Los españoles debemos más de tres
veces lo que producimos anualmente. Para ser exactos, sumadas las deudas de las
Administraciones Públicas, las empresas no financieras (todas las que no se
dedican al sector bancario o a los seguros, principalmente), las familias y las
ONG, debemos casi 3.3 billones de euros. Entre el debut de la crisis en 2008 y
el año 2015, nuestro endeudamiento ha aumentado en casi 420.000 millones de
euros, una cifra que puede alarmar pero que exige un análisis estilizado.
Para empezar los comportamientos
de las instituciones españolas han sido muy dispares; mientras que las deudas
de las familias españolas se han reducido drásticamente (ahora debemos casi
185.000 millones menos que al inicio de la crisis) y también las deudas de las
empresas (se han reducido en casi 290.000 millones de euros), el endeudamiento
del sector público ha pasado de los 513.522 millones a 1.4 billones de euros en
los últimos seis años. Esto último sitúa a la deuda pública española por encima
del 100 % del valor de nuestro PIB. Administración General del Estado y
Comunidades Autónomas han sido quienes más han contribuido a este rápido
endeudamiento.
¿Y a quien le debemos el dinero?
Pues, principalmente, a nosotros mismos. De los 3.3 billones de euros que
debemos, 2.4 se deben a los propios residentes en España, esto es, la parte
ahorradora del país le presta a la otra parte que necesita financiarse. Sin
embargo, hay un dato que ha cambiado. Me refiero a nuestras deudas con el resto
del Mundo. Si en 2008 debíamos 493.283 millones de euros, ahora debemos casi
354.000 millones de euros más.
Bien, ahora reflexionemos cuánto
de grave es esto. Cualquiera de nosotros con un préstamo hipotecario a la
espalda, debemos al banco una cantidad superior a lo que ingresamos en un año.
Lo mismo le ocurre al conjunto de España; debemos tres veces más del valor de
lo que producimos en un año (el PIB). Pero si los hipotecados vivimos
mayoritariamente ocupados en devolver nuestro préstamo pero no necesariamente angustiados,
tampoco España debería vivir angustiada por deber más de tres veces lo que
genera en un año. En Economía decimos que la deuda se parece más a un variable
‘stock’; es relativamente estable y poco a poco desciende conforme se amortiza
o aumenta moderadamente. Los ingresos (vale decir el PIB) son una variable
flujo, cada año se generan salvo situaciones de crisis. La clave está en el
ritmo al que crece la deuda y al que lo hacen los ingresos. La situación
española no es de las peores.
Sí es mucho más preocupante la
situación global de las economías desarrolladas. El endeudamiento sigue
creciendo pero el crecimiento sigue siendo imperceptible. El Fondo Monetario
Internacional acaba de dar el dato del endeudamiento conjunto de las economías
del Mundo; asciende al 225 % del PIB mundial.
Lo cierto es que en España se
están saldando las deudas privadas mejor que en países bastante más ricos.
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