Precedido por una gran aceptación
mediática, recientemente el Papa Francisco ha tenido oportunidad de estrenarse
con su primer documento doctrinal. Lo ha hecho en la denominada exhortación
apostólica EVANGELII GAUDIUM publicada el 26 de Noviembre.
El documento tiene un elevado
contenido económico que motiva su comentario en esta tribuna. Además ha dado
pie a una breve pero cualificada polémica por un aspecto novedoso que
incorpora.
Efectivamente en su punto 54 el
Santo Padre ha escrito "algunos todavía defienden las teorías del
«derrame», que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la
libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión
social en el mundo".
La "teoría del derrame"
ha sido la traducción al español elegida por el Vaticano para la
originariamente denominada en EE.UU. "trickle-down theory". En virtud
de esta teoría las rebajas de impuestos provocan un efecto positivo sobre la
economía y no sólo sobre los más ricos (que son los principales beneficiarios),
sino sobre el conjunto de la sociedad provocando así un efecto inclusivo de los
más pobres.
La novedad del documento del Sumo
Pontífice estriba en que la Iglesia no acostumbra a pronunciarse sobre las
soluciones técnicas concretas que la Ciencia Económica aporta. Probablemente
sea la mejor forma de no equivocarse vista la frecuencia con la que esta
Ciencia yerra.
El ejemplo más reciente de este
habitual no pronunciamiento sobre la oportunidad de recetas económicas
concretas se encuentra en la Encíclica Cáritas
in Veritate de su predecesor Benedicto XVI. El Papa emérito escribió
"La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende «de
ninguna manera mezclarse en la política de los Estados»". Estas
afirmaciones las sostenía sobre cuatro documentos pontificales de primer orden,
la Constitución pastoral Gaudium et spes
(1965), la Encíclica Populorum progressio, de Pablo VI
(1967), la Carta apostolica Octogesima
adveniens también de Pablo VI (1971), y la Encíclica Centesimus annus de Juan Pablo II (1991).
Sin embargo, en esta ocasión, el
Papa Francisco ha hablado de la "Teoría del Derrame" afirmando que
"jamás ha sido confirmada por los hechos" y que "expresa una
confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y
en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante".
Probablemente por esa opinión
sobre la Teoría del Derrame, algunos Economistas Académicos habitualmente
ajenos a la valoración de los documentos Morales, han expresado su opinión. Una
de las que mayor eco ha tenido a pesar de su brevedad ha sido la del Director
del Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, Greg Mankiw. Lo ha
hecho en forma de breve comentario o 'post' en su blog con tres observaciones a
este punto 54 de la Exhortación Apostólica.
(El profesor Greg Mankiw)
El primer comentario es de tipo
académico (una defensa del libre mercado como determinante del desarrollo y de
una sociedad más moral). El tercero es de carácter irónico (dice que le hubiese
gustado leer la valoración de la Papa de las exenciones fiscales de la Iglesia).
El segundo es de carácter político.
Esta segunda observación del
profesor Mankiw radica en el hecho de que la "teoría del derrame"
("trikled-down theory") es una manera peyorativa en la que la
izquierda estadounidense se refiere a la misma. De hecho, su acuñación se
atribuye al humorista Will Rogers en la etapa de la Gran Depresión iniciada con
el crack de 1929. Se volvió a utilizar para descalificar la política económica
de los gobiernos de Ronald Reagan (la "Reaganomics"). Por todo ello,
Mankiw sostiene que los documentos papales deben propiciar debates rigurosos y
no contaminados por términos peyorativos.
Sea como fuere, hay que reconocer
al menos dos interesantes resultados de este primer documento teologal que el
Papa Francisco rubrica. El primero que el Papa haya descendido al arriesgado
terreno de la técnica desde la Teología, lo que -como se ha visto- no es algo
precisamente cómodo en una Ciencia tan viscosa como la Económica. El segundo es
que los Economistas -principalmente los académicos- no se hayan mostrado
indiferentes ante un documento que sin forzar las cosas puede sumarse a la
Doctrina Social de la Iglesia. Cuando Ética y Economía dejan de ser disciplinas
autistas, las personas salimos ganando.
José Manuel Cansino Muñoz-Repiso. Profesor Titular de la Universidad de Sevilla.
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