A diferencia del mercado del gas natural que está más fragmentado, el mercado del petróleo crudo es esencialmente mundial y toma dos precios de referencia, el del barril de la variedad 'West Texas Intermediate' -WTI- (que se produce fundamentalmente en el sur de California y en Oklahoma) y el 'Brent' que se extrae esencialmente en Arabia Saudita y es el que sirve de referencia para Europa. La situación de tres países ha hecho que el precio del segundo haya caído a los 35 dólares por barril; dos dólares por debajo del WTI. Estos países son la propia Arabia Saudita (el principal exportador mundial de crudo), Irán y China.
La nueva caída del precio del petróleo (2016 es el segundo año consecutivo de bajada) tiene implicaciones económicas extraordinarias para la mayor parte de las economías desarrolladas que siguen siendo 'petro alcohólicas'.
El mercado de petróleo tiene un problema de sobre producción y, como ocurriría con el precio de cualquier materia prima en un mercado relativamente libre, su precio tendría que caer como lo está haciendo. Goldman and Sachs (el mismo banco que estuvo en el origen del fiasco de las finanzas públicas griegas) estima que el precio del petróleo aún tiene margen de caída hasta los 20 dólares. Un precio de este tipo es perfectamente asumible por Arabia Saudita desde el punto de vista del coste de producción (estimado en unos 4 dólares por barril) pero no tanto desde la perspectiva de los ingresos fiscales de esta Petro Monarquía de Oriente Medio que dependen en un 70 % de las ventas de petróleo.
La nueva bajada del precio del 'Brent' ha sido impulsada por Arabia Saudita y responde, en buena medida, a su reciente enfrentamiento diplomático con Irán. La cuestión no es baladí pues después del acuerdo en materia nuclear de este país persa con Estados Unidos y otras potencias, justo en 2016 va a comenzar a exportar de nuevo petróleo. La bajada de precio de los saudíes es una sencilla estrategia comercial que busca mantener su cuota de mercado pero también es una decisión con consecuencias geopolíticas que perjudican a un país enemigo como Irán.
En el fondo sigue habiendo un problema de sobreproducción cuyo origen más plausible es el cambio que está experimentando la economía china -la gran consumidora mundial de todo tipo de materias primas, también petróleo crudo y refinado-. Los expertos en economía china (que ahora pululan por doquier) sostienen que está dejando de ser una economía basada en la inversión a ser una economía de consumo. La diferencia estriba en que el componente de inversión de la demanda agregada de un país tiene un efecto 'tractor' sobre el resto de la economía mucho mayor que el consumo. También tiene una necesidad más elevada de materias primas.
Hasta aquí la explicación más lógica desde un punto de vista económico y geopolítico de la bajada del precio del petróleo, pero no me resisto a compartir otro análisis que no me ha dejado indiferente.
Como es sabido, la pugna por el control de los recursos naturales estratégicos es una preocupación central de los servicios de inteligencia y ha sido vivero tradicional de historias noveladas de conspiraciones. Una de ellas es la que el escritor y ex agente del KGB Daniel Estulin sostiene en su reciente libro 'Fuera de control'. Buena parte del libro es un compendio mal estructurado de opiniones ya vertidas pero, en esencia, sostiene que desde la aceptación de las teorías del Club de Roma del riesgo de agotamiento de recursos, los servicios secretos británicos se empeñaron en conducir al mundo islámico hacia una Edad Media basada en el odio al modelo de vida occidental que, de paso, lo abocaba a una economía permanentemente empobrecida y poco demandante de materias primas que quedaban así a disposición de Occidente. El vehículo principal para ese camino a la Edad Media era una lectura fundamentalista del Corán que usaba a Occidente como el gran enemigo cohesionador. Las consecuencias de una Edad Media religiosa con unas tecnologías del siglo XXI y los ingresos del petróleo ya las conocemos. Por esa razón alguien podría argumentar desde las teorías de la conspiración (o no) que una bajada del precio mundial del petróleo es un golpe a muchos intereses pero también a las finanzas del terrorismo yihadista.
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