viernes, 27 de marzo de 2015

DEL CHEQUE ESCOLAR AL CHEQUE DE FORMACIÓN (José Manuel Cansino en La Razón el 23/3/2015)

El Ministerio de Empleo ha impulsado un acercado cambio en el sistema de formación que reduce considerablemente el papel de organizaciones empresariales y sindicales en lo que, para no pocos, vino a convertirse en el gran negocio de la formación.



Las políticas de formación de carácter ocupacional constituyen la política activa de empleo más recurrente tanto en nuestro país como en el resto de los países de la Unión Europea. Los fondos públicos destinados al conjunto de políticas activas de empleo han seguido una tendencia creciente en países como España, pasando de absorber el 0.33 % del PIB en 1985 a más del 1 % recientemente.
Desde los ochenta y noventa del siglo pasado se asumió en España que era necesario mejorar la intermediación entre oferta y demanda de puestos de trabajo, lo que llevó a adaptar las actuaciones al entorno más cercano al desempleado. En la práctica esto ha supuesto que la formación se realice de forma descentralizada en centros de formación que pueden ser de titularidad privada (propiedad de asociaciones empresariales o sindicales) financiados con fondos públicos millonarios.
No hay evidencia rotunda de que la formación profesional para desempleados sea la vía más eficaz para promover la empleabilidad. Por ejemplo, hay estudios que otorgan una mayor eficacia a los incentivos fiscales a la contratación vía reducciones en las contribuciones empresariales a la Seguridad Social. Pero insisto, si se siguen destinando fondos millonarios a la formación, no basta con apartar de su gestión a quien ha demostrado, en buena medida, un uso malversatorio de los mismo.
Es necesario incluir la excelencia de los centros de formación como criterio de destino de los fondos. Un doble mecanismo serviría para llevar esto a la práctica. El primero sería llevar a este ámbito la filosofía del cheque escolar en forma de ‘cheque de formación’. De esta forma, cada beneficiario entregaría su cheque al centro que mayores garantías le ofreciese de que, tras el periodo formativo, podría encontrar un nuevo empleo ajustado a su perfil profesional.
El segundo mecanismo sería instaurar un sistema de evaluación de la empleabilidad que cada centro de formación logra en sus egresados o personas que finalizan con éxito su periodo formativo. Para ello hay que establecer la obligación de los beneficiarios de informar a la Administración Pública de su trayectoria profesional tanto al poco tiempo de terminar el curso de formación (para evaluar la empleabilidad a corto plazo) como a los tres o cinco años de haber pasado por el centro de formación. Aspectos como el tipo de contrato al que se ha tenido acceso o si el empleo encontrado está relacionado o no con la formación recibida y el perfil profesional de cada persona servirían para evaluar la calidad del centro de formación.
El resultado de esas evaluaciones debería ser público y realizado con garantías de rigor. De esta forma acabarían siendo señales que ayudasen a las personas desempleadas a elegir los centro de formación con un mayor nivel de excelencia y éstos recibirían como resultado de su buena labor, mayor volumen de ingresos por la vía de los cheques de formación.
Parte central de este nuevo sistema de formación han de ser los centros de formación tanto públicos como privados-concertados que cuentan con trayectoria en las enseñanzas de módulos de formación profesional. Pero también la Universidad, inmersa en su enésima reforma esta vez en el modelo 3+2, la que debe jugar también un papel notable. Especialmente en aquellos máster (el número 2 del modelo 3+2) que cuenten con un marcado perfil profesional y acrediten buenos niveles de calidad en términos de la empleabilidad de sus egresados.

El gobierno andaluz que se conforme tras las elecciones y el gobierno de la Nación que salga meses más adelante, tienen en esto un reto extraordinariamente importante.

viernes, 20 de marzo de 2015

DESINFLACIÓN TIRANDO A DEFLACIÓN (José Manuel Cansino en La Razón el 16/3/2015)


Los precios en España acumulan una disminución del -1.4 % en lo que llevamos de 2015 y una disminución del -1.1 % si vemos el dato en variación anual (de febrero de 2014 al febrero pasado). Esta tasa de inflación anual para Andalucía también es del -1.4% y puede parecer, si lo miramos como consumidores, que es un buen dato económico dado que aumenta nuestra renta disponible por algo tan sencillo como es abaratarse nuestra centra de la compra.



Sin embargo, los economistas ven en la caída generalizada de precios un severo problema económico que ha movido al Banco Central Europeo a poner en marcha una nueva inyección masiva de euros (del tipo ‘Quantitative easing’ QE). Conviene entender esto pues con frecuencia ocurre que lo que parece una acción lejana y desconexa con nuestra economía cotidiana, como pueda parecer la QE, no lo es en absoluto.
La deflación es la caída de precios generalizada en toda la economía y sostenida en el tiempo y a este es el verdadero problema económico. Un análisis estilizado de la cuestión obliga a diferenciar entre ‘deflación’ y ‘desinflación’. Este último término se refiere a la caída de la inflación o a la desaceleración de la subida de precios (inflación). Aritméticamente podemos afirmar que España no ha entrado abiertamente en deflación pues si bien los precios encadenaban bajadas consecutivas a lo deflación desde el mes de noviembre de 2014, Febrero ha roto tímidamente la tendencia con una subida del 0.2 %. Es una victoria sin alas.
Pese a que pueda parecer lo contrario, la deflación es un problema económico porque anima a retrasar las compras ante una expectativa fundada de que los precios bajarán aún más. Este comportamiento racional de los consumidores es como esperar a comprar hasta que lleguen las rebajas pero viviendo en permanentes rebajas. Naturalmente es terrible para las empresas que ven así como sus ingresos no harán otra cosa que descender.
Precisamente por esto y para espantar el fantasma de la deflación, el Banco Central Europeo acaba de poner en marcha una nueva QE para comprar deuda pública por un valor promedio de 60.000 millones de euros al mes, lo que equivale a gastarse mensualmente el 6 % del PIB español. El objetivo último es liberar los balances de los bancos comerciales de deuda pública a cambio de euros frescos que los bancos deberían colocar en forma de préstamos privados a particulares y a empresas. Se pretende así reactivar la demanda de consumo y con ello presionar al alza sobre los precios.
Pero la QE tiene otros dos efectos colaterales igualmente importantes. El primero es bajar la prima de riesgo y con ella los intereses que los estados tienen que pagan para financiarse y los impuestos que los contribuyentes habrán de satisfacer para devolver la deuda emitida. De hecho, la semana pasada el Tesoro Español ya se benefició de una nueva bajada de la prima de riesgo que dejó nuestro diferencial con el bono alemán en apenas 0.8 puntos porcentuales.
El segundo efecto colateral de la QE es la depreciación del euro frente al dólar. Una inyección masiva de euros no se comporta de forma muy distinta a una cosecha abundante de aceitunas de mesa de esas que envasa el grupo ‘Manzanila olive’. De la misma forma que el precio de la aceituna de mesa se desplomaría con una cosecha abundante, el precio del euro (su tipo de cambio), también. Esto último favorece las exportaciones europeas que, al ser un componente más de la demanda agregada, haría que esta presionase al alza sobre una precios con riesgo de deflación.
En todo esto hay un dato que no debe pasarse por alto y no es otro que la deflación importada. Esta viene asociada a una bajada sostenida del precio del petróleo del que Europa es mayoritariamente muy dependiente. Esta bajada permite no sólo aumentar nuestra renta disponible sino también abaratar muchos costes de producción. El problema –ya lo hemos advertido desde estas páginas más de una vez- es que un efecto rebote en forma de aumento del consumo de petróleo provocará un repunte en las emisiones de CO2.

De momento Europa vuelve a dar una patada hacia adelante al balón en forma de QE.

martes, 10 de marzo de 2015

¿ES DE RADICALES LA REORDENACIÓN DEL SECTOR PÚBLICO? (José Manuel Cansino en La Razón el 9/3/2015)

La Junta de Andalucía se comprometió a adelgazar el sector público andaluz dentro del paquete de medidas para hacer frente a la crisis financiera y económica desatada en 2007. La medida más importante para acometer ese objetivo fue la denominada “Reordenación del sector público de la Junta de Andalucía”.  La medida se tradujo en una aparente decisión de suprimir hasta 95 consorcios mediante un acuerdo del Consejo de Gobierno de 27 de julio de 2010. Así lo tiene publicitado la propia Junta en la web destinada a inventariar los entes de la Comunidad Autónoma. En esa comunicación especifica que la información está actualizada a día 3 de Febrero de 2015.



El calificativo de “aparente” que se le puede aplicar a esta decisión se justifica de la siguiente manera. Basta con recorrer la información en la pantalla del ordenador hasta el final para encontrarse con un enlace que dice llevar al “Inventario de Entes de la Comunidad Autónoma de Andalucía en la web del Ministerio de Economía y Hacienda”. Ya veremos que donde verdaderamente lleva es al Ministerio de Hacienda.
La sorpresa es que cuando se consulta esta información aparecen formando parte del listado los 95 consorcios que la Junta de Andalucía exhibe como suprimidos en aplicación de la decisión de “Reordenación del sector público”. La información aclara que está actualizada a fecha de 1 de julio de 2014. Es decir, cuatro años después de la decisión del Consejo de Gobierno de la Junta de suprimir estos 95 consorcios, siguen figurando como parte de los Entes de la Junta de Andalucía en la información oficial del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Por cierto hay un error en la información institucional pues la Junta dice enlazar con el Ministerio de Economía aunque con quien se enlaza es con el Ministerio de Hacienda.
Que nadie haya advertido de esta llamativa situación probablemente evidencia un desinterés no sólo social sino también en los partidos de la oposición y aún del propio gobierno regional, por verificar el cumplimiento de algo tan importante como es la reforma de la Administración Pública. La explicación no es difícil de encontrar en la falta de visibilidad del coste fiscal de estos y otros entes públicos. Sólo si los ciudadanos perciben el coste fiscal de la Administración (la convencional y la paralela) con la misma insistencia con la que se asiste a una campaña mediática institucional, se podrán ver los beneficios de esta reforma y se prestará también atención al efectivo adelgazamiento del sector público. Un adelgazamiento que debe reducir finalmente el nivel de endeudamiento y/o la presión fiscal.
Pero si esto se puede decir de la Administración Regional, sin duda es la reforma del Estado una de las tareas pendientes que ha dejado sin acometer eficazmente el gobierno de la Nación. Recientemente, el Observatorio Económico de Andalucía promovió un Manifiesto que explicaba de manera meridianamente clara el proceso de “inflación administrativa” que soportamos. El Manifiesto denunciaba que el proceso había sido "consistente con los intereses corporativos de los partidos políticos, ya que el desarrollo autonómico les permitió aumentar sus posibilidades de reproducción con mayores competencias, financiación y empleo público (...)". Es evidente que la solución no puede venir de la mano de los mismos partidos que nos han llevado hasta aquí.
Para los próximos días el mismo Observatorio ha promovido actos en los que los partidos con opciones “demoscópicas” a entrar en el Parlamento de Andalucía van a exponer sus programas económicos. En esta cuestión del adelgazamiento de la Administración resultan interesantes las propuestas de VOX, Ciudadanos y UPyD, sin bien en este último caso su apuesta por el federalismo resulta desconcertante si se quiere conjugar con el adelgazamiento de la Administración.
Parte del éxito de la reforma administrativa que ya han realizado países como Alemania, Italia o Francia, consiste en dejar claro que los derechos fundamentales corresponden a las personas y no a los territorios ni a los grupos de interés. Derechos que deben ser accesibles –en igualdad de condiciones- a todos los españoles residamos donde residamos.

Esta no es una demanda radical aunque con frecuencia los dirigentes acostumbren a llamar “radicales” a todos los que suponen un riesgo para su perpetuación en la poltrona. Es un camino que ya han recorrido otros países de referencia.

martes, 3 de marzo de 2015

RIESGO DE LA DEUDA ANDALUZA FRENTE A LA ESPAÑOLA (José Manuel Cansino en La Razón el 2/3/2015)


La deuda pública emitida por la Junta de Andalucía ha costado casi cinco veces más que la deuda del Estado emitida por el Tesoro. Concretamente en 2014 llegó a pagarse hasta 4.85 veces más por las letras con vencimiento a tres meses emitidas por la Junta de Andalucía que por las letras emitidas por el Tesoro español con ese mismo vencimiento. La diferencia viene medida por los distintos tipos de interés marginales que resultaron de las subastas de unos y de otros títulos. Estos tipos de interés fueron en marzo de 2014 del 0.97 % para la deuda autonómica y del 0.2 % para la deuda de la Nación.
Las administraciones públicas españolas se han beneficiado inequívocamente de la reducción de la prima de riesgo española que alcanzó su máximo el 26 de julio de 2012. Ese día, el bono español con vencimiento a 10 años tenía un diferencial con el bono alemán de 638.42 puntos básicos. Ahora es mucho más barato pedir prestado lo que se necesita para enjugar el déficit público pero no a todas las administraciones públicas les resulta igual de barato.


Interés pagado por la Junta de Andalucía
Interés pagado por el Tesoro
Diferencial en puntos básicos
Letras a 3 meses







Enero
1.69
0.35
134
Febrero
1.1
0.18
92
Marzo
0.97
0.2
77
Abril
0.93
0.2
73
Mayo
0.89
0.31
58
Junio
0.78
0.13
65
Agosto
0.6
0.04
56
Diciembre
0.42
0.2
22

Nota 1: Para diciembre el dato corresponde a las letras a 9 meses.

Nota 2: El interés para el mes de Abril de las letras a 3 meses del tesoro corresponde a la subasta anterior.

Así como es posible calcular la prima de riesgo de la deuda española frente a la alemana (país que se toma como el más solvente), también es posible realizar un cálculo similar de la prima de riesgo de la deuda andaluza frente a la española. Analizando las subastas de deuda autonómica realizadas a lo largo de 2014, la prima de riesgo de la deuda andaluza frente a la del conjunto de España alcanzó su valor máximo en el mes de enero. En ese momento el diferencial fue de 134 puntos básicos para las letras emitidas con vencimiento a tres meses y de 121 puntos básicos para las emitidas a doce meses. Esto significa que los intereses pagados por la Hacienda Autonómica fueron 4.8 y 2.6 veces superiores a los intereses a los que el Estado colocó su deuda a tres y doce meses, respectivamente. Ese mes de enero fue, además, el de mayor volumen de emisión de deuda autonómica, unos 32 millones de euros.

Letras a 12 meses
Interés pagado por la Junta de Andalucía
Interés pagado por el Tesoro
Diferencial en puntos básicos




Enero
1.95
0.74
121
Febrero
1.49
0.56
93
Marzo
1.37
0.56
81
Abril
1.3
0.56
74
Mayo
1.21
0.59
62
Junio
0.76
0.39
37
Agosto
0.67
0.17
50
Diciembre
0.65
0.37
28

A partir de los valores de enero de 2014, el diferencial de la deuda andaluza frente a la española se redujo considerablemente hasta el punto mínimo alcanzado para el mes de diciembre pasado. En el entorno de las navidades de 2014, la prima de riesgo andaluza frente a la española se había reducido hasta los 22 puntos básicos para las letras a 3 meses y los 28 puntos para las letras con vencimiento en 12 meses.
Con todo, el volumen de emisión de deuda pública andaluza representa una parte muy pequeña del déficit de financiación de la Junta de Andalucía medido por el saldo presupuestario. Así, aunque no está disponible aún este dato para 2014 es posible tomar como aproximación el que arroja la Cuenta General de la Junta para 2013. Para ese ejercicio presupuestario fue de 1.027 millones de euros mientras que el promedio de cada una de las emisiones de las ocho subastas de deuda pública autonómica en 2014 fue de unos 25 millones de euros. Además debe tenerse en cuenta que parte de las emisiones de deuda se hicieron para financiar los vencimientos de las letras a tres meses emitidas durante el mismo año.
La diferencia entre el pequeño volumen de deuda emitida frente a la cifra total de déficit se explica porque desde 2012 (año en el que la prima de riesgo española alcanzó su máximo valor), la Junta ha financiado mayoritariamente su déficit recurriendo a dos fórmulas de préstamo con el gobierno de la Nación. Una fue el plan de pago a proveedores y otra, la que se mantiene como determinante, el Fondo de Liquidez Autonómica.
Conforme la crisis económica remita, las regiones españolas –de mantener situaciones de déficit- deberán volver a financiarse a través de la emisión de deuda. Una buena forma de seguir esta evolución es comprobar si son capaces de colocar deuda a largo plazo. Hasta ahora la Junta de Andalucía no ha superado los dieciocho meses en el plazo de amortización de sus letras emitidas. Téngase en cuenta que el Tesoro español llega a colocar títulos de deuda con vencimiento de hasta 30 años; es el caso de las Obligaciones del Estado.

En definitiva y como ha ocurrido con la mayoría de regiones españolas durante esta crisis, Andalucía ha financiado su déficit gracias a la solidaridad del conjunto de contribuyentes españoles. Cuando lo ha hecho emitiendo títulos de deuda propios, lo hemos pagado más caro.