Aunque las energías renovables
reciban desde hace años la atención mediática como apuesta para el
abastecimiento energético, otras energías “limpias” (no emisoras de gases de
efecto invernadero) siguen formando parte de la denominada matriz energética.
Es el caso de la energía de fisión nuclear. Pero también hay otras energías
limpias que son la apuesta de muchos convencidos para el futuro abastecimiento
energético. En este segundo caso es obligado hablar de la denominada Fusión
Nuclear por vía de confinamiento inercial. Es obligado, además, con motivo de
la reciente publicación de “Proyecto Islero” (Editorial Guadalmazán) de General
del Ejército del Aire y Catedrático de Física Nuclear desde 1973, Guillermo
Velarde, uno de los científicos españoles de mayor prestigio internacional. El
General Velarde –alma mater del Instituto de Fusión Nuclear de la Universidad
Politécnica de Madrid- es un claro defensor de este tipo de técnica que tiene
un doble uso; militar y civil. En este segundo caso para la generación masiva
de energía eléctrica.
Cuando el 17 de enero de 1966 se
produjo el accidente en Palomares (Almería) de un bombardero norteamericano B52
que era abastecido en el aire por un avión cisterna, 4 bombas termonucleares
(de mucha mayor potencia que las nucleares) cayeron sin detonar sobre suelo y
mar español. Este militar y científico español fue uno de los destinados a
analizar los restos de las bombas norteamericanas. Con sus estudios previos
desarrollados en la Junta de Energía Nuclear y los hallazgos de Palomares descubrió
por sí sólo el mecanismo de las bombas termonucleares –el método Ulam-Teller-
lo que permitía a España convertirse en el quinto país del Mundo en poder
fabricar bombas atómicas y termonucleares.
El profesor Velarde no fue
enviado a Palomares por azares del destino; en 1963 le encargaron la dirección
técnica del Proyecto Islero para la fabricación de bombas atómicas. En ese año
ya era un reputado experto que trabajaba en la Junta de Energía Nuclear (JEN)
si bien y por indicación de las propias Fuerzas Armadas, obviando su condición
de militar. La calidad científica de quienes trabajaron en la JEN es difícil de
exagerar aunque cualquier esfuerzo sería vano en un país donde impera un fuerte
sentimiento antimilitar y antinuclear. Sin embargo es necesario recordar que
los tres pilares científico-técnicos creados con posterioridad a la Guerra
Civil fueron la propia JEN, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) y el Instituto de Técnica Aeroespacial (INTA). Los dos últimos
superviven en la actualidad con una reputación internacional incuestionables. Sin
embargo, la Junta de Energía Nuclear desapareció transformándose en el actual
Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas
(CIEMAT). No por ello el general Velarde dejó de trabajar en el Proyecto Islero
que llegó a contar con el apoyo del presidente Adolfo Suárez y el Teniente
General Gutiérrez Mellado. No fueron los únicos apoyos que sus trabajos
científicos recibieron, también contó con el respaldo del que fuese General de
la División Azul, Agustín Muñoz Grandes.
Velarde siguió trabajando en el
Instituto de Fusión Nuclear (IFN) adscrito a la Universidad Politécnica de
Madrid. Desde 1981 hay 3 grupos de investigación en el IFN; uno dedicado a los
reactores de fisión nuclear, otro a la fusión nuclear por confinamiento
inercial –la gran apuesta de este científico español- y otro dedicado al
estudio de la proliferación, terrorismo nuclear y tráfico ilícito de materiales
radioactivos donde destaca la profesora Natividad Carpintero. Precisamente sin
la perseverancia de esta extraordinaria profesora probablemente no hubiese
visto la luz este libro que es tan necesario desde varias perspectivas.
Pero “Proyecto Islero” cuenta una
historia de sacrificio y superación personal en aras de la Ciencia y del
servicio a la Nación española. Al leerlo no he podido evitar que vengan a mi
mente otro libro y otro Velarde. El libro que he recordado es el de “Los
tónicos de la voluntad” del Premio Nobel español Santiago Ramón y Cajal. Aunque
realmente ese es el subtítulo de “Reglas y Consejos sobre investigación científica”.
Es una obra escrita para brindar a los jóvenes investigadores recomendaciones y
consejos en su orientación profesional hacia su trabajo. Recuerdo que nos
recomendaba esta obra el profesor José María O’Kean a los alumnos del seminario
de Economía Política que él dirigía. Años después me lo regaló el hoy también
profesor de Economía, Francisco Gómez.
Tampoco he podido evitar recordar
a otro Velarde, en este caso, el catedrático de Economía Juan Velarde Fuertes
con quien tuve la oportunidad de trabajar estrechamente en alguna ocasión. Por
cierto que es muy recomendable leer el “Liber amicorum” que publicó la
Editorial Actas en 2007 a partir de la iniciativa del editor Luis Valiente y el
profesor Emilio de Diego.
La posibilidad que España tuvo de
convertirse en potencia nuclear con fines disuasorios finalizó cuando el 1 de
abril de 1981 nuestra Nación firmó las Salvaguardias del Organismo
Internacional de Energía Atómica por las que renunciaba oficialmente a la
fabricación de armas nucleares. Pero el libro del General Velarde arroja
fundadas dudas de que otros países, firmantes de acuerdos similares, cumplan en
la práctica con sus obligaciones. Dos cuestiones resultan especialmente
inquietantes. La primera es la sospecha de que Irán dispone de plantas ultracentrifugadoras
para enriquecer uranio con fines militares y que está vulnerando el acuerdo
´Joint Comprehensive Plan of Action’ con el grupo P5 +1 (EEUU, Rusia, China,
Francia, Reino Unido y Alemania) y la Unión Europea. La segunda son las
actividades de la denominada Red Jan para el suministro de ultracentrifugadoras
que permiten el enriquecimiento del uranio de una central nuclear convencional
para su uso en la fabricación de bombas nucleares. La red toma el nombre del
ingeniero pakistaní Abd al Qadir Jan que fue quien desarrolló el armamento
nuclear en ese país asiático.
Para saber más les invito a
comprar el libro. Leerán también sobre la duda razonable de la autoría de
ETA en el atentado del Presidente del
Gobierno, Almirante Carrero Blanco.
Miedo me da pensarlo.
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