jueves, 15 de marzo de 2018

BIENESTAR Y SUSTENTABILIDAD EN CHILE (José Manuel Cansino)


En 2016 la Comisión Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología chilena valoró favorablemente el proyecto que presenté bajo el título “Hacia una economía competitiva baja en carbono. Análisis sectorial para la economía Chilena” (FONDECYT N 1150025). El proyecto estaba patrocinado por la Universidad Autónoma de Chile a cuyo cuerpo de profesores pertenezco. Después de tres años de intenso trabajo de investigación, los resultados del proyecto han visto la luz en forma de tres artículos científicos publicados en revistas internacionales de elevado impacto y como parte de un libro colectivo. Aún esperamos ver publicado un cuarto artículo científico.



Pero, si cambiamos el lenguaje científico por términos cotidianos, ¿qué nos dicen los resultados y qué utilidad tienen para el conjunto de la sociedad chilena? Pues nos dicen que la energía utilizada por los sectores productivos chilenos aún depende crucialmente de combustibles fósiles y, como consecuencia, las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo a un ritmo preocupante. No obstante, es cierto que se han detectado ganancias importantes en términos de ahorro energético en la fabricación de algunos productos y que estas mejoras no han sido un freno para el crecimiento económico. En otros términos, los resultados revelan que Chile debe seguir apostando por un crecimiento económico que incorpore mejoras tecnológicas que ayuden a reducir los requerimientos energéticos por cada peso aportado al PIB chileno. Esa apuesta tiene varios efectos positivos pues no sólo no daña la mejora del bienestar social a través de un mayor crecimiento económico sino que también reduce la dependencia exterior en forma de importación de carbón, petróleo y gas natural.
En línea con lo anterior, la creciente incorporación de las energías renovables o limpias muestra una contribución notable a esta tendencia hacia una mayor sustentabilidad del modelo de consumo energético chileno. Por ejemplo, la ley que regula el autoconsumo eléctrico y permite verter a la red eléctrica la energía sobrante en los hogares, ha sido una muy eficaz medida. En general, el estudio demuestra que Chile tiene un importante campo para el uso de las energías renovables especialmente si su desarrollo va acompañado de una mejora de la conectividad con los países andinos y entre los cuatros sistemas de generación eléctrica chilena.
Otro gran resultado obtenido recomienda que las autoridades chilenas fijes sus compromisos internacionales en la lucha contra el cambio climático incorporando la fijación de CO2 que hacen los bosques. La importancia de la superficie forestal chilena es un factor diferencial del país que no ha sido suficientemente puesto en valor en las negociaciones internacionales.