De entre las maldades que dicen de los economistas sobresale
aquella que afirma que nos dedicamos a explicar por qué no sucedió ayer lo que
habíamos previsto antes de ayer. Aceptando lo que de razón hay, me gustaría
también oír de vez en cuando por qué la Epidemiología nos hizo gastar miles de
millones en vacunas contra la gripe A o por qué la Meteorología no evita millones
de muertos previendo oportunamente las catástrofes naturales.
La Economía tiene una aparataje matemático como la Física o
la Química pero un objeto de estudio –el ser humano- de comportamiento mucho
menos predecible que el del metal cuando se le aplica calor y se dilata.
A pesar de ello seguimos haciendo previsiones porque es la
única forma de minimizar los errores cuando se toman decisiones en ambientes de
incertidumbre, lo que hacemos casi a diario aunque no seamos del todo
conscientes.
En estos días, la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)
ha publicado el denominado ‘consenso’ de previsiones económicas para 2013. En
definitiva, un conjunto de estimaciones para las principales magnitudes
macroeconómicas y que resultan de calcular la media aritmética de 18
previsiones realizadas por otros tantos centros de prospectiva.
De acertar estas previsiones en 2013 tendremos una caída del
PIB del -1,5% lo que nos sitúa 3 puntos por debajo del ritmo que se necesita
para generar empleo neto, y es que después de la última reforma laboral, se necesita
crecer al 1,5 % para que los empleos que se creen sean más que los que se
destruyen. Naturalmente esta es otra estimación que, además, no ha podido ser
contrastada. En cualquier caso se estima que el desempleo siga cayendo en un
-2,9 %. Durante 2012, Andalucía ha mostrado caída del PIB menos acusadas que,
en tasa interanual y según BBVA research,
estarían en el -1,1%.
La caída de la producción industrial es especialmente
acentuada y preocupante (-2,9 %) porque nos sigue recordando que tenemos en buena
medida una ‘Economía fingida’, sin sectores económicos sólidos en la denominada
‘economía real’.
El dato más positivo sigue siendo el de nuestro sector
exterior ya que se espera alcanzar el equilibrio en la Balanza de Pagos por
cuenta corriente el próximo año. Varios factores explican este favorable
comportamiento de nuestro sector exterior pero también se consolida una amenaza
de la que ya se venía hablando.
La caída de la renta nacional explica buena parte de la disminución
de nuestras importaciones y, consecuentemente, el reequilibrio de la Balanza
comercial (la primera de las balanzas que integran la Balanza por cuenta
corriente). Importamos menos bienes de consumo pero también importamos menos
bienes de inversión en detrimento de nuestra capacidad productiva.
El otro factor que explica la mejora de nuestro saldo
exterior es la devaluación interna que sufre la economía española. Ante la
imposibilidad de devaluar la propia moneda, los salarios españoles continúan
disminuyendo, con ellos los costes de producción y aumentando la productividad.
En concreto, los costes laborales unitarios se prevé que disminuyan un 0,9% y
que la productividad aumente un 1,5%. La tendencia anterior se verá subrayada
porque, en términos de poder adquisitivo, muchos salarios disminuirán al no
compensarse por la inflación con la que se prevé cerrar 2012; un 2,4%.
Con respecto a la amenaza que se cierne sobre nuestro sector
exterior, el consenso publicado por FUNCAS confirma el estancamiento de la
Unión Europea –principal destino de nuestros productos y origen de nuestro
turismo- y, esto es más novedoso, la ralentización del crecimiento de muchos
países emergentes algunos de ellos amenazados por burbujas inmobiliarias.
Con todo, el caso particular de Andalucía muestra un muy buen
comportamiento del sector exterior (con un crecimiento del 2,9 % en el segundo
trimestre de 2012) que, sin embargo, no llega a compensar la fuerte caída de la
demanda interna (-4% en el mismo periodo).
Por último, el déficit público de 2012 rebasará el objetivo
del 6,3 %, puede que hasta el -7,2 % pero justo ocurre esto cuando la Comisión
Europea parece dispuesta a ampliar el plazo para que la España vuelva a
situarse en el -3%. A pesar de ello, los ajustes presupuestarios seguirán
siendo duros y esto es especialmente duro para Andalucía si se tiene en cuenta
una de las principales debilidades de su economía; la extraordinaria
dependencia del sector público.
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