Los movimientos migratorios por
razones económicas llevan consigo al menos dos sentimientos punzantes y
contradictorios; el desarraigo y el desafío. Con ellos en mente hay que
interpretar los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de
Estadística (INE) que, resumidos en una única cifra, nos dicen que España durante
el año 2012 registró un saldo migratorio negativo de 162.390 personas.
La Encuesta de migraciones
exteriores del INE ofrece una interesante información sobre la edad, la
nacionalidad y el destino de las personas que cogieron sus maletas y
abandonaron nuestra nación el año pasado.
La migración económica es
esencialmente un fenómeno demográfico protagonizado por jóvenes. Unos se
marchan asumiendo el desafío y otros regresan después de cumplirlo o
certificando el fracaso.
De las 476.748 personas que
abandonaron España en 2012 la mayoría se concentran en el rango de edad que va
desde los 20 a los 49 años. Muchos de ellos arrastran a sus hijos. Así se
deduce de los casi 60.000 niños menores de 14 años que acompañaron a sus padres
a sus destinos.
Es precisamente analizando los
destinos a partir de donde podemos obtener más conclusiones.
De entre los países destacados en
la información del INE por ser destinos principales, espigan rápidamente dos
grupos, los países de menor renta que repatrian a los que ya dejaron de considerar
a España como un país próspero y lleno de oportunidades y los países que
resisten la crisis económica y siguen generando empleo.
Rumania, Marruecos, Bolivia,
Ecuador y la República Dominicana son el duro destino de los que regresan
hartos de miseria, de rebuscar en los contenedores de basura y de los macabros
paseos de carritos desvencijados de bebés en los que se sustituyeron los críos
por chatarra para vender al peso allí donde no piden títulos de propiedad.
Reino Unido, Alemania, Perú y
China son los destinos preferidos de quienes asumen el desafío de buscar su
particular Dorado.
Posiblemente preguntarán ¿por qué
al primer grupo de países se va con sensación del sabiniano allí no quedaba
sitio para nadie y al segundo con la frescura de la mochila ligera de un
legionario y un ‘pen drive’ lleno de títulos? Es fácil, a los primeros regresan
con niños que engendraron y parieron en España. A los segundos se va sin
equipaje. Por no llevar no llevan ni años encima. Son la generación estafada de
la que ha escrito recientemente Rafael Sánchez Saus. Una generación a la que se
la bautizó como “la mejor preparada” pero sin oportunidades en casa.
El correlato de todo lo anterior
se traduce en dinero; ‘er mardito parné’. Si buceamos en la Balanza de pagos
española, más concretamente en la Sub-balanza por Cuenta Corriente y Cuenta de Capital y, finalmente, en el saldo de las
remesas de asalariados, podemos ver la diferencia entre lo que los trabajadores
españoles residentes en el extranjero mandan a casa, y lo que los trabajadores
extranjeros residentes en España envían a sus países. Aunque el saldo es aún
negativo (todavía hay una fuerte remesa de salida de capitales enviados por los
extranjeros residentes en España), el saldo no hace más que disminuir. Entre
2008 y 2011, éste ha tenido la siguiente evolución en millones de euros: -2.554, -2.152,7, -1.813,9 y -1.566.
Pronto llegaremos a tener un
saldo positivo. España habrá retrocedido a los años 40 del siglo XX. Félix
Machuca ha sabido interpretar bien esta tendencia. Habrá diferencia en las cualificaciones
de los ‘españoles por el mundo’ y en sus destinos. Ahora son jóvenes
licenciados repartidos entre Europa, China y el sur de Hispanoamérica. Antes
fuimos los obreros sin apenas cualificación que ayudamos a reconstruir Europa
con los dólares del Plan Marshall y el innegable esfuerzo de los países que se
lamían las heridas de la segunda Gran Guerra.
Poco queda para que ese saldo que
huele a desarraigo y desafío, se vuelva positivo. Seremos entonces una gran
multinacional. Una gran multinacional que exporta cerebros nacionales y despide
a los emigrantes que recibió. Verdaderamente porque aquí no hay sitio para
nadie. Pongamos que hablo … de España.
-*- Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla invitado en la Universidad de Lund.
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