entramado oligopólico en el que sólo tres agencias en el mundo reparten las calificaciones en todo el Planeta, lo que aquí escribimos sobre la deuda pública andaluza lo hacemos desde otra óptica.



La primera cuestión que nos planteamos es ¿cuánto nos cuesta la deuda pública andaluza viva –no amortizada-? Pues para 2014 nos cuesta algo más de 1.000 millones de euros sólo en intereses y más de 2.100 en devolver o amortizar la deuda pública que vence este año. En otros términos, el pago de intereses representa la tercera parte del coste total de la deuda.
La urgencia en la devolución de la deuda pública es otra cuestión importante. Una concentración de vencimientos en una misma fecha provocaría una tensión de liquidez probablemente insoportable. En este sentido, la deuda pública contraída por la Junta de Andalucía vencerá a medio y largo plazo. Concretamente, casi el 40 % no habrá que devolverla antes de los próximos 5 años y otro 22,39 % entre los próximos 3 y 5 años. La deuda pública que vence este año no alcanza al 9 %.
Una tercera cuestión es ¿y esto cómo se paga? Ahora que se alzan voces con enfado legítimo pero ayunas de rigor científico en materia de deuda pública, hay que recordar la idea básica de que cuando uno no tiene dinero suficiente para pagar lo que debe y lo pide prestado, o lo devuelve puntualmente o se le cierra el grifo del crédito. Esta idea básica que rige para amigos y familiares, es perfectamente extrapolable al mercado del crédito nacional e internacional. Uno puede pensar que las reglas de estos mercados son abyectas. Es posible. Pero entonces lo coherente sería no tener que pedir prestado.
La Junta de Andalucía ha vuelto a conseguir colocar deuda pública con regularidad. Esa es una buena noticia porque significa que hay quien cree en su capacidad de devolver lo que pide a crédito. En eso y no en otra cosa consiste la emisión de deuda. Es más, la web de la Consejería de Hacienda de la Junta de Andalucía ofrece ahora una información muy detallada de los calendarios de subastas de deuda. Menos actualizada está la información de los resultados de esas subastas; de hecho están pendientes de publicar los resultados de las subastas del 25 de Marzo, del 22 de Abril y del pasado 27 de Mayo, pero hay que reconocer su esfuerzo ya que hace unos meses esa información no estaba disponible. Además me consta que el personal del Departamento competente tiene una gran cualificación.
Pero ¿Qué tipo de deuda pública se está emitiendo? Esta sería una cuarta pregunta de interés.  La respuesta es que la deuda que se emite es deuda a corto plazo; con un vencimiento no superior a los 18 meses. Además el volumen de colocación es muy reducido en relación a lo que está previsto gastarse en esta partida y en 2014. En la última subasta para la que existen datos, la cantidad total adjudicada fue de 35,7 millones de euros. Además, el interés marginal que se va a pagar es muy superior al que pagan las Letras del Tesoro español con mismo vencimiento. Así, el tipo de interés marginal para los Pagarés a 12 meses fue del 1,49 % mientras que el de las Letras del Tesoro fue de apenas el 0,6 % ¡menos de la mitad! En definitiva la Junta de Andalucía sólo está emitiendo deuda a corto plazo, en cantidades muy pequeñas y con tipos de interés mucho mayores de los que paga el Estado español.

Así las cosas, la tabla de salvación a la que se sigue agarrando la Autoridad regional para equilibrar sus cuentas es el Fondo Liquidez Autonómico, como también hacen la mayoría del resto de regiones españolas. Y es que resulta menos costoso endeudarse con el resto de España (y España con el resto del Mundo) que hacerlo directamente en los mercados de capital. 

martes, 3 de junio de 2014

ANDALUCES POBRES (José Manuel Cansino en La Razón el 2/6/2014)


Nueve años después de finalizar nuestra última guerra civil, Camilo José Cela, escribía sobre la pobreza de Castilla en “Viaje a la Alcarria” de la siguiente forma.

El pasado esplendor agobia y, para colmo, agosta las voluntades; y sin voluntad, a lo que se ve, y dedicándose a contemplar las pretéritas grandezas, mal se atiende al problema de todos los días”.

Sesenta y seis años después, el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la artificial división autonómica de Castilla dice que “Castilla-La Mancha” es la región española con mayor tasa de riesgo de pobreza (31.3 %), seguida de Extremadura (30.9 %) y Andalucía (29.1 %); una triada de regiones habituales cuando se trata de los últimos lugares en las clasificaciones de indicadores económicos aunque, en este caso, ocupen los primeros puestos.



Son los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) cuyo objetivo es proporcionar información sobre el nivel y composición de la pobreza en España y permitir la comparación con otros países de la Unión Europea.
La idea central que sirve para catalogar una situación como de pobreza es el “umbral de riesgo de la pobreza”. Este umbral se fija en el 60 % de la mediana de los ingresos por unidad de consumo. La mediana es el valor que –el propio INE aclara- ordenando a todos los individuos de menor a mayor ingreso, deja una mitad de los mismos por debajo de dicho valor y a la otra mitad por encima. Se trata entonces de una medida relativa de la desigualdad que varía conforme lo hacen los ingresos de la sociedad y la distribución de los mismos. En otros términos, no mide la pobreza absoluta pero es un indicador muy útil.
Según la encuesta, el 55 % de los hogares andaluces no tiene capacidad para afrontar unos gastos imprevistos sin necesidad de tener que recurrir al endeudamiento o al pago fraccionado. La cantidad en la que se cifran estos pagos imprevistos es de 650 euros y Andalucía ocupa el tercer lugar en el ‘ranking’ nacional sólo superada por Canarias y Ceuta. También ocupa la tercera posición en otro ‘ranking’ en el que nadie quiere ganar. Se trata del número de hogares que tienen mucha dificultad para llegar a fin de mes. El 23.4 % de los hogares andaluces están en esta situación como también lo están el 30 % de los ceutíes y el 24.9 % de los murcianos.
Pero la ECV también aporta información muy útil para ponernos sobre la pista de las causas de la pobreza que en regiones como la andaluza o la mencionada parte de Castilla, resultan sempiternas. En cualquier caso vaya por delante que la pobreza es un problema tan grave y complejo que hay que rehuir, en rigor, de cualquier análisis simplista causa-efecto aunque estos abunden entre los líderes mediáticos y profesionales en lucrarse agitando la causa de la pobreza ajena.
La educación sin duda es una causa incontrovertible. Por ejemplo, la ECV arroja el dato de que –para el total de la Nación española- el 25.1 % de la población con sólo la educación primaria o inferior está en riesgo de pobreza mientras que esa porcentaje se reduce hasta el 8.5 % cuando se trata de personas con estudios superiores. De manera que puede establecerse una correlación muy alta entre las regiones con pobres resultados en los informes PISA y las que ocupan los primeros puestos en el ‘ranking’ de pobreza. Una correlación que, como gustan precisar los estadísticos, además implica causalidad.
También son interesantes los datos sobre la composición de los hogares y su relación con la pobreza. Así, los hogares en los que sólo vive una persona o dos adultos sin niños dependientes, la tasa de riesgo es de sólo el 19.2 % y del 14.8 % respectivamente. La tasa sube mucho cuando se trata de los hogares con niños dependientes (30.8 %) y aún más cuando hablamos de los hogares con un solo adulto con niños dependientes (38 %). Estos datos nos hablan de dos fenómenos muy dispares. En primer lugar de los españoles que han decidido no tener hijos a cambio de disfrutar de una mayor comodidad económica y, en segundo lugar, del gravísimo problema de la pobreza infantil especialmente aguda en los hogares desestructurados.

Por último, la encuesta del INE nos da información jugosa sobre la distribución por edades de la pobreza. Las personas con más de 65 años en riesgo de pobreza son pocas en términos relativos –el 12.7 %- y explican los comportamientos descarnados de familias que abandonaron a sus mayores en un geriátrico hace años y ahora los recogen para llevárselos a casa y con ellos, su pensión. El caso de los menores de 16 años es el polo opuesto; el 26.7 % están en situación de riesgo de pobreza. De este fenómeno, conocido como la “juvenalización de la pobreza” ya alertaba la Fundación FOESSA hace años en los informes que hacía para Cáritas (institución que si muchos pudieran, la prohibirían). Y es que si con menos de 16 años aún no se puede trabajar legalmente, a los andaluces que los tengan cumplidos y a poco quieran trabajar, les espera un 60 % de tasa de desempleo. La andaluza es la tasa de desempleo juvenil que, esta vez sí, vence en las estadísticas y no sólo a nivel nacional. Es la región de la UE con mayor la mayor de estas tasas. En cualquier caso es algo que parece no incomodar a la mayor parte de los andaluces que acaban de respaldar con su voto al partido político que gobierna desde hace más de tres décadas.