El precio del petróleo brent-el de
referencia en Europa- puede caer hasta los 35 dólares por barril en 2016, un
precio que supone una caída del 50 % en lo que va de año y que no cuenta con un
episodio precedente hasta los años ochenta del siglo pasado. La caída del
precio del crudo -que en países como España dista de traducirse en bajadas del
precio del combustible- no es el único en caer en el conjunto de los precios de
las materias primas.
Los
expertos en el funcionamiento de la economía china que han aparecido como setas
en este verano acostumbran a responsabilizar su ralentización de la caída del
precio del petróleo. Una sobre estimación de la demanda china -se afirma- es la
principal explicación para el comportamiento internacional del crudo a lo que
ha contribuido la devaluación del yuan (la moneda china) frente al dólar
(moneda de referencia en el mercado mundial del petróleo). La realidad es mucho
más compleja y en ella irrumpen nuevos factores.
El
factor principal conjunto con el menor crecimiento chino es la sobre producción
de los pozos de Arabia Saudita, principal país exportador de crudo del mundo.
La pregunta es inmediata ¿que gana este país actuando contra su principal
fuente de ingresos? Pues pretende conseguir dos objetivos; el primero frenar el
abandono de EEUU de Oriente Medio. El gobierno estadounidense quiere salir del
avispero de Oriente Medio para centrarse en el control de su nuevo gran rival:
China. Así lo ha explicado con acierto Ignacio Ramonet en Le Monde
Diplomatique. Parte de esa estrategia de abandono de Oriente Medio ha sido el
acuerdo entre los 5+1 (EEUU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y
Alemania), e Irán entorno a su programa nuclear. Este acuerdo torpedea la
alianza Rusia-China-Irán y relaja las sanciones comerciales al régimen de
Teherán permitiendo volver a exportar su petróleo en 2016 a cambio de renunciar
a exportar su modelo de revolución islámica. Es interesante leer el análisis
sobre esta cuestión de Cristina Sánchez en el espíadigital.com
El
segundo objetivo de la estrategia de hundir el precio del crudo de Arabia
Saudita es poner fuera del mercado el petróleo no convencional puesto en
explotación principalmente por Estados Unidos. Y es que con un precio del
barril de petróleo en torno a los 40 dólares, los yacimientos no convencionales
parecen no ser rentables con lo que los saudíes asfixiarían a estos
competidores en un par de años. La realidad, sin embargo, demuestra que la
producción de gas no convencional no se ha detenido.
Los más probable es que se prolongue durante todo 2016 un
escenario de precios bajos no sólo para el petróleo sino también para buena
parte de las materias primas (lo que supondría un revés notable para la industria
extractiva andaluza). Este escenario, naturalmente tendrá consecuencias
redistributivas entre países según perfiles de exportación o importación pero
también sobre las actuaciones orientadas a la sustitución del uso del petróleo
y sus derivados. Efectivamente, el principal incentivo para un ahorro en su uso
es un precio elevado del petróleo. Un precio barato para los países que están
dejando atrás la recesión es una tentación muy fuerte para unas economías que
siguen siendo 'petroalcohólicas'.
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