En 2030, el 7,5 % de la población
mundial será hispanohablante. Hoy día, el 6,7% ya lo es, porcentaje muy
superior al ruso (2,2%), al francés (1,1%) y al alemán (1,1%). Dentro de tres o
cuatro generaciones, el 10% de la población mundial se entenderá en español. No
parece descabellado, por tanto, que el Senado de Puerto Rico aprobase en
septiembre del año pasado un proyecto de ley que declara el español como
primera lengua oficial en la isla y relega el inglés a segundo idioma.
Después del chino mandarín, actualmente
el español es la segunda lengua materna del mundo por número de hablantes
sumando a casi 470 millones de personas. Esta cifra sube hasta los 559 si se
consideran a todos los usuarios potenciales de español, una cifra que aglutina
al grupo de dominio nativo, el grupo de competencia limitada y el grupo de
aprendices de lengua extranjera.
Mientras en España, el
nacionalismo excluyente dificulta la enseñanza en español reservando el
trilingüismo a la élite política y económica, más de 21 millones de alumnos
estudian español como lengua extranjera en diversas regiones del planeta incluidas
las que más difícilmente podríamos imaginar. Por ejemplo, más de 1,2 millones
de personas estudian español en el África subsahariana.
Si nos centramos en la presencia
del español en internet, nuestro idioma es la tercera lengua más utilizada en
la Red, por detrás del inglés y el chino. Ya el 7,9 % de los usuarios de Internet
se comunica en español y es la segunda lengua más utilizada en las dos
principales redes sociales, Facebook y Twitter, ambas con un enorme potencial
de crecimiento de uso en lengua española. Particularmente es la segunda lengua
más utilizada en Twitter en ciudades mayoritariamente anglófonas como Londres o
Nueva York. Tanto es su potencial que el uso del español en la Red ha crecido
más de un 1.100 % entre los años 2000 y 2013.
Añadamos sólo un dato más; por
razones demográficas, el porcentaje de población mundial que habla español como
lengua nativa sigue aumentando mientras que la proporción de hablantes de chino
e inglés desciende. Esta conclusión y los datos anteriores pueden consultarse
en el último anuario del español publicado por el Instituto Cervantes.
Sin duda, manejarse en español es
determinante. Sin ir más lejos, la semana pasada The New York Times publicaba
su primer editorial en español y lo hacía para apoyar a la candidata demócrata
Hillary Clinton. El voto hispano ya no sólo es determinante en algunos estados
del sur, lo es en el conjunto de los Estados Unidos.
Alguna apreciación de matiz debe
ser, no obstante, hecha. Por ejemplo, ¿cuál es el nivel de influencia de los
hispanoparlantes en las decisiones ‘sofisticadas’? A mi me llama la atención al
trabajar con la página web de la Agencia Internacional de la Energía –cosa que
hago frecuentemente- que las dos únicas opciones alternativas al inglés (opción
que usa la web por defecto) sean el ruso y el chino. Es posible que, en los
niveles técnicos, los españoles estemos siempre dispuestos a asumir que somos
nosotros los que hemos de esforzarnos en hablar en inglés con nuestros colegas
de trabajo. Esta reflexión quizá no sólo alcance a los hispanoparlantes sino
también a otras lenguas como el portugués habida cuenta de la influencia que
tiene Brasil en toda Hispanoamérica.
Lo cierto es que seguimos
empeñándonos en minusvalorar un patrimonio que, además de tener un valor
cultural difícil de exagerar, es una fortaleza con la que cuentan todos los
españoles en el desarrollo de su actividad profesional y empresarial. Basta ver
cómo los mismos que imponen con casi exclusividad la enseñanza en otros
lenguas, son también los primeros en garantizar una educación exclusiva a sus
hijos que, naturalmente, incluye el aprendizaje del español. Para mayor
abundamiento, mientras millones de personas buscan como pagar sus clases de
español, aquí se siguen multiplicando los desplantes institucionales a la
celebración del día 12 de Octubre. Sin duda es un rasgo más de una sociedad a
la que se le ha enseñado a vivir acomplejada y al margen de nuestra
contribución a la Historia de la Humanidad. Buena parte de España vive bajo una
losa de complejos de la que hay que desprenderse cuanto antes sin que eso
signifique perder la visión crítica de nosotros mismos.
El próximo día 12 muchos celebraremos
el Día de la Hispanidad. Yo mismo lo haré en la sevillana Plaza del Pan.