La economía española encadenó los
dos últimos trimestres de 2013 con un muy moderado crecimiento de su PIB; un
0.1 % y un 0.2 % el tercer y el cuarto trimestre, respectivamente. Se trata de
un dato que sólo permite redundar en la afirmación del cambio a mejor de la
tendencia de nuestra economía. Un cambio de tendencia que, sin embargo, en
cómputo anual volvió a reducir nuestro PIB nominal en un -0.61 % hasta situarlo
en 1.022.988 millones de euros.
Sin duda el dato más preocupante
sigue siendo el de la destrucción neta de empleo en 265.000 puestos de trabajo
en todo 2013 (un -1.6%). Este dato se debe analizar con, al menos, otros dos.
El primero es el decrecimiento en el número de horas trabajadas en un 0.6 %;
por tanto como el número de horas trabajadas disminuye menos intensamente que
el empleo, las personas que conservan sus empleos lo hacen aumentando su
jornada laboral.
En otros términos, las empresas
aún no confían en la robustez de la recuperación económica o bien no la
consideran suficiente para aumentar sus plantillas y prefieren, de momento,
aumentar la jornada laboral de sus empleados.
El segundo dato con el que debe
conjugarse la destrucción neta de empleo es con el aumento en un 1.2 % de los
costes laborales unitarios –CLU- (rentas salariales divididas entre el PIB). La
lectura tentadora es la de afirmar que los CLU están aumentando por la presión
salarial. Sin embargo, este repunte obedece principalmente a una disminución
del denominador. A esto debe añadirse la reciente advertencia del Banco de
España acerca de que las estadísticas oficiales no están capturando
adecuadamente la moderación salarial que se da en la economía española.
Naturalmente lo del Banco de
España es una manera eufemística de advertir sobre que las estadísticas no
reflejan lo que todos sabemos, que aquí al que no le han bajado el sueldo, se
lo congelaron hace años.
Pero vayamos a las tripas de la
contabilidad nacional recién publicada y metamos mano por la parte de la
oferta. El INE nos dice que la industria española vuelve a estancarse después
de dos trimestres con un pequeño crecimiento del 0.6 %. Coincido con lo que
hace poco ha escrito el profesor Rafael Salgueiro cuando avisa de que no habrá
crecimiento económico, generación de empleo y garantía para el sostenimiento
del estado del bienestar en ausencia de un robusto sector industrial. Y a esto
añade “Hemos estado despistados pensando que la innovación puede desarrollarse
sin un sector económico que la demande y creyendo que el progreso del sector
terciario avanzado no necesita también otro sector que lo arrastre”.
Efectivamente, España y
especialmente regiones como la andaluza necesitan poner el foco en conseguir un
sector industrial fuerte. En este último caso –el de Andalucía- también en
reactivar el sector minero y extractivo aprovechando unos precios
internacionales muy favorables. Reparemos que si en 2000, cuando se cierran la
mayoría de las minas andaluzas, el precio de la tonelada de cobre se vendía a
1.500 dólares mientras que ahora ese precio es de 7.000.
Pero de entre los retos a superar
para el rearme industrial de la economía española está el del coste de la
energía. En Europa pagamos por la electricidad el triple que en EE.UU. y el
doble por el gas. Un ejemplo suficientemente ilustrativo lo traía a colación
Luis Montoto hace tan sólo unos días cuando recogía el dato de que una factoría
refinera con las mismas dimensiones que la de CEPSA en Algeciras, paga en
EE.UU. 200 millones de dólares menos en costes de energía que una española.
El coste de nuestra factura
energética en absoluto es la única causa que impide salir de una crisis que, en
su origen, ha sido una crisis financiera que se tradujo en una fortísima crisis
de deflación de deuda, pero reparemos en algo importantísimo. Desde el inicio
de la crisis en 2008 hasta ahora, la destrucción de empleo en España ha sido
muchísimo mayor que la caída del PIB. Esto evidenció que teníamos una “Economía
fingida” si se me permite la autocita y la necesidad de poner los pilares de
una economía sólida que en futuro aguantase mejor las crisis. Un pilar
fundamental de esa economía recia que necesitamos es un sector industrial
fuerte que no sume el alto coste de la energía a los obstáculos que ya ha de
superar.
José Manuel Cansino Muñoz-Repiso. Profesor Titular de la Universidad de Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario