Mi amigo José Antonio Peralta ha
cambiado su estado de ‘watshapp’ a modo ‘segando’ lo que inequívocamente
significa no sólo que en Andalucía estamos en campaña de recolección de trigo
sino que las NNTT de la comunicación obran prodigios.
Para acercarse con rigor al
mercado del trigo hay que hacerlo partiendo de dos premisas elementales. La
primera es que se trata de un mercado internacional y, por tanto, el precio se
fija internacionalmente en los principales centros de contratación. El más
importante es la Bolsa de Chicago y su precio o sus precios son los que se
toman como referencia. La segunda premisa es que la producción de trigo
española es muy pequeña vista desde la perspectiva mundial. En otros términos,
la producción española puede reducirse a cero o multiplicarse por diez sin que
el precio internacional varíe significativamente. José Eutropio Lara, experto
en la materia, lo explicó no hace mucho en la Facultad de Economía de la
Hispalense.
Tanto para los productores y la
industria auxiliar, como para los consumidores, es interesante conocer la
correlación de precios entre los mercados internacionales y los nacionales.
Hay que advertir que la unidad
física de negociación en esa Bolsa de Chicago es el ‘bushel’ o fanega. De
manera que para convertir el precio o cotización de Chicago a toneladas (Tm)
hay que tener en cuenta que una Tm de trigo equivale a 36,7 ‘bushels’.
Así las cosas, según el Banco
Mundial el precio internacional del trigo estaba en el pasado mes de mayo en
torno a 245,79 euros la Tm, lo que suponía un considerable descenso desde los 281,6
alcanzados en el mes de noviembre de 2012.
Existe una diferencia no pequeña
entre el precio internacional del trigo y el precio del mercado nacional. El
sindicato de productores ASAJA ofrece en su web una información muy útil a
partir del precio que se alcanza en las lonjas más importantes y el precio
promedio que construye el Ministerio de Agricultura.
Por ejemplo, el precio promedio
para el conjunto de España en la primera semana del mes de junio fue de 262,8
euros pero la semana pasada el precio en la lonja de Salamanca cerró a 236
euros/Tm, es decir, 17,01 euros menos respecto al precio que el Banco Mundial
daba para el mes de mayo. No es la primera vez que se constata una bajada de
precios al iniciarse la campaña.
Esto último apunta a una clara
política de fijación de precios por parte de los compradores mayoristas que
sólo es posible a partir de acuerdos colusorios que se ponen en marcha,
precisamente, aprovechando la falta de liquidez de los productores que
difícilmente pueden retrasar el momento de venta a uno posterior; por ejemplo, hasta
el mes de noviembre cuando se alcanzó el precio máximo de 2012.
De todas formas, los acuerdos
colusorios o de fijación de precios en el mercado nacional no pueden provocar
grandes variaciones en el precio pues, como se afirmó al inicio, éste se determina
internacionalmente.
El gran cambio que se ha operado
en la última burbuja financiera visto desde la perspectiva de las materias
primas en general y del trigo en particular, es su uso como activo financiero.
Unas veces se utiliza como activo real y subyacente de títulos financieros que
luego conforman fondos de inversión. Otras veces y como derivados del proceso
anterior aparecen vinculados a los ‘Contratos por diferencia’ o CFD por sus
siglas en inglés.
Naturalmente, para que una
materia prima básica y alimentaria se convirtiese también en un producto
financiero se necesitaba de la irrupción en las Bolsas tradicionales como la de
Chicago de los grandes bancos mundiales.
De hecho, una década antes de que
comenzase a gestarse la última burbuja financiera, en 1991, los banqueros del
banco estadounidense “Goldman and Sachs” que entonces presidía Gary Cohn,
crearon un nuevo tipo de productos de inversión. Son los que hemos denominado derivados.
Fue el resultado de una investigación en la que rastrearon el comportamiento de
los mercados de 24 materias primas, desde metales preciosos y energía al café,
el cacao, el ganado, el grano, los cerdos, la soja y el trigo. Luego ponderaron
el valor de la inversión de cada producto, mezclando y combinando las partes en
el cálculo y posteriormente redujeron lo que había sido una complicada
recopilación de bienes reales a una fórmula matemática que podía expresarse en
un único enunciado, conocido en adelante como el “Índice de Materias Primas de
Goldman Sachs (GSCI)”. Frederick Kaufman realizó un muy recomendable análisis que publicó la
revista “Foreign policy”.
Todo esto tuvo como contexto la expansión de
los mercados de futuros. Mercados en los que se puede comprar hoy una Tm de
trigo de la campiña sevillana para ser entregado dentro de dos años. Cualquier
de los amables lectores puede comprobar “on line”, los precios del trigo para
diferentes plazos de entrega.
Y es que el precio del pan nuestro de cada
día, tiene un componente financiero que sólo el estallido de la crisis ha
atemperado pero que amenaza con volver en cualquier momento.
-*- José Manuel Cansino Muñoz-Repiso. Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla invitado en la Universidad de Lund.
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