Un día antes de publicarse los mejores
resultados en términos de empleo desde que empezó la crisis, vieron la luz las
prometidas balanzas fiscales regionales. Lo hicieron en el documento titulado
'Informe sobre la dimensión territorial de la actuación de las
Administraciones Públicas' coautorizado por los economistas Angel de la Fuente
(CSIC), Salvador Barberán (Universidad de Zaragoza) y Ezquiel Uriel
(Universidad de Valencia). En definitiva es un informe esencialmente económico
y esto no necesariamente tranquiliza habida cuenta de la credibilidad de la
profesión en esta grave crisis apenas prevista .
(Angel de la Fuente, coordinador del informe)
Efectivamente, la Economía es una
Disciplina demasiado compleja para considerarse una Arte, pero -dicen sus
detractores- demasiado imprecisa para considerarse una Ciencia. Es un cuerpo
doctrinal con pocas certezas.
Pero si la Economía presenta estas
objeciones, la Disciplina a la que en este caso auxilia -la Ciencia Política-,
muestra muchas menos.
Esta cuestión preliminar es importante
porque a todos a quienes disgustan los saldos fiscales se les oyen argumentos
descalificativos del tipo hay tantas balanzas fiscales como economistas y
enfoques. Así las cosas, sólo hay dos formas de evaluar objetivamente la
calidad del documento; a través de la solvencia intelectual de sus autores y
haciendo transparentes los denominados criterios de imputación territorial del
ingreso y del gasto, a partir de los cual se calcula el saldo como la
diferencia entre el segundo y el primero.
Pocos economistas académicos hay en
España más solventes que Angel de la Fuente. Es fácil comprobarlo. Los
académicos solemos tener nuestros CV disponibles en la red, así que es cuestión
de teclear en el buscador y comparar el de los autores con el de sus críticos.
Una de las razones por las que hemos llegado a esta deriva insoportable en el
sistema autonómico está en los asesores de los que se han rodeado unos y otros
para revestir de argumentos cientifistas intereses espurios.
Vayamos al análisis de los criterios que
se han manejado en el cálculo de las balanzas fiscales. Para empezar la
imputación territorial de los ingresos y gastos públicos se ha hecho desde
una óptica de carga-beneficio. Esto significa que para los autores lo
relevante a la hora de imputar los gastos y los ingresos públicos a las
distintas comunidades autónomas, ha sido el lugar donde viven los ciudadanos
en cuyo beneficio se diseñan y ejecutan las políticas de gasto y los
contribuyentes que en última instancia soportan sus costes. Precisamente el Cuadro
8 del informe muestra de forma transparente cuales han sido los criterios de
imputación y principales indicadores y fuentes utilizados para territorializar
el gasto público
Sobre lo anterior, el saldo de cada
región se ha calculado en primera instancia como la diferencia entre el gasto
público total en cada región y la carga tributaria soportada por los
residentes de la misma región y la población de la misma. Si sumáramos los
saldos fiscales regionales así definidos, su suma no seria necesariamente cero
sino igual al déficit total del sector público. Este déficit a para el año al
que están referidos los cálculos -2011- fue de unos 50.000 millones de euros.
Los autores del estudio argumentan que
debe neutralizarse el efecto del déficit del Estado y aplican un criterio para
repartirlo entre regiones. Así llegan a lo que denominan saldo fiscales
relativo que origina las cifras que más han trascendido mediaticamente.
De entré ellas espigamos el saldo fiscal
positivo para Andalucía (7.421 millones de euros), muy negativo para Madrid
(-16.723) y no tan negativo como han venido exhibiendo los nacionalistas para
Cataluña (-8.455).
Hasta aquí la transparencia de los
criterios y algunos de los resultados que este importante estudio ofrece. A
partir de aquí planteamos tres reflexiones que están fuera del objetivo del
estudio.
La primera es la visión de la
solidaridad interterritorial vista en perspectiva temporal. Con excepciones,
las mismas regiones que eran beneficiarias del sistema de financiación autonómico
hace décadas siguen siéndolo ahora ¿Cómo se ve esto por parte de las regiones
permanentemente 'donantes'? Ha de aceptarse una España asimétrica en términos
de renta per secula seculorum. En el caso de Andalucía, ¿se puede seguir
culpando al maltrato franquista de la situación económica? ¿Sigue siendo el
señoritismo el responsable de esta situación?; un señoritismo que tan duramente
retrataba el escritor Manuel Halcón en su novela 'Manuela' hoy casi proscrita
por la filiación falangista de su autor ¿O hay que buscar a los nuevos
señoritos en los 'staffs' de mangantes asentados en partidos, sindicatos y
organizaciones empresariales?
(Los actores Charo López y Máximo Valverde en la versión cinematográfica de 'Manuela')
La segunda es que las balanzas fiscales
ayudan pero no del todo a resolver la cuestión de las finanzas públicas. Por
ejemplo, aquí hay que poner en negro sobre blanco que competencias revierten al
Estado, cuales van ex Novo a los ayuntamientos y cuales mantienes las regiones.
Por ejemplo, hasta cuando la Educación va a seguir en manos de Comunidades
Autónomas para uso y disfrute de los adoctrinadores en el odio al resto de
España.
La tercera es la lección del Grupo 1 de
los programas de gasto incluidos en el estudio. Son los gastos que incluyen a
la Administración general del Estado y a los bienes y servicios públicos de
ámbito nacional e interés general. Aquí están, por ejemplo, las Relaciones
internacionales. El criterio de imputación de este gasto ha sido el de la
población porque 'Benefician por igual a todos los
ciudadanos'. Nada de esto han aceptado jamás los nacionalistas.
Sin embargo es lo que va a permitir la
repatriación de los tres madrileños, dos mallorquines y un vasco que formaban
la tripulación del avión de Swiftair que se estrelló en Malí camino de Argelia.
Ellos representaban la vida misma. La normalidad de las cosas. Aquello que te
permite decir a la peor clase dirigente, lo que Vd hace es política con
minúsculas y la vida es lo que nos ocurre a los demás.
Estos compatriotas que no computan en
las balanzas fiscales de los excluyentes vivieron la vida de casi todos.
Sufrieron el despido, vieron como una empresa española se internacionalizaba,
buscaron sus lentejas en el extranjero y -cada cual con sus raíces- todos se entendían
en castellano entre sí y en inglés y francés con sus clientes.
Arcadi Espada ha señalado que en el
origen de toda esta deriva separatista está el haberse roto los afectos. Yo
creo que es el fruto de un adroctrinamiento sistemático, en no más de una
generación, bien diseñado y mejor pagado por todos los demás. De nada sirven
los cálculos razonables cuando en frente hay algo tan irracional como el odio.
¿Estamos dispuestos a seguir financiando
la educación en la inmersión, en el autismo lingüístico y en el desprecio al
resto de los españoles? ¿O queremos seguir viviendo nuestra vida con la misma
normalidad con la que lo hicieron estos compatriotas que encontraron su muerte
en ese largo camino de supervivencia a esta crisis?
Hagámoslo. En el resto de países, la
revisión de competencias forma parte de la más absoluta normalidad democrática.
(*) José Manuel Cansino es Profesor Titular de Economía Aplicada.