lunes, 14 de abril de 2014

ESTUDIANTES (José Manuel Cansino en La Razón el 14/4/2014)

Sólo dos economistas españoles han conseguido los cinco galardones nacionales más importantes a los que se puede aspirar. Uno de ellos es Juan Velarde Fuertes y el otro día hablaba de la Ética y las Finanzas en la Universidad de Sevilla; Universidad por la que también es doctor 'Honoris causa'.



A pesar del empeño en contrario de los economistas marginalistas de finales del siglo XIX, el estudio científico del comportamiento humano al margen de cuestiones Morales es absolutamente incompleto. Las decisiones económicas no son más que una dimensión de las decisiones humanas. En esto -la influencia de la Moral en la Economía- existe hoy un casi general consenso que trasciende a los académicos confesionales. El caso del Premio Nobel Amartya Sen probablemente el más conocido pues su confesado agnosticismo no le impidió publicar 'Sobre Ética y Economía' ni participar con otros científicos en El Vaticano llamados por el Papa para analizar esta cuestión.
Pero que exista una clara relación no es suficiente para alcanzar un consenso académico sobre cual es ni en que sentido va esa relación. Por ejemplo, existe hoy una importante controversia entre los economistas católicos en torno al libro 'Divina Economía. La Teología y el Mercado' publicado por el teólogo Stephen Long en 2006.
El profesor Velarde se preguntaba si las finanzas tenían un lado sombrío. Es decir, si su desarrollo más allá de un cierto punto no sólo no contribuía al desarrollo económico sino que, como hemos visto en la actual crisis financiera, constituye un elemento absolutamente distorsionador. Efectivamente así parece ocurrir pero sin que sepamos cual es ese 'cierto punto'.
En pleno debate sobre la Moral, la Economía y la crisis, nos encontramos con una corriente de pensamiento que presenta a un Dios angustiado únicamente por las injusticias económicas del presente. Esta es una visión muy limitada de Dios aunque muy popular.
De todo ello se habla también en la Universidad aunque los hay a los que les gustaría que Dios quedase completamente extramuros de la Academia.
Acaban de conmemorarse los 25 años de la creación del Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS). Junto con la Hermandad de los Estudiantes y la Fundación Persan hace una importante labor de apoyo a los estudiantes con severas dificultades económicas. El SARUS es todo un ejemplo de como articular un fecundo y permanente diálogo entre la Fe y la Razón. La Hermandad de Los Estudiantes es un perfecto trasunto de ese diálogo. Cada Martes Santo se ponen el mismo hábito el viejo catedrático, el reciente doctor y el alumno. El antifaz nazareno iguala a todos en la Fe y en la Penitencia. Es esta una curiosa metáfora de humildad científica. El hábito nazareno hace iguales a científicos internacionalmente reconocidos y a alumnos que renquean. Es un recordatorio del 'Sic transit gloria mundi' como lo son los cuadros de Valdes Leal. Pero también es un acicate para que el recién licenciado sepa que con esfuerzo y excelencia se puede llegar a triunfar profesionalmente como el nazareno que va unos metros por detrás en la misma fila. Y esto ocurre cada Martes Santo llueva o no. Se lo digo yo que voy en esa nómina.


(*) José Manuel Cansino. Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla.

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