Hace unos días la agencia de
calificación de riesgo ‘Standad & Poor’s” –normales y pobres en su
traducción del inglés- avisó que podía revisar a la baja aún más la “nota” que
le ponía a la solvencia de la deuda pública emitida por la Junta de Andalucía.
La agencia de calificación –rating- de riesgo basaba su opinión en las
consecuencias que se podían derivar de las acciones judiciales entorno a los
2.000 millones de euros que desde 2.003 se han destinado a financiar la
formación de los desempleados. Indudablemente y juicios políticos a un lado
pues estos se resuelven en las urnas, una condena judicial por mal uso de este
montante no sería “peccata minuta”.
Habrá que ver lo que la agencia
de calificación acaba haciendo en ese entramado oligopólico en el que sólo tres
agencias en el mundo reparten las calificaciones en todo el Planeta, lo que
aquí escribimos sobre la deuda pública andaluza lo hacemos desde otra óptica.
La primera cuestión que nos
planteamos es ¿cuánto nos cuesta la deuda pública andaluza viva –no
amortizada-? Pues para 2014 nos cuesta algo más de 1.000 millones de euros sólo
en intereses y más de 2.100 en devolver o amortizar la deuda pública que vence
este año. En otros términos, el pago de intereses representa la tercera parte
del coste total de la deuda.
La urgencia en la devolución de
la deuda pública es otra cuestión importante. Una concentración de vencimientos
en una misma fecha provocaría una tensión de liquidez probablemente
insoportable. En este sentido, la deuda pública contraída por la Junta de
Andalucía vencerá a medio y largo plazo. Concretamente, casi el 40 % no habrá
que devolverla antes de los próximos 5 años y otro 22,39 % entre los próximos 3
y 5 años. La deuda pública que vence este año no alcanza al 9 %.
Una tercera cuestión es ¿y esto
cómo se paga? Ahora que se alzan voces con enfado legítimo pero ayunas de rigor
científico en materia de deuda pública, hay que recordar la idea básica de que
cuando uno no tiene dinero suficiente para pagar lo que debe y lo pide
prestado, o lo devuelve puntualmente o se le cierra el grifo del crédito. Esta
idea básica que rige para amigos y familiares, es perfectamente extrapolable al
mercado del crédito nacional e internacional. Uno puede pensar que las reglas
de estos mercados son abyectas. Es posible. Pero entonces lo coherente sería no
tener que pedir prestado.
La Junta de Andalucía ha vuelto a
conseguir colocar deuda pública con regularidad. Esa es una buena noticia
porque significa que hay quien cree en su capacidad de devolver lo que pide a
crédito. En eso y no en otra cosa consiste la emisión de deuda. Es más, la web
de la Consejería de Hacienda de la Junta de Andalucía ofrece ahora una
información muy detallada de los calendarios de subastas de deuda. Menos actualizada
está la información de los resultados de esas subastas; de hecho están
pendientes de publicar los resultados de las subastas del 25 de Marzo, del 22
de Abril y del pasado 27 de Mayo, pero hay que reconocer su esfuerzo ya que
hace unos meses esa información no estaba disponible. Además me consta que el
personal del Departamento competente tiene una gran cualificación.
Pero ¿Qué tipo de deuda pública
se está emitiendo? Esta sería una cuarta pregunta de interés. La respuesta es que la deuda que se emite es
deuda a corto plazo; con un vencimiento no superior a los 18 meses. Además el
volumen de colocación es muy reducido en relación a lo que está previsto
gastarse en esta partida y en 2014. En la última subasta para la que existen
datos, la cantidad total adjudicada fue de 35,7 millones de euros. Además, el
interés marginal que se va a pagar es muy superior al que pagan las Letras del
Tesoro español con mismo vencimiento. Así, el tipo de interés marginal para los
Pagarés a 12 meses fue del 1,49 % mientras que el de las Letras del Tesoro fue
de apenas el 0,6 % ¡menos de la mitad! En definitiva la Junta de Andalucía sólo
está emitiendo deuda a corto plazo, en cantidades muy pequeñas y con tipos de
interés mucho mayores de los que paga el Estado español.
Así las cosas, la tabla de
salvación a la que se sigue agarrando la Autoridad regional para equilibrar sus
cuentas es el Fondo Liquidez Autonómico, como también hacen la mayoría del
resto de regiones españolas. Y es que resulta menos costoso endeudarse con el resto
de España (y España con el resto del Mundo) que hacerlo directamente en los
mercados de capital.
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