martes, 24 de enero de 2017

EL ÚLTIMO DE LA FILA PONE EL PRECIO DE LA LUZ (José Manuel Cansino en La Razón el 23 de enero de 2017)


En Andalucía existen siete centrales de ciclo combinado para generación eléctrica. Cuentan con una potencia instalada de 5.972 Megavatios (apenas el 0.5 % de la potencia instalada en España), y pueden estar muy tranquilas. Probablemente no sufran ningún escachre ni apedreen sus instalaciones los consumidores enfadados por la pregonada subida de la factura de la luz. El sistema eléctrico es demasiado complejo para que el español medio –ese que se remanga diariamente la camisa y se echa familia y Patria a la espalda- sepa que el ministro de industria las ha señalado indirectamente como actoras principales de la subida.


(Central térmica Bahía de Algeciras)


Es una verdad parcial y, al mismo tiempo, es una explicación política de urgencia que pretende identificar a un culpable sin rostro –el elevado precio del gas- sobre el que se viertan las iras de los que pagan y también de los que buscan rédito político de cualquier cosa. Efectivamente, el mayor precio del gas natural es responsable de parte de la subida del precio de la luz, que ha llegado a sobrepasar en algún momento los 95 euros por Megavatio/hora cuando la ‘paz del mercado’ se alcanza con cuarenta euros. Los precios se fijan para cada una de las 24 horas del día y lo establece el último de la fila. Pero ¿quién es el último de la fila?
La lonja de la electricidad o mercado mayorista funciona con una particularidad que la diferencia mucho de las lonjas de pescado. Hay un orden en la fila para vender electricidad y ese orden se establece por tecnología de producción. Es un orden creciente en precio de manera que el último que consigue vender es el que fija el precio que sirve tanto para ‘su’ electricidad como para todas las cantidades que se ofrecieron antes a precios más bajos. De esta forma, el que acepta entrar a precio cero sabe que el precio real que ingresará nunca será nulo porque vendrá determinado por la última de las tecnologías que entren en función de la demanda que exista. Como las últimas no entrarán a precio cero, tampoco las primeras acabarán recibiendo un precio nulo.
Primero entran las que ofrecen su electricidad a un aparente precio cero o muy reducido. El adjetivo ‘aparente’ es muy importante pero no es momento de detenernos en ello. Las empresas que venden su electricidad a precio cero son las que utilizan energías renovables porque la ley –en aras de su fomento- les otorgó (no sólo en España) prioridad de vertido. Luego entran las centrales nucleares a vender su electricidad (lo hacen en segundo lugar porque así se garantizan una venta segura ya que sus reactores no pueden dejar de funcionar salvo que se programe su parada). Luego lo hacen las centrales térmicas que utilizan carbón, estas lo hacen con un precio más elevado. Finalmente (con un pequeño matiz para las centrales hidráulicas de bombeo), entra el último de la fila que se llaman centrales de ciclo combinado y utilizan el gas natural como parte de su combustible. Ahí está el gas al que el Ministro apuntaba como el responsable de la subida de la factura pues el precio de este combustible desde marzo del año pasado ha subido extraordinariamente. Para ser exactos, el precio del gas ha pasado de los 1.959 dólares por ‘British Termal Unit’ a los 3.202 en Enero de 2017.
Las Centrales de Ciclo Combinado se multiplicaron en España entre 2002 y 2011 principalmente. Implicaron inversiones millonarias que no se ejecutaron con espíritu caritativo sino de lógico beneficio. Estaban pensadas como “mecanismo de cierre del sistema eléctrico”. Entraban en producción las últimas y sólo cuando la demanda se disparaba por frio o por calor. Su tecnología le permitía, como a los coches, pasar de 0 a 100 en muy poco tiempo para evitar que se produjesen apagones. El ‘boom’ de las energías renovables dio al traste con esas expectativas de beneficio ya que las renovables entraban antes, y lo hacían con una mayor cantidad año a año de manera que la entrada en producción de ciclos combinados apenas era necesaria. Sin producción no había ingresos y el nivel de enfado de sus propietarios se disparaba si no fuese porque, en muchos casos, eran los mismos propietarios de los parques eólicos. Véase el caso de Iberdrola.
Sin embargo y de pronto coinciden tres circunstancias que añadir al mayor precio del gas natural. La primera y más evidente la ola de frio no sólo en España –esto es importante- sino también en centro Europa. La segunda es que la capacidad de intercambio de energía eléctrica entre España y Francia a través de los Pirineos se ha multiplicado desde octubre de 2015 cuando entró en operación el interconector entre los dos países que permitía pasar de intercambiar 1.400 a 2.800 Megavatios. Esto supone que España puede comprar más electricidad en Francia pero también Francia puede comprar más electricidad en España. La tercera circunstancia es que siete centrales nucleares francesas están en parada suponiendo que una tercera parte de sus reactores nucleares están sin funcionar en un país en el que el 78 % de la electricidad es nuclear y están pasando más frio que nosotros. De hecho Francia se ha abastecido no sólo de España, también de Bélgica, Luxemburgo y Alemania, por ejemplo. Más frío, más demanda (interior y exterior) y –ahora sí- un precio más caro del gas explican por qué el precio de la luz –ese que pone el último de la fila en entrar en el mercado- va a subir.
Con todo, demasiado complejo como para que los ciudadanos decidan apedrear a las plantas de ciclo combinado que, a fin de cuentas, son la barrera última frente a los apagones y las sufridoras de la subida del precio del gas.


martes, 17 de enero de 2017

UN LITRO DE AGUA, 500 DE GASOLINA (José Manuel Cansino en La Razón el 16 de Enero de 2017)


El proyecto Aurora es la denominación llamativa que sus impulsores han dado al desarrollo de una Unidad Móvil Autónoma de Generación de Energía Renovable. En él participan las empresas Sacyr S. A., Kemtecnia S. L., Ariema S. L. y el liderazgo investigador lo despliega el profesor José Manuel Andújar Márquez de la Universidad de Huelva (UHU). Del interés del proyecto da buena cuenta la financiación pública que ha conseguido; casi dos millones de euros, pero también las presentaciones que están haciendo en aquellos países con unas necesidades energéticas muy altas y una geografía compleja que dificulta la instalación de centrales eléctricas convencionales, incluso aquellas que usan energías renovables. Particular interés ha mostrado Indonesia; una de las grandes potencias asiáticas que cuenta con unas 17.000 islas que necesitan ser abastecidas de energía.



El proyecto permitirá comercializar, cuando la tecnología esté del todo madura a nivel de mercado, unidades generadoras portátiles de energía que utilizan el hidrógeno como fuente primaria de energía para generar electricidad. Indonesia tiene reservas de gas natural de las que puede extraer el hidrógeno necesario. Actualmente el 48 % del hidrógeno se obtiene a partir del gas natural, el 30 % del petróleo, el 18 % del carbón y el 4 % por electrolisis.
Según la propia Universidad de Huelva divulga, el hidrógeno generado se almacena en la Unidad Móvil Autónoma de Generación para producir posteriormente energía eléctrica limpia mediante una pila de combustible, ya que el único residuo es vapor de agua. Naturalmente, para ello han tenido que trabajar primero en resolver eficientemente el problema del almacenamiento del hidrógeno. En no pocas ocasiones hemos insistido desde estas páginas que uno de los grandes desafíos que tiene la energía eléctrica es resolver el problema del almacenamiento pues, hasta ahora, la mayor parte de la electricidad generada tiene que consumirse de manera instantánea. El almacenamiento del hidrógeno es parte de la solución de la ecuación del almacenamiento.
Para resolver el problema del almacenamiento del hidrógeno el equipo de la UHU desarrolló el proyecto ENERGENOS: Almacenamiento y disponibilidad de energía en base al hidrógeno. También en este proyecto contó como socio empresarial a Kemtecnia S. L., en esta ocasión junto a Hidrógena Desarrollos Energéticos S. L. y el Centro de Tecnología del Silicio Solar (CENTESIL). El proyecto contó con casi un millón de euros de financiación pública. También llevó a cabo el proyecto de “Construcción de una pila de combustible modular: instrumentación y control, monitorización online”. Todo bajo el impulso y liderazgo del profesor José Manuel Andújar. El resultado ha sido una pila –que es parte de la unidad de generación portátil- que funciona cuando no hay recurso renovable (principalmente sol y/o viento). La unidad de generación Aurora está previsto comercializarla en diferentes potencias, la del prototipo desarrollado por la UHU es de 30 kw. Una de las características fundamentales de Aurora –resalta la propia universidad andaluza- es que va alojada entera en dos contenedores estándar, con lo cual puede ser transportada a cualquier parte del mundo. En Indonesia parece que lo tienen claro. Además esta característica permite un despliegue muy rápido ante situaciones de catástrofes naturales. Aurora dispone además de un brazo robótico que se programa en la UHU, y que permite un despliegue casi automático del sistema completo; sólo se necesita un operario. No en balde, este científico es también experto en la utilización de drones.

En mitad de un repunte del precio del petróleo como el que se observa desde hace un año, siempre vuelve a emerger el debate de la cuestión energética como asunto principal con implicaciones en el uso de recursos escasos, cambio climático y desarrollo económico. Parte de la solución pasa por un modelo de generación descentralizada como el que ofrece el proyecto Aurora pero, desde la perspectiva de la producción masiva de energía eléctrica en grandes plantas, la energía de fusión nuclear sigue siendo para mucho, el Dorado. También para el profesor Andújar que de manera muy ilustrativa explicaba al periodista Enrique Morán que “cuando la nuclear de fusión sea una realidad, un litro de agua de mar equivaldrá a 500 de gasolina”.

UN 2017 CON PRECIOS MÁS ALTOS (José Manuel Cansino en La Razón el 9 de Enero de 2017)


Recuerda el catedrático de Macroeconomía de la Universidad de Harvard, Gregory Mankiw que, el plural de ‘anécdota’ es “datos”. Las afirmaciones estadísticas son de esta naturaleza y un ejemplo es el que acaba de ofrecer el indicador de confianza de los consumidores que elabora el Centro de Investigaciones Sociológicas español. En diciembre, por primera vez en el año pasado, la mayoría de españoles se mostraron optimistas respecto a la evolución de nuestra economía. Un dato demasiado placentero para no ser visto en perspectiva. Por ejemplo, el subidón de optimismo se desinfla rápidamente cuando se comprueba que, aun siendo bueno, no supera el optimismo que ya se mostraba en 2015.



No todo es, sin embargo, alegría. Entre los consumidores españoles sube el miedo a la inflación y esto debe también ser puesto en perspectiva más allá de constatar que el IPC subió en 2016 un 1,5 %; una tasa ciertamente alta para lo que estábamos acostumbrados en estos años de “Gran recesión”. Así pues, hay que poner igualmente el dato en perspectiva, indagar en las causas que están empujando los precios al alza y, ¡atención!, ver qué consecuencias puede tener en los tipos de interés si el Banco Central Europeo –BCE- revisa sus prácticas expansivas.
La Estadística descansa en “la sabiduría de las masas”, término acuñado en 1906 por el célebre estadístico Francis Galton. La idea básica de esta sabiduría (“wisdom of the crowds”) es que, a título individual, nadie (ni los expertos) acierta con sus predicciones. Pero comportados como un todo, la predicción única de una multitud es mucho más precisa.
Los más se aligeran en culpar de esta subida de precios a la escalada del precio del petróleo, algo contra lo que había “apostado” quien esto suscribe. Ya veremos quién lleva razón. De momento voy perdiendo. Entre Febrero del año pasado y enero de 2017, el precio del barril de petróleo Brent ha subido casi un 94 % hasta situarse por encima de los 50 euros por barril. Este precio es un precio crítico porque por encima del mismo vuelve a ser rentable la extracción de petróleo por el sistema de “fracking” o fractura hidráulica. Así las cosas, la subida del precio del crudo es suficientemente importante para explicar por sí misma buena parte del repunte inflacionista. No obstante, hay otro dato más sólo.
Me refiero a la información que ofrece el Índice de gestores de compras o PMI en su acrónimo inglés (“Purchasing Managers' Index”). Es un índice del tipo que los economistas llamamos “adelantado” porque ofrece pistas solventes de lo que se avecina.  El índice PMI se obtiene a partir de las respuestas a unos cuestionarios que elabora la empresa Markit Economics y que se remiten mensualmente a los profesionales de compras y a los ejecutivos de empresas de los sectores manufacturero y servicios. Para España y el mes de Diciembre que acabamos de doblar, los responsables de compras entrevistados anticipan un crecimiento económico superior al 4 %; una tasa casi vertiginosa. De este dato hay que inferir que se espera un notable crecimiento de la demanda que está impulsando a los precios al alza y que, por tanto, la inflación no está sólo repuntando por el petróleo. La subida de precios parece ser consistente y no coyuntural.
De aquí vendría la última cuestión a plantearse ¿Seguirá el BCE con su política monetaria expansiva que mantiene el Euribor a un año en un valor negativo del – 0.08 %? Téngase en cuenta que desde 2013, el Euribor a un año no supera el 0,5 %. Hasta ahora, ni la Reserva Federal Norteamericana ni el BCE se habían atrevido a poner fin a la política de dinero barato y masivo. En el fondo ocurre lo que en una burbuja financiera, aunque se diagnostique (y esto ya es difícil), es muy difícil arbitrar medidas para que se deshinche sin que explote. Pero con una subida de los precios que puede ir camino del 2 % en 2017, la política de mantener el Euribor en valores negativos o próximos a cero parece que tiene los días contados. Máxime si se tiene en cuenta que las familias españolas se han desapalancado en estos años y que las empresas sólo comienzan a tomar posiciones de endeudamiento con los pies muy en la tierra.
Con todo, parece que se inaugura un 2017 con precios venidos a más y una política monetaria expansiva venida a menos.


sábado, 7 de enero de 2017

LOS MAESTROS QUE FIRMAN CONTRATOS DE POR VIDA (José Manuel Cansino en La Razón el 2 de enero de 2017)

En cinco segundos de tiempo histórico los líderes de opinión –particularmente de los muy jóvenes- han dejado de ser no ya los influyentes periodistas (hacía años de la desconexión entre los jóvenes y los mass media), ni tan siquiera las estrellas de la canción o del deporte. Los líderes de opinión o “influencers” hablan a través de youtube lanzando vídeos epidérmicos que enganchan –aún más- a los preadolescentes y adolescentes a sus teléfonos móviles extralargos.



A veces, algunas veces como decía la canción de María Oztíz (lo sé, lo sé, soy muy mayor), digo que a veces un mensaje sensato se cuela en redes y llega a quema ropa contra los jóvenes de entre 12 y 16 años que son los que cursan la Enseñanza Secundaria Obligatoria en España. En este caso se llama Pablo Poó Gallardo y es un profesor sevillano de cuyo discurso subrayo algunos mensajes que pueden extrapolarse a la misma enseñanza universitaria.
El profesor sin apenas aviso suelta que “La vida no te hace recuperaciones”. Reflexiona preguntándole a sus alumnos si no estudias ¿qué? Pues una recuperación, y luego otra. Y si no se puede, se hace una adaptación. Bien, pues una de las consecuencias de la reforma del espacio europeo de educación superior o Plan Bolonia es que se ha bacherizado la enseñanza universidad hasta malbaratar la idea de evaluación continua. A falta de recursos para crear grupos pequeños de alumnos, la evaluación continua se ha corrompido en forma de pequeños controlitos que se le hacen a los estudiantes cada pocos temas. Controlitos que permiten eliminar materia de unas asignaturas que ya de por sí son pequeñas (cuatrimestrales). Controlitos con los que se evalúan a jóvenes que en unos años se enfrentarán a unas oposiciones de notaría, judicatura o ingenieros del Estado, o tendrán que dedicar días con sus noches a presentar proyectos de los que depende la viabilidad de su empresa ¿cuál es el adiestramiento que han aprendido estos alumnos en la Universidad para enfrentarse a semejantes desafíos profesionales?
El protagonista del vídeo señala que el problema no es de capacidad; es de esfuerzo. Esfuerzo también de algunos profesores –también universitarios- que manejan impúdicamente el whatsap en clase con la misma habilidad que los alumnos. Cuando salgáis de aquí –sostiene- la vida os va a poner en vuestro sitio a bofetadas. Aunque parezca mentira, en las mentes abiertas en más difícil entrar a manipular. Hay una vida maravillosa, afirma, más allá de vivir de la prestación por desempleo y las cuatro chapuzas, pero sólo se gana con el esfuerzo que hay que demostrar desde que se es adolescente. Hay que hacerlo por propia autoestima.
Sobre la importancia de las calificaciones (y lo hace en una región en la que costó Dios y ayuda volver a las calificaciones numéricas)- advierte a sus alumnos que si no obtienen la nota mínima no van a dar pena a nadie, quedan fuera y ya está. Te comes con patatas el título de la ESO, dice.
¿Pensáis que si solicitáis una beca fuera de plazo la van a aceptar? ¿Qué pasa con la autorización de las excursiones? A veces se entregan en la misma puerta del autobús. De cada frase larga hay tres palabras que no entendemos. Cuando firméis un contrato estampareis vuestra firma sobre algún documento que puede ser abusivo sin darse cuenta absolutamente.
El video es una motivación provocadora para que, a vuelta de vacaciones, sus alumnos remonten las malas notas de la primera evaluación. Lo más descorazonador es que dispone de poco tiempo porque si llega a junio con una bajo porcentaje de aprobados recibirá la visita del inspector de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía. No es ninguna exageración. A pocos meses de la ratificación de los malos resultados arrojados por el informe PISA, en Andalucía, en lugar de afanarnos en indagar qué hacen los profesores y gestores educativos de las regiones mejor posicionadas, sólo nos importa el color político de quien allí gobierne. En otras regiones el comportamiento no es muy diferente. Lo más eficaz es mandar al inspector para que ejerza una “presión suave” sobre el director del centro sobre aquellos docentes que se empeñan en calificar con arreglo a los resultados. Efectivamente, lo importante es acunar a los chavales en notas maquilladas que ya la clase dirigente, me refiero a la política, se ocupa de matricular a sus hijos en centros elitistas y bilingües. Y cuando hablo de bilingües me refiero a centros donde no se tienen que fotocopiar de tapadillo los libros de trabajo para poder continuar con la incipiente enseñanza en inglés.

El maestro siempre tuvo en España y en otros muchos países serios, una consideración social extraordinaria. Aún hoy me lo recuerdan quienes fueron alumnos de mis abuelos maternos. En el vídeo se puede encontrar una magnífica explicación para tan alta consideración social. Aparece cuando avisa de que los que quieren que seáis felices desde los 12 a los 16, les importan muy poco lo que os ocurra después. Sin embargo yo, dice el maestro, “Yo he firmado con vosotros un contrato de por vida”.

lunes, 2 de enero de 2017

DOS ROBOS Y UN SOLO ACENTO (José Manuel Cansino en La Razón el 26 de enero de 2016).

Permítanme que comparta con Vds dos breves historias reales aunque un poco teatralizadas. La primera ocurre un día cualquiera, no importa la hora. Suena el teléfono móvil.

-          - Buenos días, le llamo de X, la subcontrata de su comercializadora de electricidad.
-          - Sí, yo llevo robando luz mucho tiempo.
-          - Hemos estado revisando la sala de contadores de su vivienda y …
-          - Sí, tengo un puente hecho.
-         -  … y hemos visto un problema en su contador de luz ¿tendría un minuto, por favor?
-          - Sí, sí. Todo lo que quieras. Yo llevo robando luz cinco años.
-         -  Hemos visto que su contador de luz está manipulado.
-         
(Solapando la alocución del operador telefónico). Más de cinco años. Vamos que me estoy hinchando de ganar dineros. Más de 20.000 euros llevo ya.

-          - Está puenteado ¿no estará robando la luz a algún vecino?
-       - Al vecino no, a Y (la comercializadora de electricidad que –correctamente- indentifica con la empresa generadora de electricidad).
-          - Yo tengo que dar parte a su empresa eléctrica.
-          - ¡Aligérate!
-          - Ya le aviso que si el contador está manipulado esto supone el corte del abastecimiento.
-          - A mí me da igual que lo corten. Lo enchufo por otro lado.



La otra historia comienza a las 8.00 a.m. Suena el timbre de la casa. Entra un tipo bien trajeado, de edad neutra y mirada incisiva. Saluda con un apretón de manos fuerte y estudiado. Nada fláccido.

-        Fulanito de copas; corresponsal del Banco Impune de Panamá.
-        Pase, pase.

El Sr Corresponsal se sienta, cuenta los billetes de 100 euros y los va introduciendo en su maletín. Cierra el maletín y extiende la libreta de recibos. Anota el nombre de su cliente y una cifra redonda. Al poco sale de la casa camino de la avenida donde está la oficina de banca privada con la que trabaja. En la época del boom inmobiliario, para ser tratado como cliente de banca privada había que sumar un patrimonio mínimo de 500.000 euros. Luego, a partir de la crisis de 2008, la cifra bajó mucho hasta una cantidad imprecisa en torno a los 150.000 euros. Para lo que aquí contamos vale imaginar una oficina de cualquier banco español (para esta historia sirve cualquiera de los bancos que Vd conoce).

El empleado le saludó con exquisita cortesía.

-        ¿De nuevo por aquí?
-        Así es.
-        ¿Qué me traes hoy?
-        Otro milloncete.



El empleado anota el ingreso y procede como de costumbre, esto es, en unos minutos ya está transferido el dinero a la cuenta señalada por el propio corresponsal en el Banco Impune de Panamá, de las Islas británicas del canal o de cualquier otro lugar.
El milloncete de euros no va a pagar ni un céntimo de impuestos en España como tampoco paga un céntimo a la compañía Y de electricidad el personaje que confesaba, impúdicamente, tener un puente hecho al contador de luz del vecino.
Hay similitudes y diferencias entre las dos situaciones descritas. La primera historia probablemente la conozca porque corre como la pólvora entre los grupos de ‘whasap’. Al ladrón la han puesto acento andaluz, habla con la gracieta. Se siente impune. Probablemente se jacte de lo que hace entre sus amiguetes litrona en mano. Posiblemente sin saberlo, es un arquetipo, según la teoría del héroe de Thomas Carlyle. Quienes se dedican a estudiar cómo se conforma el imaginario colectivo de las sociedades, nos dicen que el “pícaro” aparece tan rápido en nuestra mente cuando se pregunta por el arquetipo español como un coche potente cuando se le pide a un extranjero que le diga una imagen asociada a Alemania.
La segunda historia no circula por ‘whastap’. Es más sofisticada. Menos chistosa. Tendría un acento neutro. Sin embargo, mueve mucho más dinero que el fraude cometido por el ladrón de luz. Mucho más que todos los ladrones de luz juntos.

El enfoque sicológico del fraude fiscal explica que el fraude actúa como un mecanismo de compensación sicológica para el contribuyente frente a las conductas de quien se corrompe con dinero público o deja de pagar impuestos elevadísimos. Si algo despierta el ladrón de luz en millones de contribuyentes es envidia. Envidia de no poder “puentear” a la Hacienda con la habilidad con la que lo hace su ídolo deportivo o las fortunas que argumentan que lo hacen porque aquí se pagan muchos impuestos. No se equivoquen. Cualquier tipo impositivo, aunque reducido, les parecería exagerado.